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El Pase de Modelos

 Para una chica joven como yo, el estar ceca de las modelos es el no va más. Cuánto más el poder codearse con ellas. Por eso, cuando me llamaron para que acudiera a una pasarela, para mí fue, como decirlo, algo maravilloso.


Soy maquilladora profesional. Tengo veinte años y he trabajado en diversos estudios de belleza y poco a poco he ido haciéndome una gran profesional. El ser llamada, así, sin previo aviso para ver si podía prestar mis servicios para maquillar a las modelos de un pase que se iba a realizar esa misma tarde significaba estar en la boca de otros profesionales, y eso es un éxito ya en sí.


Me presenté allí en el local donde me habían citado a la hora convenida. Al entrar me di cuenta de la febril actividad que recorría toda la trastienda. Cajas de aquí para allí, nervios, voces, malos modos. Me presenté a una mujer de unos veinticinco años. Una chica de mi misma estatura, que parecía bastante resolutiva y muy expeditiva. Mandaba en todo y cuando le dile que era la maquilladora pareció sentir un gran alivio. Era una chica muy delgada, enjuta, que vestía de manera informal, con unos vaqueros y una camiseta que se le pegaba al cuerpo, Era rubia, de pelo corto, más despeinada que peinada, y ojos marrones. Tenía dos pares de pendientes en la oreja. Se llamaba Vicky.


Mientras me ordenaba lo que tenía que hacer vi pasar ante mí las primeras modelos, que iban ya a la sala de maquillaje.


-Vas a tener que trabajar como una loca, ya verás...además, las nenas se ponen histéricas. Tú, tranquila y a toda leche. Pero tranquila.-


Yo recibía aquellos consejos un poco boquiabierta de ver a aquellas elegantes chicas, que me sacaban cabeza y media de largo, desprenderse de los abrigos y mostrar sus largas y delgadas extremidades. No eran caras conocidas, pero sin duda tenían gran futuro y yo me sentía a su lado una caquita de mujer, a pesar de que siempre he tenido éxito con los chicos.


Tengo veintidós años, soy una chica de pelo moreno y ojos oscuros. Puedo deciros que tengo la nariz recta y en fin, no soy fea. De cuerpo estoy bastante bien, aunque al lado de estas torres me veía rechoncha. Eran una monería.


Veía un poc más allá a una señora nerviosa, casi histérica, que ordenaba continuamente. Era la diseñadora. Una mujer que se había puesto de cara a la galería un nombre rimbombante pero que en la trastienda se llamaba "Pituca". Era una mujer elegante, que vestía un precioso vestido de chaqueta de un color azul que no era ni claro, ni oscuro ni chillón ni triste. Era castaña, de palo lacio y ojos verdosos. Tenía una boca larga de labios delgados y nariz recta. La mandíbula triangular. Tenía unos treinta y cinco años y el aspecto delgado de una mujer nerviosa. Llevaba unas joyas muy vistosas.


Pituca se volvía a hablar con Vicky, que la tranquilizaba, diciendo que todo iba bien. Me fui al estudio. Allí estaban, sentadas en los sillones, aquellas chicas, largas, delgadas, elegantes, llenas de magnetismo y sex apear. Eran un montón. Había morenas, rubias, castañas, pelirrojas, alguna negra y una de rasgos asiáticos, de ojos azules, verdes, castaños claros, oscuros, Empecé a peinar a una de ellas. Se armó un gran revuelo.


-¡Me tienes que arreglar a mí primero!.- Dijo una de las chicas histéricas

-¡No! Yo voy a salir antes!.-


Rápidamente se armó una bronca y vino Vicky y después de chillarles a todas me indicó por quién debía de empezar. Era para mí como jugar con las nancys o las barbies. ¡Qué piel!


No eran nada simpáticas estas nenas. Estaban creídas, muy creídas. Ninguna me dio las gracias. AL llegar a una de ellas, tras maquillarla, me miró y se puso a llorar. -¡Buuua! ¡Me has puesto cara de tonta! ¡Buaaa!.-


Vicky llegó al oir el llanto inconsolable de una chica mimada. -¡¿Qué te pasa, Briguit?!.-

-¡Esta tía! ¡Mira que cara de cerda me ha puesto! ¡Qué mierda! ¡Buaaa!.-

-¡Déjate de gilipolleces! ¡Te maquilla de nuevo y ya está!.- Luego Vicky me miró a mí y me dijo guiñándome el ojo .-¡A ver si te espabilas!.-


Claro, pensé que me había regañado para mimar un poquito más a aquella niña con cuerpo de mujer. Se llamaba Brígida, pero su nombre artístico era "Briguit".(Brigitte), Briguit era una chica rubia, de ojos azules, pelo voluminoso, labios de cereza, en una boca diminuta, que le hacía ganar mientras la mantenía cerrada. Tenía, como he dicho, unos brazos y piernas largos y delgados. Como el resto de las chicas, tenía un cuello largo, de cisne.


Jamás había tenido tan de cerca de nadie de raza negra. Esta chica, a la que llamaban Sandy, aunque en realidad su nombre era Makele M´Bontu, era de Ghana. Tenía un pelito muy corto en caracolillos, y se adivinaba una cabeza redonda en todas sus dimensiones, de escorzo y de frente. Era una chica de unos ojazos negros, y labios abultados. Su piel era negra, negrísima, como el chocolate puro. Me fijé en la palma de las manos rosadas, en los dedos largos, en los que aparecía unas uñas fuertes y largas pintadas de color rosa.


Sandy no quitaba los ojos de enfrente, se miraba al espejo fijamente y orgullosa, Debía ser, me decía a mi misma, la descendiente de una reina mandinga. No hizo ni gesto de disgusto ni de aprobación. Ni siquiera hablaba con las otras chicas.


Me quedaba una chica. Era una morena de cara redonda y ojos verdes. Se llamaba Rocío y era la más simpática de todas. Tal vez los nervios la hacían charlar más de la cuenta. Habían puesto los trajes en el vestuario y las nenas empezaban a desnudarse para cambiarse.


Me impresionó la delgadez de las modelos. Se desnudaban unas delante de las otras y de mi con una naturalidad que me sorprendía. Sus pechos eran minúsculos. Ante mí desfilaban un montón de tipos de pezones distintos. Sus muslos eran delgados, sus vientres planos. Lo único que a mi modo de ver era más normal eran las nalgas. ¡Eso sí! Nada de celulitis ni de tenerlo fofo. Se veía que estaba duro y fuerte.


La chica morena, al verme distraída reaccionó de manera hosca e hizo un comentario despectivo. Definitivamente las nenas me resultaban insoportables.


Comenzó el desfile. Vicky dio una palmada y dijo- ¡Vamos nenas!¡ A desfilar!.- Un torbellino de niñas deliciosamente vestidas y arregladas se arremolinaron cerca de la puerta como unas gallinas. Pituca espiaba la cara de los asistentes escrutando muestras de admiración, satisfacción. Vicky ordenaba cuando debían de salir. Otras chicas extendían y preparaban los vestidos que nerviosamente las nenas se ponían, con rapidez, nerviosas, soltando palabrotas y haciendo malos gestos.


Mi labor era retocar, mientras se vestían los desperfectos que pudieran producirse en el maquillaje. La chica asiática, Whu, una chica de Hong Kong, un poco más bajita que las otras pero de una increíble sensualidad, no obstante su delgadez, había perdido una pestaña postiza. Rápidamente procedí a reponerlo. Entonces le pinté un lunar muy gracioso en la mejilla. Ese era el tipo de trabajo que me tocaba hacer ahora.


En un momento me asomé a la pasarela. Me emocionó casi el espectáculo de las chicas luciendo graciosa y elegantemente los modelos de Pituca en la pasarela. ¡Qué glamour! Graciosas y elegantes. La pasarela se iba calentando. Pituca dejaba para el final los modelos más provocativos y atrevidos. Al final. Todas las chicas salieron junto a Pituca, recibieron los aplausos con una graciosa reverencia y otra, Hasta tres reverencias.


Pero aquello no reflejaba en nada el ambiente interior. Antes de salir, Rocío, la morena, se sacó una botellita de ginebra que llevaba en el bolso y se pegó un sorbo que dejó la botella vacía. Se dio cuenta de que la mirada e hizo una sonrisa forzada y me dijo "es para animarme un poco..¡Je je!"


Se tomó dos o tres durante la sesión. Cada vez parecía que sabía menos lo que hacía. Se rozó sospechosamente con la rubia llorona, Briguit, cuando sólo con unas minúsculas braguitas ambas, se cambiaban con rapidez para ponerse los vestidos. Tania sonrió y me pareció que se daban un beso en la boca, ¡Con lengua y todo!


Al otro lado veía como Pituca cogía de la cintura a Vicky. Nada de especial, si no fuera por el tiempo que duraba aquel abrazo y por que la mano de la modista buscaba poco a poco la carnosa nalga de la operaria, que se dejaba tocar, concentrada en organizar las salidas y entradas de las chicas.


La chica negra, Sandy, tropezó con Whu, que celebró el último pase de vestido con un abrazo exagerado que se hacía sospechoso desde el momento en que Whu agarraba de las nalgas desnudas a Sandy, que se había desprendido del último vestido y solo llevaba un tanguita. Rocio volvió a dar un tragito.


Las otras chicas rehuían un poco este ambiente, me fijé que ponían caras de circunstancias cuando Pituca les ponía la mano sobre el hombro y rehuían en general a Vicky, que las miraba de arriba abajo como si se las fuera a comer.


Luego vinieron las relaciones públicas. Pituca recibía entre besos de cortesía las felicitaciones. Las chicas también circulaban y recibían los saludos y felicitaciones de los asistentes. En un momento dado se acercó a Pituca una mujer un poco mayor, que había sobrepasado los cuarenta años. Una mujer elegante, delgada, exquisitamente vestida y con unas joyas preciosas. Me sonaba su cara y caí al rato que la había visto quizás en alguna revista en los ratos libres en la peluquería


- Hola Pituca. ¡Qué maravilla de desfile! .-

- Hola. ¿Te ha gustado de verdad?-

- Sí, sobre todo el traje rosa. Ya sabes que es mi color favorito..-

- Ya lo se, por eso he puesto en el traje a la chica que creo que puede ser tu favorita...-

- La chica me ha parecido muy mona pero no la conozco.-

- No te preocupes, Menchi, la chica está garantizada y va con el vestido.-


Vicky se acercó y me dijo lo que ya sabía, Que Menchi era una mujer de la yet que acudía normalmente. - Te convendría conocerla. Te puede pesentar a muy buenas cllientas. .-


Vicky me cogió de la mano y me presentó. Menchi parecía no verme, cuando de repente dijo.- Muy guapa esta chica , y simpática. ¡Por que no te vienes a la fiesta?.-


Vicky No me dejó ni contestar.- ¡Vale! ¡Que se venga!.- Pituca hizo un gesto de indiferencia y yo asentí con una sonrisa. Luego Vicky me remarcó lo importante que eran las relaciones sociales para el éxito y que si quería que me llamaran la próxima vez seguro, lo mejor era acudir a una de aquellas fiestas post-desfile.


A mitad de la noche acabó el aperitivo. Las nenas se fueron perdiendo. Salimos por la puerta de atrás Pituca y Menchi, Vicky y yo y aparte, las cuatro modelos que os he descrito: Briguit, Rocio, Whu y Sandy. Briguit se había puesto aquel vestido rosa que tanto había llamado la atención de Menchi. Un vestido minúsculo en su extensión. Escotado y ajustado, que hacía que la chica pareciera una putilla, fuera del ambiente que proporcionaban las luces de la pasarela.


Pituca le dijo a Briguit una frase incomprensible. - La Señora.- Indicando a Menchi:.- ha comprado el traje y ...a ti.- Briguit bajó la cara y se puso al lado de aquella mujer delgada, de ojos negros y pelo zahíno.


Alquilamos dos taxis. Yo me monté detrás junto a Briguit, que estaba junto a Menchi, en medio de las dos. Vicky iba delante. Pude ver la mano de la señora sobre la rodilla de la modelo rubia, cada vez más cerca del muslo. La señora le decía palabras que yo oía a duras penas. Briguit asentía.


Fuimos a un pequeño bar en el que nos animamos todas un poco y Rocío acabó de emborracharse. Era un poco penoso verla dando tumbos. Al final, no sé porqué se puso a mi lado y se dedicó a contarme sus problemas, parecí a que me conociera de toda la vida .Su aliento olía a ginebra y percibía su perfume seductor y los pelos de su cabeza rozaban mi frente.


En un momento dado, la chica asiática y la africana se fueron al servicio, y cuando volvieron, venían muy ufanas y contentas. Pituca las cogía por la cintura y ellas se apoyaban en sus hombros. Menchi y Briguit permanecían un poco apartadas. Fui al servicio.

Mientras orinaba, sentí la entrada de dos mujeres que parecían jugar


-¡Anda! ¿Déjame un poquito!.-

- ¡No! ¡Aquí no!.-

- ¡Anda!.-


Al abrir la puerta me encontré a Menchi y la modelo rubia. Las dos mujeres se besaban sin importarles que las viera Menchi había subido la falda de Briguit y había introducido su mano dentro de las bragas de la chica, acariciando su conejo. EN cuanto salí, ví que las dos se metían en el water y cerraban la puerta con el pestillo. Yo quedé muy sorprendida, Me dieron ganas de salir corriendo, pero recordé lo importante que podía ser la señora Menchi en mi futuro profesional.


Tardaron en salir. -En cuanto salgan esas dos, nos vamos arriba.- Pituca señaló al cielo, y Vicky me aclaró que la diseñadora vivía en el quinto piso del bloque de arriba. Sentí un brazo alrededro de mi cintura. Me puse tensa. Miré a quien pertenecía. Era Rocía, la modelo morena. Vicky me hizo un guiño que no sabía como interpretar. Por fin salieron las mujeres del baño. El carmín había desaparecido de la boca de Briguit.


Salimos a la calle brevemente. Me puse detrás de Briguit y de Menchi. Hubiera asegurado que la modelo llevaba las nalgas muy sueltas. No llevaba bragas. Entramos en el portal y subimos de cuatro en cuatro en el ascensor. Me tocó subir con la chica asiática y la africana, es decir Whu y Sandy, y con Rocío. En el trayecto, Whu abrazó a Rocío, que totalmente borracha le dio un beso en la boca. Sandy se colocó detrás y la abrazó, lamiéndole el lóbulo de la lengua. Rocío parecía recibir aquellas caricias con sumo gusto.


Procuraba ocultar mi mirada, pero delante de mí, tres chicas que me sacaban la cabeza se estaban besando. Era superior a mis fuerzas. Llegamos y encontramos la puerta abierta. Pituca nos indicaba en la puerta que no hicieramos ruido. Una música romántica y suave amenizaba el ambiente. Vicky estaba sentada en un sillón. Menchi y Briguit ocupaban el sofá, besándose descaradamente y dejando, la rubia, que la señora le magreara los muslos.


Allí estabamos las otras seis viendo la escenita mientras tomábamos un combinado. Menchi besuqueaba el cuello de la rubia. Ahora todos veíamos claramente que debajo del minusculo traje rosa, Briguit no llevaba bragas. Menchi acariciaba un pezón rosado del cuerpo de la modelo, que había conseguido dejar desnudo después de bajar algo el traje del que se había encaprichado. En este momento, decidieron buscar un lugar más apartado y las vimos perderse por el pasillo, buscando un dormitorio. Menchi llevaba a la delgada modelo de la mano.. La chica se dejaba remolcar andando un poco desequilibrada por el efecto del alcohol y de los altos tacones que llevaba.


Vicky decidió imprimir un poco de vida a la fiesta. -¿Por qué no jugamos al sin bragas?.-

-¡Vale!.- Dijo Pituca.- ¡Venga, nenas! ¡Quitarse las bragas!.-


Me asusté cuando oí aquello, pero Vicky me aclaró que eso se refería a las modelos. -Verás. Ahora les escondemos las bragas y la que antes encuentre las bragas de una de las otras, tiene derecho a follársela.-


Las chicas me entregaron tres deliciosas prendas que se sacaron por debajo de las cortas faldas de sus vestidos. Aquello era un tesoro. Me tocaba a mí esconderlas por el amplio salón mientras las tres chicas me esperaban en la cocina. Las escondí y cuando Pituca dijo el "Ya", salieron como locas empezando a buscar nerviosas las bragas de las otras chicas, Nosotras las observábamos divertidas y veíamos como movían los cachetes bajo los trajes, como aparecía su sexo cuando se agachaban o cuando se subían a las sillas buscando las braguitas encima de los armarios.


Al final ganó la chica de rasgos orientales. Olió la prenda que tenía en las manos y las reconoció como las bragas de Sandy, que hizo una muesca de mal perder y resignación. Nos sentamos alrededor de la mesita del salón en el sofá que antes ocupaban la señora y la rubia.


El juego proporcionaba a la vencedora una posición activa en el coito, y a la perdedora, una posición pasiva. Las dos chicas se deshicieron de sus vestidos mostrando su increíble delgadez. Sandy tenía unos pezones negros y un pecho firme y desafiante. Whu apenas si tenía unas adolescentes tetitas de pezones pequeños y oscuros. Whu parecía estar dispuesta a aprovechar la pasividad de Sandy. Le mordía la boca y le acariciaba las tetas de manera que parecía más un asalto que una seducción.


Sentadas al otro lado, Vicky y Pituca se entregaban a un besuqueo que sólo se interrumpía cuando las dos modelos entraban en una nueva fase de seducción. Rocío estab junto a mí, con la cabeza apoyada sobre mi hombro, esperando que yo me decidiera. Y a mi eso me iba a costar mucho, porque yo jamás había tenido una experiencia lésbica. Me fui en busca del servicio, para ganar tiempo.


Al pasar por el pasillo, vi en un dormitorio a Menchi de rodillas, sobre el vientre desnudo de Briguit, que estaba tumbada en la cama. Menchi buscaba el calor del sexo de la rubia en la penumbra del dormitorio. Briguit me vió pasar y me miró con cara de resignación y placer, como queriendo decrime lo que estaba disfrutando de aquello a la vez que me parecía pedir que deseaba el final de su dulce tortura.


Cuando volví no me atreví ni a mirar para el dormitorio. AL entrar al salón, Whu le comía los pechos a la africana. Sandy se había tumbado sobre la mesa baja y la asiática se entretenía en hacer mil diabluras con su lengua en los senos de dulce chocolate.


Me fijé en el sexo totalmente depilado de Sandy, y a pesar de todo, la piel en esa zona tomaba un color más oscuro. La asiática era de una piel algo macilenta y amarillenta. Su bello estaba discretamente extendido y era de color azabache.


Whu introdujo un dedo en la fruta de Africa tropical de Sandy. Pudimos ver la piel rosada de su interior. La negra separaba las piernas y la amarilla introducía su dedo índice y lo movía para proporcionarle a la perdedora del juego un placer que la transportara al orgasmo, que era la victoria de verdad en el juego al que acababa de jugar.


Whu dio media vuelta y colocó la cabeza de Sandy entre sus muslos. Entonces puso sus rodillas sobre la mesa y se agachó. El sexo de la asiática se posó en los labios carnosos de Sandy y pude ver la lengua de la africana lamer la fruta exótica traída de oriente. Whu se agachó y colocó su cara entre los dos muslos de Sandy y comenzó a lamer la rajita rosada de la negra. Se ayudaba con el dedo para proporcionarle un orgasmo que no tardó en llegar, en forma de suave balanceo y de dulces gemidos que más parecían susurros de amor. Luego


Delante de mí, Vicky y Pituka se metían mano de una forma descarada. Pituca había desrremetido la camiseta de Vicky y le metía la mano dentro, acariciando los pechos de su trabajadora. Vicky había subido la falda de su jefa y introducía la mano en sus bragas y le acariciaba el sexo. Tan pronto se besaban como miraban a las dos esbeltas chicas haciendo el amor delante de nosotras encima de la mesa.


Whu también disfrutó de un orgasmo,. Estaba delante nuestra y de repente alzó la cabeza produciendo un meneo de su cabellera que onduló sobre sus hombros un momento.- Estiró la espalda y suspiró mirando al techo y comenzó a moverse de acá hacia allá sobre la cara de Sandy. Sus tetas aparecieron ante nosotros como dos flanes rematados por unos pezones ahora sobreexcitados y abultados. Cuando pasó el furor inicial del orgasmo, Whu pareció recomponerse y volvió a agachar la cabeza entre los muslos de Sandy.


A mí, Rocío no dejaba de calentarme. Me decía cosas cariñosas al oído y me insinuaba que quería hacer el amor conmigo. Me ponía encendida cuando me decía eso. Me abrazaba y seguía besándome en el cuello y susurrándome "hazme tuya".


Pituca se hartó ya de contemplar a las dos exóticas modelos - ¡Venga! ¡Ya está!.- Las chicas se levantaron lentamente, remolonas. Vicky fue a un cajón a sacar un maletín de madera. Antes de abrirlo, Rocío fue a coger la botella de ginebra para pegarse otro lingotazo. Vicky se la arrancó de las manos.


-¿Quieres beber? ¡Pues bebe así!-


Vicky se puso de puso la botella de Ginebra como si fuera una picha, a continuación de su pubis. La ginebra caía por la boca de la botella lentamente y Rocío se acercó de rodillas, moviendo exageradamente las caderas y marcando mucho el culo. El sexo le asomaba por debajo de la falda, entre los muslos.


-Si quieres beber tienes que desnudarte.- Vicky se apartó, y Rocío, sin levantarse se quitó el traje. Sólo entonces Vicky la dejó que mamara de la botella que seguía apoyada en el pubis como si fuera su pene. Rocío lamía la boca de la botella y Vicky la movía de vez en cuando, lo que provocaba que un chorro mayor de la cuenta saliera de la botella y se le resbalara por la barbilla y cayera por el cuello




Pituca ordenó a Whu y a Sandy. -¡Que no caiga ni una gota de Ginebra al suelo.- Y las chicas fueron prestas a lamer la piel de Rocío, que empezó a sentir las dos lenguas calientes recorrerle los pechos. Vicky le aparto la botella de la boca a la mamona y comenzó a rociar con ella la espalda y cada gota de ginebra era lamida por una u otra chica.


Vicky se bajó los pantalones y las bragas. Pude ver un vientre bonito, pero que en nada parecía a las de las modelos. Su sexo era frondoso, en contra del cuidado pubis de las modelos. Acercó la botella a su vientre y un chorrito de ginebra recorrió su pubis hacia el sexo. Con presteza, rRocío colocó su lengua en el sexo de Vicky y luego los labios y comenzó a beberse la ginebra que llegaba hasta allí.


De repente, Vicky volvió a rociar el cuerpo de Rocío de ginebra. Las dos modelos se afanaron en lamer la piel mojada de Rocío, hasta que la ginebra llegó también al sexo de Rocío. Sandy se colocó bajo su sexo y comenzó a lamerlo como ella hacía en Vicky. Después, un chorro de ginebra resbaló porla espalda de Rocío. Whu lo dejó bajar hasta las nalgas de Rocío, entonces se puso de rodillas , y cayendo sobre Sandy, buscó la ginebra entre las nalgas de Rocío.


Temblé cuando ví que Pituca se acercaba a mí pues pensaba que me iba a sobar o algo así. Desde donde estaba se veían uno encima de otro, los dos coños de las modelos que saboreaban la ginebra en el sexo y el ano de Rocío. - ¿Te gusta Rocío?.-


Asentí con la cabeza.- ¿Es tu primera vez?.-

-Sí.-

-No me defraudes. Lo tienes que hacer. ¡No sabes lo pesada que se `pone Rocío cuando no la follan!.- Se alejó de mí y dio una orden a todas.- ¡Nenas! ¡-Venga! ¿Vamos a repartir el bacalao!-


Abrió el maletín y ante nosotros aparecieron todo tipo de consoladores. - ¡Deja que los elijan ellas!.-


Sandy eligió un consolador de gran tamaño, que testaba asido a un soporte junto a una correas. Whu, haciendo una indicación a Pituca que indicaba que harían juntas el amor, cogió una especie de chorizo que tenía a ambos lados la forma de un prepucio. Rocío eligió un consolador rosa, también con correas y chupando la cabeza, me dirigió una mirada sensual.


Rápidamente, Pituca y Whu fueron a un lugar apartado del salón y Vicky comenzó a colocarse las correas de manera que donde antes estaba la botella de ginebra aparecía ahora un pene postizo de color negro. Se terminó de desnudar y tomó a Sandy sin contemplaciones. Sandy respondió como una gata en celo, arrimando su trasera al pene postizo y obedeciendo a una indicación de Vicky para que se pusiera de rodillas. Las dos quedaron frente al sillón y Vicky introdujo aquello bajo las nalgas de Sandy, alcanzando su sexo por detrás.


Rocío me agarró y me indicó una habitación que podía convertirse en nuestro nido de amor. Fuímos pasillo adelante. Era la única chica que permanecía decentemente de vestida. Al pasar por el pasillo junto al dormitorio vimos a la señora, que se había sentado en la cama sobre la modelo rubia. Se había sentado de espaldas, de manera que tenían frente a ella el coño rubio, y había colocado cada una de las largas piernas de la modelo detrás de sus brazos. La postura forzada hacía que el sexo de la chica estuviera a merced de los caprichos de la señora Menchi, que se afanaba en introducir un par de dedos como si fueran un pene, intentando arrancar un nuevo orgasmo en aquella chica que aún llevaba puesto el traje rosa que había despertado el deseo de la señora.


Si hasta ese momento estaba más asustada que excitada, desde ese momento no fue así. Sentí por primera vez un vivo deseo de tomar a Rocío y hacerla mía. La agarré de la cintura, sintiendome dueño de aquella figura delgada y elegante y fuimos a el pequeño dormitorio que ella decía.


Ella misma me desnudó con rapidez y se empeñó en ponerme las correas del consolador. No daba con el asunto, pues estaba bastante borracha. Me excitó muchísimo que me bajara las bragas. Sobre la marcha me quiso comer el sexo, y estuvo un rato hasta que me sentí demasiado excitada. Entonces pensé que si no me andaba con cuidado, sería yo la que terminaría con el consolador dentro. Me lo puse.


-¡Mama de aquí como has mamado de la botella! ¡Putillla!.- Rocío obedeció dócilmente y comenzó a simular una felación de lo más excitante. Rocío me agarraba de la cintura y se afanaba en su interpretación hasta que pensé que era suficiente. Entonces la cogí y agarrándola del pelo la obligué a ponerse de pié.


No sé. Supongo que el verla bebida y dócil y el ver como la señora se follaba a Briguit y Vicky a Sandy desató cierto instinto dominador. La mordí en los labios y tiré de ellos. Luego penetré su boca con su lengua.


Extendí mi mano entre sus muslos, buscando por primera vez el calor de su sexo mojado. La acaricié con fuerza, casi con rabia, sintiéndome excitada ante la cara de calentona que se le ponía mientras la sobaba. La estuve acariciando y metiendo la yema de los dedos entre sus labios hasta que la sentí muy mojada. Luego hundí mis dedos y sentí que su respiración se entrecortaba y al poco tiempo dio paso a unos gemiditos. Sus labios buscaron mi boca y encontraron una pasión que se apoderó de ella.


La tiré sobre la cama. La agresividad con que la trataba la sorprendían pero disfrutaba con ella y le gustaba. Me tiré sobre ella, poniéndome de rodillas entre sus piernas. La sobaba con mis manos, las extendía y alcanzaba sus senos y su vientre. Ella se retorcía y levantaba las caderas flexionando las piernas. Coloqué mis rodillas debajo de sus nalgas y doblé mi espalda para probar el sabor de su sexo.


Aún sabía a ginebra. Busqué entre sus pelos depilados y sus abultados labios del conejo su clítoris excitado y lo contuve entre mis labios. Luego los lamí con fuerza durante un rato. Rocío se movía hacia mí, queriendo aumentar su placer aumentando la cercanía de su vientre con mi cara. La agarré de las nalgas con fuerza y la atraje hacia mí, descubriendo involuntariamente el origen de su humedad, donde introduje mi lengua durante un instante.


Me tendí sobre Rocío. Busqué sus pezones y comencé a lamerlos, obteniendo también un saborcillo a ginebra. Rocío puso sus manos sobre mis nalgas y abrió sus piernas como las alas de una mariposa, moviéndolas de la misma forma. Con toda su elegancia .


Sentí como colocaba la cabecita del consolador entre sus muslos y me invitaba a introducirlo en su sexo, pidiéndome que empujara, con los ojos cerrados, mirando al infinito. La introduje lentamente y me acoplé al cuerpo que seguro que deseaban cientos de hombres todos los días. Rocío arqueaba la espalda . Volví a sentarme sobre las rodillas y la traje para mí agarrándola de las caderas.


Ella sola se movía contra mi pene postizo, engulléndolo y rechazándolo y moviéndose a derecha y a izquierda. Levantó de nuevo sus caderas para que la penetrara mejor. Yo entonces, apoyando los brazos a ambos lados de su cuerpo, comencé a menearme de adelante hacia detrás y me concentraba en seguir el mismo ritmo que ella.


Ví introducir el brazo de Rocío por detrás de su espalda medio levantada, entonces, un instante después la sentí en la raja de mi sexo. Aquello era lo que me faltaba para que la excitación fuera a desembocar de manera inexorable a un orgasmo. Me enardecí al sentir que sus dedos no se conformaban con rozarme sino que me profanaban y sentía aquellos finos dedos delgados y elegantes introducirse. Entonces comencé a moverme para saciarme mi excitación y que aquello desencadenara mi orgasmo y también para follarme a Rocío, sin saber muy bien en qué consistía aún eso de que una mujer se follara a otra.


Me agitaba como una loca y presentí la llegada de mi orgasmo, pues el climax se me hacía gratamente insoportable. No pude aguantarme un gemido ronco de placer y entonces arqueé mi espalda, con lo que introduje de golpe todo el consolador en el sexo de Rocío, que comenzó a agitarse un ritmo que poco a poco fue el mismo al que yo me movía. Las dos nos corríamos, gemíamos y susurrábamos. Nuestros pezones se rozaban y quedamos las dos tendidas la una sobre la otra declarándonos un amor eterno.


Me desperté al rato. Era tarde y tenía que volver a casa. Besé a Rocío, que dormía profundamente la mona, en la sien. Me vestí y al pasar por el pasillo vi a la señora y la modelo rubia tendidas en la cama durmiendo y una escena parecida me encontré al entrar al salón. Pituca y Sandy dormían en el sofá y Vicky dormía en el sillón, teniendo en sus brazos a Whu.


Vicky se despertó al sentir que abría la puerta de la calle y le hice un gesto de que me iba. Me dio su aprobación.


Han pasado un par de meses y no había vuelto a saber nada de Pituca ni de sus nenas. Esta mañana he recibido una llamada. - Hola, soy Pituca. El sábado nos vamos a desfilar a Barcelona. Tu te vienes ¿No?.-


egarasal1@mixmail.com FOTOS

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