Solo quiero hacerte feliz
Camalenga: Si soy una Toneja. Me gusta mucho chupártela; es muy calientita, blanda y suave Se desliza entre mis dedos con mucha facilidad, mientras más sangre acumula más se mueve y yo solo tengo que seguir su paso Luego se moja y me gusta quitarlo con la lengua, sale más y más; Sabe muy rico. Cuando ya está muy mojada, suave, dura y con fuerza la coloco entre mis manitas y masajeo el glande tan brilloso y húmedo, se desliza entre mi palma y en ese instante brincas y sueltas un gemido que me ínsita a continuar así que la paso entre mis deditos presionando con ellos para que lubrique más; es respuesta te encorvas, tus nalgas se contraen, la piel se te eriza desde los pies hasta la nuca y cuando llega a tu cuello no puedes evitar gemir con mayor intensidad y eso me moja demasiado, es un mar entre mi bragas que ansía tu presencia.
Me inclino hacía esa verga tan majestuosa porque no aguanto el deseo de tenerla dentro de mí, junto saliva sobre mi lengua y comienzo a chuparla pero tu deseo es más grande y me la metes con fuerza, sostienes mi cabeza y empujas muy al fondo, rosándola con mis mejillas, es algo que me gusta mucho; el sonido que hace cuando baila entre mi saliva hace que quiera que empujes más y me dan arcadas pero no quiero que pares, quiero comerla toda, chuparla desde su base hasta la puntita mientras acaricio tus huevos que se erizan al contacto con mi mano, se ponen duros y rugosos, masajeo uno por uno con tantita fuerza para que se calienten y relajen, me gusta darles besitos y succionar uno por uno para que entren a mi boca como una canica y juego con ella paseándola con mi lengua por todo el interior, se deslizan de un lado a otro mientras con mi manita aprieto desde la base de tu falo, subo y bajo con fuerza, está muy dura y mojada, continuas dando brinquitos, tu huevo en mi boca va saliendo con la misma facilidad con la que entro para darle paso a su amigo. Ya hay mucho líquido por todos lados, el mar en mi vagina comienza a desbordar, mi clítoris palpita y me dan muchas ganas de que estés dentro
Subo lentamente y con tu verga masajeo mis pezones, me éxito demasiado, junto mis bubis para que mi amigo se pueda deslizar entre ellas, todo es muy suavecito; doy golpecitos con tu glande mojadito a mis bubis que rebotan, le doy la última chupada y succiono como si quisiera sacarle la lechita en ese momento, masajeo tu glande con mi palma provocando una vez más esa curvatura que me enloquece y lo llevo a su casita pero como es educado primero toca la puerta así que acaricia mis labios y presiona el timbre muy suavecito, se abre la puerta y se siente el agüita que hay dentro, con un solo movimiento entra hasta lo más profundo, mi temperatura sube, mi corazón se acelera y tengo ansias desenfrenadas de fundir nuestras bocas; con el balanceo puedo llegar hasta mi objetivo, con el sabor de mi última chupada te doy un beso húmedo y sabroso para que sepas lo deliciosa que tienes la verga.
Comienzo a moverme suavecito y despacio, siento como mi amigo late por dentro acariciando las paredes entra y sale, me emociono cada vez mas así que subo la velocidad, sé que quieres lo mismo porque sujetas mi cadera con una mano y me abrazas por la espalda, con tu otra mano tiras de mi cabello haciendo que mi espalda se curve y eso me excita demasiado
Señor L: Con deseos inmensos de ti, me la has puesto mega dura. Jadeando en mí asiento.
Camalenga: Quiero que me la metas hasta dentro; me nalgueas y eso me da ganas de que me penetres más y más.
Con la manita que sostenías mi cadera tocas mi culito, haces círculos, llevas tus dedos a mi boca que lleno de baba para que puedas introducirlos en mi traserito y con cada envestida tus deditos empujan un poquito más.
Señor L: Babeante, hambriento de ti. Un mensaje tuyo me acaricia el alma y somatiza a tu mejor amigo. Que gorda se puso, le es difícil orinar, te desea, te deseó ayer y te deseara cada minuto que le quedan a este día y mañana, toda la semana, todo el mes.
Camalenga: Tus deditos logran entrar, puedo sentir como acaricias con ellos tu pene desde mi colita, me sigo moviendo, mis tetas rebotan y tus testículos acarician mis labios, tus dedos mojan mi culo y despido sudor por todo mi cuerpo, recojo tu cabeza con mi mano y la acerco a mis tetas, quieren tus besos, buscan tu lengua.
Mientras muerdes mis pezones doy sentones a tu verga tan parada como el asta de una bandera que entra y sale con dulzura.
Señor L: Me encanta.
Camalenga: Me tomas de la cadera con tus dos manos y me mueves hacia adelante y hacia atrás, mientras envistes con fuerza. Me tomas de la cabeza y me giras por la cama, mi amigo se sale y yo protesto, hago berrinche porque no está en su casita; me abres las piernas, acaricias mis muslos y me penetras, te recuestas en mí, subes y cabas, besas mi cuello y te tomo de las nalgas, QUIERO QUE ME LA METAS una y otra vez, me gusta sentir cuando sale y cuando entra.
Ye sujeto de la espalda y la acaricio con una mano desde te cuello hasta tus glúteos, cuando lleva a la curvatura que se forma arriba de tus nalgas enloquezco y quiero que me penetres con más fuerza.
Señor L: Tengo un garrote entre las piernas, la piel erizada. Ya hay manchas y olor que sutilmente delatan mi locura ahora.
Camalenga: Me sostengo con fuerza mientras mis piernas están al aire y tu ye balanceas dentro de mí una y otra vez, puedo sentir como caen en mi pecho las gotas de sudor que vienen de tu frente. Y vuelves a sacar a mi amigo, pero antes de que pueda quejarme siento tu lengua calientita en mi clítoris, acaricias, succionas y besas, sale mucho jugo desde mi interior y sorbes poquito a poquito; metes dos dedos y haces círculos muy rápido, sigues besando y dando lenguetasos por toda mi vagina, me giras, me pongo de cuatro y subes tu lengua a mi colita, chupas y acaricias, sacas tus dedos y con la lubricación que has provocado dilatas mi ano despacito y preguntas: ¿Dónde vas a querer que me venga?, pero yo no quiero que te vengas, así que respondo que aún no lo sé.
Introduces tus dedos en mi colita y muerdes mi trasero, mi amigo se prepara para volver a su casita calientita y acogedora, metes con fuerza y me das nalgadas, una nalga y luego la otra, saltan al aire; me tomas de las tetas y me levantas.
Señor L: Quiero hacerlo, nalguearte. Me encanta como redactas.
Camalenga: Jalas de mi cabello hacía tu pecho y me penetras con fuerza mientras tu otra mano acaricia mis pezones; muerdes mi hombro y me arrojas hacía la cama para que regrese a cuatro, con la verga empapada das golpecitos a mi culito, suavecitos y despacito mientras va entrando poco a poco.
Señor L: Quiero irme al hotel, mostrarte como se ha puesto roja y dilatada.
Camalenga: Busca su camino y siento como voy dilatando, con cuidado vas abriéndote paso, siento tu baba caer sobre mis nalgas, das un último empujón y consigues entrar. Comienzas despacio, sostienes mis nalgas y te balanceas popo a poco, arrugo las sabanas con mis manos y comienzas a moverte con rapidez, en cada embestida mis tetas vuelan y se mueven de un lado a otro, tus huevos chocan con mi vagina mojada y se siente muy rico, me penetras con delicadeza. Sobas mi clítoris con tus dedos y sigues moviéndote, todo palpita, todo se humedece, es tan relajante, delicioso, excitante que no quiero que acabe.
Me das la vuelta, me haces a la orilla de la cama y me cargas, de un sentón tu verga entra en mí y comienzo a subir y bajar, mi clítoris rosa con tu pubis, tu verga late en mi ser, siento su suavidad y me gusta que se deslice en mí; arriba y abajo, cada vez más rápido, cada vez más profundo, y llega esa sensación, un cosquilleo, quiero más y más y MÁS MUCHO MÁS..!! Amo tu verga, mi culo vuela, mis tetas bailan, tus piernas fuertes y duras hacen que rebote y me penetras, siento como se pone dura, como late con fuerza, ese momento en el que dispara toda su leche dentro de mí, cada uno de los saltitos que da hasta quedar vacío.
Pierdo la fuerza, estoy cansada, sudada y muy feliz. Te recuestas a mi lado y te abrazo, recorro con mi mano tu pancita y trato de recuperar el aliento, te sigo acariciando, nuestros pulsos disminuyen, estas tan relajado que los ojos te pesas, veo como se cierran tus parpados, doy un giro, subo a tu pecho, te doy besitos en la cara, por tus mejillas, en tus ojitos, por tu frente, te acaricio los laterales de tu abdomen, desde las axilas hasta las piernas, meto mi mano hasta dónde está mi amigo.. ESTA DURO Y LATE. Abro las piernas y regresa a su casita.
TE AMO MUCHO FOTOS
Mi diminuta putita Carla
CARLA, MI PUTITA DELGADITA Y DIMINUTA
La noche que conocí a Carla hacía frío, llovía y con ese mal tiempo no había casi nadie en el boliche al que fui, por lo que no esperaba hallar a semejante divina putita. Yo iba a ese boliche frecuentemente a buscar putas complacientes, porque las que había ahí se dejaban hacer todo lo que yo quería, y esa noche había algunas otras, pero Carla era nueva en ese local y fue la primera que se me acercó, con su vocecita ronca y su tamañito minúsculo, casi de nena.
Carla no tenía nada de tetitas, era flaquita y lisita como un chico de 11 años, estaba encaramada sobre unas botas negras de tacos altísimos y caminó hacia mí haciendo equilibrio, pero la medí con la vista y calculé que descalza en patitas no llegaba al metro con 30 centímetros y debía tener unas patitas preciosas por lo diminutas.
Me deliran las putitas chiquititas, diminutas, lisitas, y especialmente las de patitas chiquititas y finitas subidas en sandalias que les dejan sus patitas casi desnudas, porque en esos cuerpitos pequeños y angostitos les clavo mi pija llenándoselos y siento que las dilato por dentro y las sacrifico haciéndolas bramar desesperadas cuando las someto así, y ellas se la tienen que aguantar porque para eso son putas, les pago bien y hay muchas a las que les gusta ser putas y cojer, o mejor dicho, ser cojidas.
Y Carla era la más pequeñita que había visto en mi vida, por lo que con su estatura minúscula me excitó tremendamente, me la imaginé cojiéndomela agarrada de la cama con las uñas y rajando las sábanas, sufriendo y aullando alojándose mi pija, que parada mide más de 25 centímetros de larga y tiene casi 7 centímetros de gorda. Pocas putas me aguantan tamaña pija, algunas me la tienen que comer para sacarme las acabadas porque no les cabe en la concha, y mucho menos por el culo, por eso una putita pequeñita como Carla me excitó más que ninguna. La quería tener clavada por mi pija y aullando, a lo mejor hasta se la podía enterrar por el culo sometiéndola como una esclavita. Me encanta que las putas sean gritonas, ya sea porque eso les gusta a ellas o sufren realmente mis cojidas, o porque saben que gritando y haciéndose las destrozadas por mi pija, me excitan más, y esas son las mejores, las que gozan siendo cojidas.
De Carla me gustó su vocecita ronca de fumadora, casi una voz de machito, sus ojitos negros brillantes, el pelo cortito como un varoncito de 11 años, y su carita de pendeja, toda pintada en labios y ojos, como una putita cabaretera. Era una mezcla de chico y de nena, lo cual me puso al repalo al instante porque la imaginé como un nene preadolescente al que clavaba depravadamente, sometiéndolo hasta hacerlo mi putito. Más tarde supe que Carla tenía entonces 44 años, pero no los representaba, era una hermosa putita madurita que justamente por su edad y su aspecto de depravadita me hicieron pensar que era experta y se dejaría hacer todo lo que yo quisiera, así que apenas la vi, decidí que me la cojería esa misma noche.
Me encantó oírla hablar, su vocecita ronca y simpática, sus ojitos brillantes con rimmel y su tamañito minúsculo me pusieron la pjja al palo en segundos, así que la contraté para toda la noche, ofreciéndole pagarle lo que me pidiera. Carla aceptó entusiasmada pero no me cobró más que las putas que me había cojido otras noches. Pagué por ella por toda la noche, pero antes le avisé que tengo una tremenda pija y le pregunté si estaba dispuesta a que se la clavara entera y aguantármela.
Carla fue desde el principio muy franca y directa conmigo, me miró a los ojos, se rió y me dijo que se la iba a aguantar como fuera, que para eso era una buena puta, que podía alojarse una pija bien gorda y que sabía hacerlo, que estaba segura de que ella me iba a gustar y me iba a hacer gozarla a fondo, así que pagué con gusto por ella y me la llevé al hotel más cercano, donde tomé la mejor habitación para toda la noche. Carla, casi una enanita, me hacía presentir que a ella me la iba a cojer como a ninguna.
Entramos a la habitación y me preparé para gozármela a fondo. Carla apagó las luces, diciéndome que así me calentaría más palpándola a oscuras, y que después podría verla toda desnuda, pero que al principio quería hacerme tocarla toda sin verla y que así me iba a gustar más. Le hice caso, me puse en bolas, con la pija como un mástil, y me acosté de espaldas en la enorme cama para recibirla y ensartarla, mientras ella se desnudaba en la oscuridad, riéndose siempre. Me gustó eso de cojérmela a oscuras porque la pobrecita puta no me podía ver la espantosa pija al palo y cuando la sintiera clavándosele, no iba a poder hacer nada por impedirlo. Carla siempre tenía buen humor, jamás la vi enojada ni con mala onda, y decía cosas lascivas con gran naturalidad sabiendo que eso me calentaba, era una putita de alma y le gustaba ser así, después cuando la conocí más, me contó todo de su vida y yo a ella de la mía. Con Carla me sentí siempre desnudo de alma, pude hablar con ella de absolutamente de todo y pude hacer con ella todo lo que siempre ansié, y ella era igual conmigo, por eso la amé y la adoré y la hice mi amantita.
En la oscuridad sentí el cuerpito caliente y áspero de Carla poniéndose encima del mío, su boca buscó la mía y me dio un chupón de lengua con saliva que terminó de hacerme adorarla como a ninguna otra puta que me hubiera cojido. Me agarró los pezones con ambas manitos y me los tironeó mientras me metía su lengua áspera de gata hasta el paladar y me la revolvía adentro, pasándome su espesa saliva haciendo globitos y ruidos CHUUPPP. Me gustó su tironeo de tetas, eso a mí me pone a mil, y Carla pareció adivinar mis gustos desde el primer momento porque se me prendió de los pezones con furia. Le pedí más tironeos, que me los arrancara y me los mordiera, y la pequeña putita se me prendió con las uñas y los dientitos de mis pezones estirándomelos como para arrancarlos, y en seguida me los mordió furiosamente con sus dientecitos afilados haciéndome bramar de placer y dejándome las marcas de sus dentelladas, que llevo siempre como recuerdo de mi diminuta puita Carla. Entre mordida y mordida, me susurró que a ella le encantaba hacer eso, y fui descubriendo con Carla que éramos tal para cual. Ese dolor de las mordidas es suficiente para que la pija se me pare como un riel aunque me haya acabado varias veces. Entonces la mordí a ella, clavándole mis dientes en sus minúsculas tetitas, y Carla aulló ronca, pero me dejó masticarle las tetitotas, le gustaba! Después, ya con las luces prendidas, vi en sus diminutas tetotitas lisas como de chico preadolescente las marcas de tremendas mordidas, se las habían masticado dejándole las huellas, que ella, orgullosamente, llamaba “mis heridas de guerra”.
Sentía a Carla apretándose contra mi cuerpo y frotándose como una pequeña víbora, empezando a sudar encima mío y emitiendo rugiditos de loba, y luego me sacudió contra la cama chocando y golpeando su cuerpito contra el mío con sus escasos 38 kilos, haciéndomelo sonar como estampidos, mientras me lamía y me masticaba los pezones. Por momentos lanzaba alaridos de tigra herida, que me ponían la pija como jamás en mi vida. En seguida empezó a bajar por mi cuerpo con su áspera lenguita untándome con su saliva buscando comerme la pija hasta que llegó a mamarme la punta de mi tremenda pija al repalo.
La sentí temblar de espanto al darse cuenta del pedazote que se metía en la boca, pero me la empezó a mamar sin dejar de tirarme de los pezones, no dijo nada y se empezó a meter mi pija en su boquita sorbiéndola con ruiditos y empapándomela con sus salivotazos, que me mojaron hasta los huevos. Me mordió la pija y pronto sentí que esa divina putita diminuta me estaba tragando toda la pija de a poco, centímetro a centímetro, en un esfuerzo increíble para ser tan chiquitita y delgadita, apretándomela y masticándomela con sus dientes. Si todavía no adoraba a Carla, esas masticadas y esos salivotazos me hicieron que me enamorara de ella para siempre. Por un momento se la sacó de la boquita llena de saliva y murmuró: “Qué tremenda y hermosa pijotaza tenés, Papito! Te voy a llamar Papito, y yo seré tu Nenita! Eso no es una pija, es una pijotaza! Cuánto mide ese pedazote? Te la voy a comer toda, te la voy a tragar entera, aunque me ahogue y me desencaje la mandíbula!”, y se la metió de nuevo sorbiéndomela con un salvaje CHUUPPP y pronto me di cuenta que esa pequeña gatita puta, desesperadamente prendida de mis pezones con las uñas, se la estaba metiendo entera en la bocuchita, con desesperación, hasta que consiguió atravesársela en la garganta.
Yo la tenía agarrada de la nuca y la empujaba para meterle mi pija, sentía que me la estaba cojiendo por la boca y Carla se retorcía encima mío y tiraba pataditas ahogándose no pudiendo respirar. Nunca me habían hecho una tragada semejante, ni siquiera aquella negrita Fabiana que me la comió entera por primera vez, con la cabeza colgando en el borde de la cama. Sentí a Carla retorcerse ahogándose atorada con toda mi pija metida hasta el fondo de su garganta y haciendo esfuerzo por tragársela más aún.
La pobrecita pataleaba atragantándose y le salían ruidos espasmódicos, se sacudía en la cama retorciéndose como una desesperada y se me apretaba agarrándose con las uñas de mis pesones como si la estuviera matando, pero me la comió entera hasta el fin, prendida de mí con las uñas, totalmente engargantada, y recibió mi primera acabada a chorros pegándole más adentro de su gargantita, sacudiéndose ahogada sin aire, asfixiándose, pero me la tragó con ganas, complaciente y obedientemente, me la aguantó toda así hasta que le acabé y me vació los huevos. Para eso la había alquilado esa noche, pero Carla demostró ser la más divinamente putita que jamás tuve. Recién entonces Carla se la sacó de la boca, chorreando mi monstruosa acabada, y respiró tosiendo, la carita empastada y casi asfixiada por la tragada infernal que me había hecho, y con la bocuchita chorreando mi acabada, ronca y hermosamente puta, apenas pudo me dijo “Te gustó, Papito? Soy buena tragadora? Cuánta pija me tragué? La tenés espantosa de grande! Te juro que nunca me comí una pija así!”
Apenas pude contestarle “Sííí!!! Putita mía, te tragaste más de 25 centímetros de pijota!”, porque había sido la Garganta Profunda más espantosamente hermosa de mi vida, hecha por esa diminuta putita minúscula sin tetas, delgadita, sudada y todavía prendida de mis tetas con las uñas.
Carla me lamió amorosamente la pija, tragándose parte de mi lechotazo, me untó los pezones con su áspera lenguita pasándome mi acabotazo mezclado con su salivotita, después subió por mi cuerpo y me pasó en un chupón el resto de mi lechota con su saliva pastuda y rica, regalándome con sus CHUUUPPP, y al final se desmontó de mi cuerpo, toda sudada como una yeguita puta. Agotada por el tragotazo descomunal, se me desmoronó encima y se acostó jadeando al lado mío, todavía sin aire por la tragada infernal que casi la había asfixiado, dándome tiempo para que me recobrara de esa acabada descomunal, y esperó para una segunda o lo que quisiera hacerle.
La pequeña putita era muy complaciente, además de caliente, y sabía lo que me estaba haciendo y esperaba más. Le gustaba cojer como a ninguna otra puta y en esa primera vez ya me lo demostró, era puta de alma y gozaba siéndolo y demostrándolo.
“Sos una terrible putita, Carla, te amo, te adoro!”, pude decirle entre jadeos, y ella riéndose me contestó: “Y todavía te falta lo mejor, mi Putasote!”
Me encantó que me llamara así, “mi Putasote”, y me di cuenta de que esa putita del infierno me había enamorado y que quería seguir cojiéndomela toda la vida, y se lo dije: “Quiero que seas mi Putita, mi amor, mi Amantita puta, mi Hembrita, te adoro, Carla! Vos sos mi Putita Diminuta y yo seré tu Putasote!”,
Y en esa, que fue nuestra Noche de Bodas, que siguió todo el día siguiente hasta la noche, en que estábamos casi desmayados, y así se inició mi amor por Carla, mi Putita Diminuta. De ser inicialmente mi Putita, Carla pasó a ser mi Noviecita, mi Amantita y mi Esposita, siempre espantosamente degenerada y putita. Ella me decía: “Nací para ser putita, TU PUTITA, amor mío!”´
Carla sufrió esa noche mi primera espantosa invasión a su diminuto y delgado cuerpito, gritó y bramó al ser penetrada y llenada por mi pija, rajó las sábanas y se retorció ensartada, se me inmoló como si en eso se le fuera la vida, fueron cojidas colosales e inolvidables que duraron toda la noche, la mañana y hasta la noche del día siguiente. Inventábamos maneras de cojernos, Carla pronto quiso ser también mi Machita, cojiéndome a mí con una gruesa pija sujetada por un arnés, y me montaba a los alaridos para domarme y clavarme, ella me ensartaba a mí y luego yo a ella, y vuelta a cojernos.
Hace 13 años que me la cojo a mi Carla, la mejor y más divina putita de todo el planeta, y LA AMO. Ella tenía 44 años cuando le hice la Noche de Bodas y ahora, con sus hermosos 57 años, es más hermosamente puta y es mía, toda y completamente MÍA.
EL PUTASOTE DE CARLA
FOTOShermano y yo. sadomasoquismo.
Amante a mis 16 años
Un trio singular
por caliente
MI PERRO ME HIZO SU ESCLAVO Y LUEGO MI AMIGA
Le debia dinero y consenti
la sobrina atrevida
Calentura en el Cine
La primera vez que practique sexo anal
Maestra de Ingles
Despues de unos 10 minutos de hablar dejamos la formalidad y empezamos a hablar normal, cuando nos dimos cuenta ya habia acabado la clase. Al dia siguiente como la cafeteria de la escuela tiene 2 nieveles y todos comen abajo, invite a gaby a que conociera la parte de arriba y comimos ahi. Usaba unos pantalones rojos flojos y una camisa polo normal pero aun asi me excitaba, decidi en lugar de manosearla seguir teniendo buena relacion con ella, aunque en el fondo le queria hacer tantas cosas... Unos tres meses despues decidi que debia hacerle algo, algo pequeño para empezar asi que un dia comiendo, ella traia una falda como el dia en que la conoci pero un poco mas grande, asi que decidi empezar a sobarle la pierna en la parde de arriba ella se reia pero conteniendolo y cuando le empezaba a subir la falda ella no decia nada hacia como si no lo sintiera asi que me avente a tocarle su concha pero traia sus bragas pero cuando iva a lograr hacerlo ella se levanto como un poco timida se volteo, me beso y se fue.
Me dejo desconcertado pero al mismo tiempo excitado, despues de las vacaciones de invierno solo tenia un proposito que era ir a besarla asi que ese 1 lunes fui con ella a hablar y solo me dijo que se estaba excitando y que no queria meterse en problemas y mientras se agachaba la cabeza y yo le sobaba las piernas fui a ella la bese pero no la solte hasta que fuera mutuo el beso.
Nos despedimos y me fui. Hasta el dia siguiente fue cuando fui con ella vi que estaba agachada y pues ya era hora y fui a agarrale el culo ella solo se levanto y me dijo "que ya quieres" y acento la cabeza a una de las bancas y simplemente ambos reimos pero claro seguia agarrando sus nalgas y pues cuando ya iban mis manos para otra parte llegaron los demas alumnos. por fin se ponia buena la cosa cuando llego la hora de comer en lugar de comer decidimos ir atras de los salones donde empeze a agarrarle el culo y a besarla ella no pudo evitar tocar mi pene cuando sintio que estaba erecto empezo a bajar hasta que bajo mis pantalones y lo vio, sonrio y empezo a mamarlo, puta no lo podia creer pero si ahi estaba la maestra mas buena de la escuela mamandomela, ya estaba apunto de venirme en su boca cuando se mete toda la verga hasta el fondo y pues ahi me vine, la saque de su boca y con las piernas en el suelo en forma de V sonriendo abrio la boca vi mi semen y despues vi como de lo trago.
Despues solo me pregunto " te gusto"?, por que hay mas cuando dijo eso se me volvio a parar y ella con una cara sorprendida me puse contra la pared la cargue ella agarro mi pene erecto y se lo puso en su deliciosa vagina ahi la empece a coger me sentia tan increible sabiendo que la hacia disfrutar y cuando los dos llegamos al orgasmo estabamos cansados por la posicion, despues de eso estaba yo agotado y ella se veia igual pero con una cara de satisfaccion, solo la vi hasta la salida que me despedi de ella, yo pense que ahi iba a quedar todo pero depues de como 2 semanas de no hacer nada ni nada me dice que voy a reprobar y si iva a hacerlo por que por hacer cosas con ella no pensaba en su materia (en las demas si no se por que) y cuando me dijo que tenia que quedarme despues de la escuela e ir los sabados a su casa a "estudiar" se me aclaro todo y si no estudiamos nada pero que bien cogimos por 2 semanas y despues solo agarradas manoseadas y nada de sexo hasta el final del año que me dijo que era una despedida por que yo ya salia de ahi.
Una pequeña historia de un dia que me quede con ella: fue que llegue y ella estaba en ropa interior asi que llegue corriendo a montarme sobre ella y pues a ella no le molesto lo se rio y me dijo "nunca hemos echo un anal verdad"? y pues no asi que fuimos a su cuarto y despues de un sexo normal se lo meti por el orto y ella se veia que le dolia pero queria seguir hasta que me vine en ella. Ahora una pequeña historia de cuando nos quedamos despues de clases: solo fui a su salon y estaba trabajando y pues no tenia tiempo para sexo asi que me puse detras de ella y mientras le manoseaba las tetas la trataba de convencer y solo me dijo una mamada y ya pero ya que solo era una mamada pues la grabamos con su camara y pues ella estaba desnuda y asi el video es medio porno y solo nosotros 2 lo hemos visto
P.D despues de eso la escuela estaba completamente vacia y ella no queria coger asi que la rete a bajar desde secundaria hasta primaria desnuda y lo hizo completamente desnuda y me excite tanto que me dijo a ver tu tambien asi que ahi vamos los dos y pues obviamente hicimos una escala para coger. Bueno adios, espero que les haya gustado tanto como ami cogerme a gaby.
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MI Cherito y Yo
La verdad me gusto mucho desde que lo encontre. Tenia un aire mistico y varonil, una sonrisa clara y una mirada que ufff , me excito a mil. En aquel entonces me ganaba la vida de forma no tan decorosa... bueno, a decir verdad no era que ello me gustara tanto , pero en un momento tome aquella decision y bueno , tampoco me arrepiento... de no ser por ello no habria sabido de el.
En fin, resulta que una noche en que estuve dando vueltas aquel lindo chico me abordo, me pregunto la tarifa y al instante se la di. Acto seguido y tal como debia de ser, enrumbamos a un hotel cerca de alli. Lo que paso en ese cuarto fue algo tan adrenalinico que no pude sacarlo de mi mente en mucho tiempo, recuerdo que estaba algo tomada y dispuesta a dejarme hacer casi todo por el. El tono de su voz me puso a mil y experimente tantas ganas de que me follara. Senti sus manos sobre mis senos, apretando mis pezones por sobre la ropa una y otra vez y senti tal calentura que no deseaba salir de alli. Me los apretaba con una fuerza indescriptible y me hizo sentir tanto placer que rogaba que me la metiera de una vez.
Nos quitamos la ropa. Recuerdo que nos besamos muy muy lento y al morir del beso me tendio sobre la cama. Me sentia tan libre. En eso me abrio suavemente las piernas y se puso encima mio. Sus ojos lujuriosos me recorrian lentamente y los mios a el. Y de pronto sin esperar mucho senti como su piezota me llego hasta el fondo de mi cuevita, me senti en el paraiso mientras el moviendose me preguntaba: "TE GUSTA? QUIERES MAS?" Yo asentia a todo con un "SI , NO ME LA SAQUES TODAVIA , POR FAVOR" ... "NO MI AMOR, NO VOY A SACARLA"- me contestaba. Le preguntaba si estaba rico. "SI, MAMACITA SI" , me respondia con una voz tan arrechante que me faltarian palabras para describir la excitacion que me causaba el tan solo oirlo hablarme. "I LOVE YOU CHIQUITO", le deslice ... "TE AMO TAMBIEN", me contesto. Y es que estabamos tan excitados.
Se movia delicioso dentro de mi y desde ya moria de ganas de volver a tener tan rico pedazo para mi sola nuevamente. Lo recuerdo diciendome cositas excitantes a las cuales respondi con total amplitud. "QUIERO TOMARME TU LECHITA , PUEDO?"- le pregunte luego de un rato. "SI BEBITA , TOMATELA TODA ... QUIERO QUE TE LLEGUE HASTA EL FONDO DE TUS ENTRAÑAS" , me contesto. Me acerque a su glande con la punta de la lengua y abri la boca de modo tal que cogi todas las gotas que podian caber en ella. Saboree su rica leche y dije para mi: " ESTE HOMBRE ES CASI UN DIOS!"Asi , sin darme cuenta (ni importarme mucho aquello) , habian pasado casi dos horas en las cuales olvide por completo que debia ser un "trabajo" y mas bien, desee quedarme unas 20 horas mas con el. Pero el fin fue inevitable, yo debia de irme ya y el tambien debia irse a casa.
Recuerdo que nos despedimos y desee con tantas fuerzas el dia de volverlo a ver. Y aunque no lo conoci muy bien a la siguiente vez , su forma de poseerme me hizo refresco la memoria en un dos por tres. Y siguieron otras mas , como aquella donde llegamos al cuarto y lo invite pasar conmigo al baño y cogimos en la ducha como si fuese el ultimo de nuestros dias. Recuerdo sus manos sobre mi mojado cuerpo, frotando delicioso mis excitados pechos y sobandome por detras. Necesitaba tener su pedazo tan rico dentro de mi cueva y asi lo tuve. Senti como se movia por dentro mio, dandome lo duro y suave que podia. Le preguntaba: "TE GUSTA ? YO ESTOY MUY ARRECHA , SABES? QUISIERA TENERLA DENTRO SIEMPRE MMMM" ... la concluimos en la cama y fue una maravilla, re excitante coger su rico miembro con las manos, comenzarlo a succionar y sentarme sobre el , con ganas de sacarle todo el semen contenido adentro. Comence a moverme sin parar y lo escuche decirme:"QUE RICO TE MUEVES, YA ME VAS A HACER VENIR". Me sobrepuse enseguida y le dije : "NO CARIÑO, DAMELA EN LA BOCA ... QUIERO TOMARMELA TODA". El asintio y se la empezo a frotar . La sacudio entre mis tetas, frotando rico la punta en mis pezones. Yo queria gritar, estaba tan humedecida y tan ansiosa de su leche que no podia esperar mas .
En eso recuerdo sus gemidos y la voz que me grito: "ME VENGO ... VEN TOMATELA TODA" . Succione unos instantes su verga deliciosa y lo oi gritar de completa satisfaccion. Vi su rostro iluminarse y acerque la boca al miembro para tomarme aquel blanco nectar atesorado aquella noche para mi. Senti su sabor que me arrechaba tanto y senti como goteaba lentamente resbalando a mi garganta como jugo de los dioses.La siguiente cita , con peli porno incluida fue tanto mejor. Me excite tanto con ella que me empece a masturbar. Mi cuerpo estaba caliente y mis dedos juguetones tenian ganas de llegar hasta lo mas hondo. Por supuesto que con el tuve algo mas que simples dedos. Lo note excitado al verme hacer aquello y luego lo tuve encima mio, poseyo mi cuerpo como animal en celo y por primera vez en mucho tiempo, senti que le pertenecia. Me tenia excitada, rendida a su sexo y a su piel de chocolate... se habia vuelto mi casi amante, mi cachero ... mi amor . Si, no solo estaba excitada ... estaba enamorada ... y me dolia saberlo. Y de alli la ultima cita: Promesa de no hacer sexo, INCUMPLIDA POR SUPUESTO. Mi cuerpo no resiste mucho sin el suyo y viceversa. Y a estas alturas del cuento, me declaro una TOTAL CACHONDA Y AUN MAS ENAMORADA DE ESTE HURACAN SEXUAL, AL CUAL SOLO DENOMINO "MIG" . Cabe mencionar que ya no hago mas aquello por lo cual lo conoci. Hoy todo este volcan que llevo dentro es exclusivo de su cuerpo y debere esperarlo ... hasta una nueva oportunidad.
Y dicho esto los dejo, debo volver a mirar videos de sexo y pensar: CARIÑO, QUE RICO NOS VERIAMOS ASI ... VERDAD??? Tan solo tu y yo ... tu verga en mi cuevita ... hasta una arrechada mas !!!PD: TE AMO MIG ... MI SEXO Y AMOR !!! Tuya forever : KIARY (TU MUSA SEXUAL)
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Lo que pudo Pasar y Paso
Todo comenzó cuando, hablando con mi amiga por teléfono, le propuse que se viniese a pasar unos días con nosotros a nuestra casa en el campo. No estaba pasando por un buen momento ni sentimental ni en trabajo y pretendía que se “olvidara” un poco dando largos paseos en bici, saliendo de marcha, leyendo en la piscina… en resumen que pretendíamos animarla un poco del bajón que estaba pasando. Mi marido con ella es muy amable y siempre consigue hacerla reír de corazón (irresistible para las nosotras. Tomad nota chicos) y los dos le tenemos un cariño muy especial, algo así como si fuese mi hermana. No penséis mal, aun no, hablo de un aprecio casto y sincero. Ella llegó a la estación de tren del pueblo al lado de casa y mi marido fue a recogerla. Como sabía que estaba muy mal de ánimos hizo todo lo que pudo por alegrarla y ya llegaron a casa riéndose y contando tonterías. Habían pasado por el supermercado y comprado cosas para esos días, principalmente frutas, bebidas, carnes y verduras para la para la parrilla, tabaco y poco más. Nosotros apenas bebemos y siempre tenemos una “bodeguita” en casa que se nos caduca. De todos modos el fin de semana prometía ser tranquilo, jugando a las cartas, entreteniéndola un poco y haciendo de pañuelo de lágrimas la mayor parte del tiempo. Estos días había hecho un calor anormal para mi tierra en esta época, así cuando llegaron les propuse ir inmediatamente a la piscina. Subimos las maletas de Silvia (así vamos a llamar a mi amiga) y Magnus (así vamos a llamar a mi marido) se ofreció a preparar la comida mientras nosotras nos bañábamos (lo normal, he tenido la suerte de que le guste la cocina,,, un chollo porque a mí no atrae nada de nada). Así que él muy cielo se quedó arriba mientras nosotras no bajamos a darnos un chapuzón.
Nuestra piscina está en el sótano y es de invierno así que en verano, aunque la apagamos, hace un calor en la habitación tremendo y todos nos tiramos de cabeza nada más entrar. Tengo que reconocer que es uno de nuestros principales pasatiempos cuando estamos solos. Transpirando y calentitos dentro del agua mientras fuera nieva… una delicia… (lo dejaré para otra ocasión). Bueno mi primera sorpresa fue cuando nos desnudamos para ponernos el bañador. Silvia me dijo que estaba guapísima, que había adelgazado, que estaba estupenda. Eso me puso el ánimo por la nubes. Un dulce no le amarga a nadie, y menos a mi. Yo no me encuentro muy atractiva la verdad, pero sé que ese es un problema que tengo, Soy consciente de que los demás no me ven así y que “levanto pasiones”. Lo que, por otro lado, me encanta. Mido uno setenta y cinco y estoy bien proporcionada, con unos pechos bastante hermosos (apetecibles a toda hora dice él) y me siento muy orgullosa de mi culete. Yo no me veo así, pero me sé rubia-guapa-exuberante, y de hecho me han propuesto para modelo en más de una ocasión. Bueno, vale, aquí si lo puedo confesar, en realidad me gusta mucho mirarme al espejo, en la soledad de mi habitación me encuentro realmente atractiva.
Mi amiga Silvia me sorprendió aun más. No la veía desnuda desde las duchas del colegio donde, sinceridad primero, sentía una atracción por ella que no entendía en ese momento. Una especie de cariño de amiga realmente especial, de admiración. La veía realmente irresistible y entendía que los chicos se volvieran tontos con ella. Sentía algo de celos pero no de los chicos, de ella y siempre pensé que era porque, al fin y al cavo, era mi amiga y quería estar más tiempo con ella. Ahora estaba realmente hecha toda una mujer. Sus pechos, que no son muy grandes, pequeños más bien, son realmente atractivos y sus curvas, como las dunas de un cálido atardecer rojizo en el desierto, eran como una cascada de sensualidad que se derramaba desde su nuca, al aire bajo su corto pelo castaño rojizo, pasando por una elegante espalda, curvándose hasta su suave culete y siguiendo el ritmo de un pequeño ombligo como un guiño antes de una pequeñísima tripita como un adelanto de lo que hay más abajo. Tan sensual como siempre. Toda una pequeña provocación con su metro setenta de atractivo moreno aterciopelado y sus dos ojos melosos. -Los tiene que volver locos- pensé, ya que siempre le había gustado mucho seducir pero sin llegar a nada más. En el fondo siempre ha sido muy remilgada y ha dejado tras de sí toda una pléyade de corazones (y otras vísceras) destrozadas a su paso. Seguro que era la única del grupo del cole que llegaba virgen al altar, con eso todo dicho. Pero de repente me di cuenta de lo tenía todo depilado, ¡del todo!. Fue una sorpresa que no me esperaba y he de reconocer que eso la hacía mucho más atractiva de lo normal. Parecía tan cuidado y suave que comprendí que a algunos hombres les resultase así más atractivo, la misma diferencia de una axila depilada y a sin depilar.
He de reconocer que me costó mucho trabajo no mirarla y de repente me encontré ruborizada mirandola fijamente a la cara para que ella no notara que mis ojos se desviaban casi sin querer abajo, a sus pequeños pero atractivos pechos, con dos casi coquetos pezones como dos botoncitos, y más abajo aun, a su certero ombligo, y aun más abajo aun donde el vello ya no hacía de frontera definida y solamente el sutil bronceado de la piel indicaba que se entraba en zona privada, reservada e intima. Pero gracias al cielo ella no se dio cuenta mientras me hablaba de lo maravilloso que era poder pasar con nosotros el fin de semana y de lo bien que lo pasábamos juntas de pequeñas jugando a maquillarnos y hablando de chicos. No voy a negar aquí que he tenido deseos y fantasías con otras mujeres, como todas supongo. Según tengo entendido es normal en la mayoría de nosotras. Pero lo que realmente me turbaba esta vez es que nunca me había fijado en otra chica. Realmente nunca me había sentido atraída por otra mujer. Mis fantasías y ensoñaciones no tenían cara ni personalidad definida. Eran simples objetos de deseo que una vez pasado el momento desaparecían como vinieron. Esto era algo que tenia plenamente asumido y que incluso disfrutaba y disfrutábamos juntos. Pero jamás había pasado de eso, de una mera fantasía sin personajes definidos, sin expectativas de realizarse ni ganas reales de hacerlo. Solo fantasía. Sentir ahora ese deseo tan masculino de mirar me inquietó bastante y a la vez sonó como los acordes de una orquesta ensayando antes de empezar, como la suave brisa antes de la lluvia, como la tenue luz rompiendo la noche antes de amanecer. De repente me di cuenta, me había sentido atraída por el cuerpo de una mujer. Intenté quitármelo rápidamente de la cabeza. Casi me escandalizaba a mi misma y razoné que tanta fantasía y tanto desenfreno tenía ahora que tener su consecuencia así que decidí pararlo en seco (….si chicos, alucinar, pero todas las mujeres podemos hacerlo) y me centré en la conversación mientras nos poníamos el bañador.
La entrada en el agua fresquita, además de un tremendo alivio del calor sofocante que hacía en la piscina, me ayudo enormemente a conseguirlo y en solo unos instantes desapareció del todo y sin dejar rastro, como un sueño olvidado. Hablábamos de nuestros buenos años en Marbella riéndonos al recordar las travesuras de aquellos tiempos y las juergas hasta las tantas cuando mi marido llamo a la puerta de la piscina. Sabía que podíamos estar desnudas y quiso avisar para no pillarnos y crear una situación incómoda. Cuando le dije que podía pasar, que estábamos visibles y el agua estaba estupenda apareció para decirnos que el arroz que había hecho estaba reposando y que en diez minutos subiéramos a comer. Entonces las dos le animamos a darse un baño porque el pobre parecía realmente axficsiado y el agua estaba buenísima. Aceptando nuestra proposición nos dijo que iría a ponerse el bañador y venia enseguida. Es un gran tímido y nunca se le ocurriría cambiarse delante de Silvia. Magnus hace realmente honor a su nombre, es enorme. No es que sea muy, muy alto, pero sus uno ochenta y pico están muy bien proporcionados, sin ser un machacado del gimnasio (que creo que jamás ha pisado) se notan con claridad sus marcados músculos en los brazos. Su pecho es grande y fuerte (perfecto para dormir acurrucada en una tormenta), aunque no tiene una “tableta de chocolate” no le sobra un gramo y sus piernas, cinceladas y poderosas, me han hecho alguna vez pensar en él cómo en un centauro…. y su culete, ….mmmm su culo es para volverse loca… a mordiscos.
He de reconocer que una de mis debilidades, uno de mis vicios, tal vez una de mis más escondidas perversiones es notar como esos músculos potentes de su trasero se ponen rítmicamente como piedras bajo la presión de mis manos mientras él, encima mía, me da todo el placer que es capaz de darme y yo sentir. Pero su timidez se vería aun muy “castigada” hoy. Silvia, salpicándolo, le dijo entre risas que donde iba, que estaba atontao por el calor, que el bañador lo tenía colgado en la ducha junto a la piscina. El pobre se quedó cortado y moviendo la cabeza como en resignación de su despiste lo cogió para irse con el a cambiarse. Entonces Silvia empezó con la broma de que se quedara, que nosotras nos habíamos cambiado aquí y él también tenía que hacerlo. Bromeaba de cachondeo con que queríamos un estriptis y yo le seguí la broma sabiendo lo tímido que es. El pobre lo estaba pasando fatal y estaba paralizado mirándome sin saber qué hacer. Así que como vio que yo le seguía la broma a mi amiga intentó el mal truco de la toalla. Sencillamente fue ridículo. Nosotras gritándole partidas de risa y el esforzándose en quitarse los pantalones y ponerse el bañador debajo de la toalla sin que se viese nada. Esa es una disciplina playera para la que los hombres no tienen habilidad, reconozcámoslo. Era desde luego el estriptis menos sexi que nadie se puede imaginar y nosotras lo jaleábamos aun más por eso. “Tío bueno” “Macizo”, le jaleaba ella, “esta noche te vas a enterar”, le gritaba yo, y el pobre cada vez estaba más nervioso así que cuando se iba a subir por fin el bañador debajo de la toalla esta se cayó, dejando al aire su precioso culete, aunque él se cubrió a la velocidad del rayo. Nervioso, rojo como un tomate, se dio la vuelta y riéndose como un niño que hacia una travesura se tiró a la piscina salpicando lo más posible. A lo que nosotras respondimos las dos contra él a la vez salpicándole y intentando hacerle ahogadillas, cosa que no conseguimos, claro.
Éramos como dos ligeras y gráciles nutrias intentado ahogar a un oso. Nos cogió a cada una con un brazo y nos lanzó casi sacándonos del agua. A esto, claro está, nosotras respondimos aun con más ganas. ¡Las chicas no se rinden! y nos abalanzamos las dos a la vez sobre él. Estábamos en ese juego cuando de repente Magnus se escabullo y diciendo que se pasaba el arroz salió corriendo de la piscina haciendo mutis por el foro. Me pareció un poco precipitado y nervioso, pero ´rl para eso de la comida es algo “don perfecto”, así que no le di más importancia. Simplemente se había acordado de repente. La comida fue realmente agradable, contando bromas y chistes tontos. El arroz estuvo muy bueno (algo normal con mi marido). El ambiente distendido y alegre, era como el de unas buenas vacaciones. Así que hicimos planes para la tarde. Nosotras queríamos estar una rato más en la piscina y tomar el sol mientras mi chico se dormía una siestecita. Después podríamos ir al pueblo en bici a tomar un helado y dar una vuelta. Quedamos en volver a cenar a casa y ver una buena peli en la terraza al fresquito de la noche que era lo que más nos apetecía a los tres. Después de la comida vino la segunda sorpresa del día. Magnus se fue a descansar y Silvia y yo nos bajamos a las hamacas del jardín. Después de un buen rato hablando sobre todo lo divino y lo humano, arreglando el mundo y recordando buenos momentos decidimos darnos un baño para refrescarnos un poco. Fue a la vuelta de la piscina cuando me dijo, en un tono algo pillin y secreto que me tenía que comentar algo. Yo por supuesto la animé diciéndole que los secretos eran lo que más me gustaba. Ella se quedó callada y yo, divertida e impaciente, le dije que no se lo pensara, que me lo contara ¡YA!. Ella me pidió que no me molestara, que era algo políticamente muy incorrecto. Al preguntarle que porque me iba a molestar mi actitud ya cambió de curiosa divertida a intrigada expectante. Cuando a una le advierten que se puede molestar inmediatamente se molesta, es física femenina elemental. Entonces ella empezó a hablar con una vibración de duda en la voz. Yo estaba cada vez más impaciente. Su mirada parecía pedir perdón de antemano cuando me dijo casi en un susurro que sabia porqué Magnus había salido corriendo de la piscina. Entonces reconozco que me descuadré. Esta está tonta pensé. “Porque se le pasaba el arroz. Él mismo lo dijo” le espeté. En ese momento su mirada cambió de cortada a pillina y, con musiquilla de picaruela me dijo un “no, no, no. La que no te enteras eres tu…” y se echo a reír a carcajadas. Eso fue el colmo para mi paciencia, me estaba empezando a desesperar de verdad. “¿Entonces qué?”, les respondí algo seria, casi molesta. Ella, con un tono más pillin aun se acercó a mí y me dijo al oído “se ha ido porque le tocaba izar la bandera”. Mi cara debió ser el espejo del alma, ahora si que no entendía nada, y le respondí con un gesto que lo decía. “Que tenia tienda de campaña” siguió con el tonito rítmico y picarón de las narices. “¿Qué tienda ni qué puñetas?¿De que hablas?” le dije yo ya desesperada (ahora ya sé que debí parecer más que tonta alelada). “Joer, no te enteras o no te quieres enterar” ahora la impaciente era ella “ que tu chico se ha ido porque se le a puesto el chisme como un mástil, que no te enteras”. Ella se quedó callada, cortada, expectante, mirándome esperando mi reacción. Yo, también cortada, no sabía que decir.
El silencio se alargó unos segundos más de lo normal y de repente a mi me dio la risa. Ella me siguió y rompimos a carcajadas en una de esas explosiones contagiosas que no puedes parar. Ya no sabíamos si nos reíamos de nosotras mismas o del corte que debió pasar el pobre Magnus. Pero ese el atractivo de ser mujer, en el fondo nos hace ilusión provocar esas reacciones en los hombres sin más intención que sentirnos capaz de hacerlo. Y eso es algo que nos divierte mucho hacer. Y si además lo hacemos con una buena amiga mejor y más divertido aun. Sé que para los hombres esto es incomprensible, ellos ponen en marcha el motor (por cierto con asombrosa facilidad) y solo tienen una meta, llegar. Para nosotras puede ser de lo más divertido y ahora lo estaba siendo. Silvia lo imitaba diciendo cortado “lo siento pero me tengo que ir” mientras corría de un lado para otro medio agachada como tapándose la entrepierna. Yo me metí la mano por debajo del bañador e imitando “la tienda de campaña” con el dedo me reía diciendo “el arroz”, “que se me va el arroz”, “que se quema de caliente”. Fueron unas muy buenas risas y nos desahogamos a gusto. La pobre no sabía cómo me lo iba a tomar pero al ver mi buena reacción se desinhibió. Ahora es cuando vino la tercera sorpresa. Cuando ya nos fuimos tranquilizando y las risas fueron más relajadas Silvia retomó el tonito picaruelo y me dijo casi suspirando: “menuda suerte tienes chica, con tanta alegría no necesitas consuelo… ni consolador. A ver si un día me lo dejas” y volvió a echarse a reír. Yo me quedé algo cortada pero inmediatamente le seguí el juego y riéndome también le dije “eso es coto privado querida”. Entonces ella, aun partida de la risa, entre carcajadas me contesto partiéndose aun más “pues a ver cuando me invitas a pegar unos tiritos”. La explosión de risa comenzó otra vez a empezar. Aunque he de reconocer que esta vez yo también tenía algo de la risa tonta que me da cuando estoy cortada. Las risas se fueron tranquilizando pero la cosa no quedó ahí. Cuando ya recuperamos la respiración, aun con el aliento algo entrecortado Silvia me comentó: “ El pobre, rodeado en la piscina por dos cuerpazos como estos no pudo evitar ponerse un poco alegre… lo entiendo chica, es normal”. “Con lo tímido que es, lo mal que lo habrá pasado el pobre” le contesté yo. Entonces Silvia me sorprendió otra vez al decirme “ bueno, he de ser sincera contigo, cuando le he visto saliendo de la piscina yo también me he sorprendido a mi misma un poco”. Yo, mirándola intrigada la animé con un gesto a seguir contándome. Continuó: “Bueno chica, es normal, con tanto roce y tanta pelea… y además luego viendo ese armamento cargado salir de la piscina… bueno que una no es de piedra vamos…” y siguió con una risa timida. Yo no sabía que decirle y contesté “Es que mi chico es mucho hombre hija… te entiendo” y le devolví una sonrisa de complicidad. “Tu chico y tu, querida… estáis los dos para mojar pan”. Silvia se asustó a si misma de lo que había dicho. Colorada como un tomate se tapó la boca como para no dejar salir más palabras. Yo me quedé aun más cortada, pero tenía que encontrar alguna manera de romper ese momento, ella estaba avergonzada. “¿Por qué te cortas chica?¿Es que nosotras no podemos decirnos lo buenas que estamos?” le dije intentando ir por el lado de la broma. “Si, si, claro perdona es que…”. “Que no te preocupes mujer”, la interrumpí “que ya no somos niñas”.
Pero ella seguía aun avergonzada. Yo lo intenté de nuevo ofreciéndole compresión “¡Venga mujer! Que eso es normal. Nos pasa un poco a todas y tu simplemente has tenido un lapsus”. Entonces mi amiga me miró con una mezcla sorpresa, ilusión y timidez a la vez “¿en serio?¿a ti también te pasa”. “Claro” le respondí, sin saber que en ese momento abría la caja de Pandora. Entonces fué como si le hubiese quietado un peso de encima. Me confesó que estaba preocupadísima desde hace un mes por algo que le pasó. Le daba muchísima vergüenza contármelo pero yo la animé a hacerlo con palabras de comprensión y apoyo. Después de mucho insistir se desahogó, no sin antes insistir en el corte que le daba contármelo. “Estaba en casa sola y viendo la tele por la noche como todos los días y no echaban realmente nada que valiera un pimiento. Como estaba aun muy despierta y sin ganas de dormir me puse a ver qué películas ponían en la taquilla ese día, pero no encontré nada que mereciera la pena y no hubiese ya visto y me picó la curiosidad. Nunca había visto una peli porno y, aburrida, quise echarles un vistazo. Al fin y al cavo estaba sola. Así que la compré. Al principio me pareció un rollazo infumable. Los actores malísimos, el argumento absurdo, en definitiva lo peor de lo peor. Pero ya la había pagado y me pasó lo mismo que con los programas de tele-marketing de por la noche. Me enganché. La cuestión es que todo aquello fue subiendo de tono a lo burro. Al principio no tenía ni la más mínima gracia y no entendía que podría tener eso de estimulante, pero no podía dejar de mirarlo. Sin darme cuenta me fui encendiendo poco a poco, me da corte contártelo (pero siguió) y no podía dejar de mirar como dos hombres bailaban de la manera más sexi que jamás me pude imaginar con una sola chica en mitad de una discoteca. Ella les seguía con el ritmo de la música y los animaba a los dos a la vez. Ellos la rodearon y la abrazaron, uno delante y otro detrás, y con movimientos rítmicos de su cadera ella los rozaba a los dos a la vez mientras cada uno le besaba un lado del cuello y le acariciaban con ansia los pechos encima de la ropa. Yo me iba poniendo cada vez más y casi sin darme cuenta empecé a acariciarme los pechos como a la chica de la peli, estaba empezando a excitarme realmente, ahora ya no quería parar. Entonces la escena cambio y los tres se fueron a un apartado en la discoteca y los chicos (sin nada que pareciera gay) empezaron a desnudarla besándole los pechos y la boca y metiéndole mano a la vez por todos sitios. Mientras, aun de pie, uno le daba un beso realmente apasionado en el cuello y le acariciaba los pecho, el otro ya estaba besándola por abajo. Yo ya estaba realmente a cien, notaba la humedad entre mis piernas y no pude evitar desplazar mi mano lentamente, paseándola antes por mis pechos liberándolos del sujetador, hasta llegar hasta donde me palpitaba ya con fuerza el deseo.
En la tele todo estaba ya muy subido de tono y mientras uno la penetraba con fuerza el otro le dejaba besar su mejor parte. La tenia realmente enorme y ella la lamia con autentico deseo, suave y fuerte a la vez, muy sensual. Entonces yo no pude evitar imitarlo y sin saber muy bien como y casi sin darme cuenta, como embriagada por el placer, me desnudé por completo y tumbada en el sofá me acariciaba y me satisfacía con una mano y con la otras paseaba mis dedos de mis labios a mis encendidos pezones, que duros a más no poder multiplicaban las sensaciones con cada movimiento de mi otra mano. Imagínate como siguió la escena de la película. Un sándwich en el que yo fantaseada con estar en medio mientras disfrutaba de lo lindo de mi soledad. Entonces la peli cambió y yo bajé el ritmo para no irme enseguida. Para abreviarte ahora eran dos chicas y un chico. Y eso empezó a ponerme más todavía. Estaba realmente turbada y sorprendida pero tan encendida que no podía parar. Se besaban en sus cuellos y al ver como una le besaba uno de sus pezones sensualmente con la lengua casi estuve a punto de irme. Se metían mano la una a la otra mientras el chico les daba atenciones a las dos por igual acariciándolas, animándolas y besándolas. Yo estaba tan excitada como no había estado en mi vida. El colmo fue cuando vi como una chica le lamia con deliciosa pasión a la otra chica su humedad, delicadamente al principio y luego con más fuerza hundía su lengua y su boca entre los labios mayores de la otra. Cuando ya no podía más el chico empezó también a participar de ese fantástico beso y eso me llevó aun más alto. Los dos le estaban lamiendo bien, se besaban en su palpitante y húmedo ricón. Ese era el placer que yo en ese momento me imaginaba. Dos lenguas acariciándome, penetrándome a la vez que me lamian mi palpitante botoncito, estaba realmente al borde del exatsis. Pero cuando por fin ya exploté de placer fue cuando, mientras él la penetraba, la otra chica lamia y besaba a los dos por igual. Jugando con su lengua en la escena más excitante y sexual que me imaginé en mi vida, mezclándose jugos salivas y cuerpos. Me desperté desnuda en el sofá al día siguiente. Esto que me ha dado un poco de corte contártelo es para que entiendas donde empezó todo”. Entonces se quedó callada, muy cortada, creo que no se creía que había sido capaz de contarme todo ello. Esperaba una reacción por mi parte. Un gesto o una palabra que le librara de la vergüenza que esta pasando por haberme confesado algo tan íntimo y personal. Yo le dije que eso era normal y que todas lo habíamos hecho alguna vez, que no se asustara. Lo que no le dije es que no todas lo contábamos con tal cantidad de detalles.
Ahora yo era la que estaba realmente encendida y notaba como mi calidad humedad se mezclaba con el bañador mojado. Me daba tanto corte que no sabía si dejarla seguir o no dejar de hablar yo. Pero quise sobreponerme. Mi amiga necesitaba contarme algo y además yo estaba realmente avergonzada por estar tan excitada. Así que la animé a seguir contándome. “Bueno pues lo que me pasó varios días después es lo que más me preocupa. Me desperté en mitad de la noche en un sueño húmedo en el que tenía relaciones con otra chica. No tenía ni cara ni nada y desde entonces ese deseo se ha convertido casi en el único. No puedo evitar sorprenderme a mi misma fantaseando en como seria hacerlo con otra. Estoy realmente preocupada porque no sé que me está pasando.” Esto último me lo conto casi con un nudo en la garganta. Y yo estaba todavía muy excitada de todo lo que me había contado y no podía dejar de imaginarme su sensual cuerpo latiendo de placer en el sofá de su casa, que tan bien conozco, mientras se hacía de todo a si misma descubriendo lo que de verdad la excitaba viéndolo por la tele. No podía dejar de pensar en su cintura arqueada mientras seguía un ritmo frenético con su mano y con la otra jugaba con su lengua y sus pechos. Tenía que parar, me avergonzaba a mi misma. Mi amiga me necesitaba y yo estaba teniendo mi primera excitación con una mujer. No podía ser más inoportuna ni darme más corte. Así que decidí consolarla quitándole importancia y diciéndole que esa fase la hemos pasado todas. Que era algo normal y que en el fondo todas somos un poco bi pero que no pasa nada y que no quiere decir nada, Que todo es perfectamente normal y que no se agobiara. Magnus apareció de pronto recién despierto de su siesta diciendo que nos fuéramos al pueblo en bici como habíamos quedado. Fue como la campana que nos salvó de un momento un poco tenso. Aunque más tenso se volvió cuando al levantarnos me di cuenta de que Silvia se había mojado también al contarme sus aventuras en solitario. Decidí no darle más importancia ya que al fin y al cavo era normal al contar con tanto detalle algo tan caliente.
En el fondo todo esto me daba un corte tremendo y me pareció fantástico cortarlo en seco. Por segunda vez en el día. Estaba realmente muy turbada. Nos cambiamos de ropa para quitarnos los bañadores mojados, yo me puse un traje camisero y Silvia unos piratas con un blusón blanco. Cogimos las bicis y nos fuimos al pueblo que está a unos kilómetros de casa. Los tres íbamos hablando animosamente y riéndonos de tonterías. Mi amiga en ocasiones me lanzaba sonrisas de complicidad en las que, además, yo adivinaba el apuro que le daba ahora pensar en todo lo que me había contado. Las dos estábamos de acuerdo sin decirlo. Tema zanjado. Se ha desahogado, yo la he comprendido y le he asegurado que es normal. Se ha tranquilizado. Fin de la historia. A otra cosa mariposa. Pero claro que la cosa no acabó aquí. De repente descubrí a Silvia mirándole el culo a Margnus que iba delante con la bici. Me miró y con un gesto mordiéndose el labio de abajo me hizo saber lo que le parecía... mmm delicioso. Yo simplemente me encogí de hombros, le guiñe un ojo y le sonreí. En ese instante me asaltaron unos celos terribles. Otra chica le estaba mirando el culo a mi marido y sabia que se ponía con ello. Estaba furiosa y me la imaginé haciéndoselo ella sola mientras pensaba en mi tímido marido. Supongo que ese pensamiento me asaltó con la intención de encender aun más mi enfado… pero para mi sorpresa no fue así. Me sorprendí mirando a mi amiga desde atrás e imaginando que se lo hacía a si misma pensado en Magnus, en nosotros. Me vino a la cabeza que ella estaba excitada pensando en mi maridito y yo disfrutando de lo lindo. Que seguro que la muy viciosa se lo haría pensando en nosotros… y eso, lejos de darme más celos o enfadarme, me excitó aun más. No lograba entenderme a mi misma pero mi deseo iba en aumento. De repente fui consciente del sillín de la bici bajo mi cosita ya bastante húmeda. Me incliné hacia delante hasta hacer que mi peso presionase en el sitio justo contra el sillín y a cada pedalada una ola de placer me invadía, poco a poco fue creciendo el gustito en silencio, como una bebida que te embriaga poco a poco, despacio, pero constantemente. Yo apretaba mis piernas contra el sillín y me inclinaba más para que mi propio peso intensificase las sensaciones. El hecho de estar en público y plena luz del día me excitaba más todavía. Disimulaba muy bien y además iba detrás. No podía dejar de imaginarme fantasías. Como por ejemplo que Magnus se daba cuenta de lo que estaba haciendo y me llevaba a un lugar escondido en el bosque y me lo hacía contra un árbol, mientras Silvia, escondida en la maleza se tocaba frenéticamente mirándonos fijamente. Entonces mi mirada se cruzaba con la suya y lejos de parar al sentirse descubierta seguía manteniéndome la mirada. Entonces imaginaba una conexión especial entre las dos. Las dos estábamos conectadas por el placer y sabía que cuando yo me fuera y terminara ella también lo haría. Ella también lo sabía y seguía mirando fijamente como Magnus me poseía desde atrás. Entonces yo sentía deseos de besar su pechos y ella, humedeciéndose los dedos con su lengua recorría su pechos lentamente. Entonces yo, que mientras Magnus me empuja con un ritmo animal, estoy acariciándome compulsivamente y tocando lo hinchada que la tiene al penetrarme, explorándolo y sintiéndolo, sin dejar de mirarla fijamente mientras se estremece de placer al vernos, empiezo a lamer mis dedos humedecidos en mi propio jugo, jugando con la legua entre ellos y volviéndolos a humedecer sin dejar de mirarla. Entonces ella, extasiada por el espectáculo hace lo mismo y cambiando de mano empieza a saborear lo que mana de su propio placer…
En estas cosas iba yo pensando en la bici, apretando lo más fuerte que podía contra el sillín y sin dejar de mirar ahora el culo de Silvia y el de mi marido que iban delante hablando y riéndose. Llegue a irme al menos una vez y después me sentí como una aventurera. No estaba avergonzada, nadie lo había visto. Me lo había montado de lo lindo en mitad de todo y todos y me sentía eufórica, no me entendía pero me sentía así. Cuando llegamos al pueblo todo fue de lo más normal. Bromas, conversaciones agradables sobre temas intrascendentes como el hoyo 7 del campo de golf al lado de casa que tiene truco. Gracias al cielo nadie había notado nada y todo se disolvía como la niebla, como los restos de una fantasía tras un orgasmo. Estaba realmente aliviada. No entendía lo que me pasaba pero ese día la libido se había despertado con fuerzas. Esperaba que después del paseo en bici se cansara y se fuese a dormir y me dejara en paz de una vez. Pero esta vez fue Magnus el que pareció que iba a abrir la caja de Pandora al preguntarle en tono de broma por su vida sentimental, ella respondió que estaba sola y muy a gusto. Cuando dijo a gusto me miró y me sonrió con complicidad. Menos mal que todo se quedó en eso. Mi marido al final nos invitó a cenar en un restaurante junto al rio. La cena fue entretenida contando nosotras nuestras travesuras de niñas y Magnus alguna batallita. En los postres, como no teníamos que conducir, mi marido pidió unos limonchelos que estaban buenísimos y eso casi se transformó en un concurso de chupitos. Tuve que pararlo o no llegaríamos a casa enteros. Un porrazo borracha con la bici en mitad de la noche no era lo que más me apetecía. El camino a casa fue de lo más divertido, cantando a todo pulmón en mitad del bosque y despertando a todos los vecinos a nuestro paso, que con el calor dormían con las ventanas abiertas. Cuando llegamos a casa estábamos realmente eufóricos y con el control algo perdido. Nos fuimos al jardín a cantarle a la luna ( a todas las borrachas nos da por lo mismo) y Magnus apareció con dos botellas de Champan y una cubitera de hielo. Las dos le suplicamos que cava caliente no por favor. Pero él metió hielos en las copas y nos sirvió el Champan. Era realmente una guarreria, pero supongo que daba igual. Entonces empezaron los brindis. Brindamos por nosotros tres. Nosotros dos brindamos por ella. Ella brindo por nosotros dos y abrimos la segunda botella. ¡Por el futuro! ¿Por la paz en el mundo! ¡Brindamos por los brindis! (la cosa era gritar, reírnos y beber) ¡Por nuestros deseos! Y Magnus se fue tambaleante a por otras dos botellas. Estábamos realmente tocados los tres. Entonces, tras brindar por nuestros sueños Magnus, con una cogorza enorme, propuso brindar por nuestros deseos más íntimos. A Silvia y a mi se nos paso casi toda la borrachera de golpe, nos miramos algo cortadas e, inevitablemente, rompimos en una explosión de carcajadas que mi marido también secundó aunque no sabia de que iba la historia. Tenía tal tabla que creí que le daba igual. Empezó Magnus. Se levanto (o algo parecido) y con voz lo más solemne que pudo gritó “Por que se cumpla mi deseo más intimo…” (Silvia y yo nos miramos con cara de borrachuzas y nos reímos, Magnus siguió)…” a mi me gustaría antes de morirme…” La tensión, aunque riéndonos, se podía cortar “…ser torero!” y se derrumbó sobre el sofá de la terraza. Silvia y yo no podíamos para rde reírnos mientras Magnus con cara de digno nos juraba que era verdad, que quería eso desde niño. Entonces yo cogí una toalla y le la día Magnus como capote y Silvia con una silla hizo de toro para que le diera unos pases. Yo aplaudía eufórica y le gritaba oles y Torero, Torero. Nos caímos de risa en otra explosión contagiosa. “ahora me toca a mi” dije yo rellenado las copas de champan con hielo. Pero cuando ya estaba preparada, Silvia se levanto de repente y grito “… ¡yo lo que quiero hacer antes de morirme es probarlo con otra tia!…” “¡y yo también!...” le contesté sin pensarlo.
De repente el silencio se adueñó de la reunión. Nadie sabia que decir. Yo miraba a Silvia y ella me miraba a mí. Magnus parecía no enterase de nada desparramado en el sofá. La tensión podía cortarse con un cuchillo pero a la vez un escalofrió me recorría la espalda. Como una excitación contenida. Todos seguíamos callados. Entonces mi marido, como recién despertado me miró, miró a mi amiga y me volvió a mirar y dijo “…pues vosotras también vais a torear si de verdad lo queréis…”. El silencio fue entonces más profundo aun. Estábamos en el jardín y una noche estrellada de verano se adornaba con una suave brisa que recordaba al mar. Olía a flores y tierra mojada. Pero el silencio, como un gran techo de nubes sobrevolaba sobre vosotros. “…¿Por qué no probáis a ver si os gusta?...” dijo Magnus con una medio lengua de borracho. Yo miraba fijamente a Silvia cuya preciosa silueta se recortada contra el horizonte y ella no podía apartar sus ojos de mi. Entonces mi marido, con una suavidad y delicadeza impropia de un hombre que había bebido tanto, me cogió suavemente de la mano y con una sutil presión, como una invitación me llevó delante de Silvia, que de pié nos miraba fijamente. Magnus se puso detrás mía y a mí me colocó enfrente de mi amiga. Estaba cortada pero tenía más curiosidad que otra cosa y supongo que las copas de más hicieron el resto. La miraba fijamente a los ojos pero ella miraba todo mi cuerpo. En ese momento me sentí realmente deseada. No dejaba de desnudarme con la mirada cuando Magnus, detrás de mí, me dio un apasionado y suave beso en la nuca y como una ligera brisa me empujó hasta estar pegada a mi amiga. Inmediatamente sentí sus pechos rozando los míos y como sus manos se posaban en mi cintura, que fueron subiendo delicadamente hasta mi nuca y entonces se acerco tanto a mi cuello que sentía su aliento entrecortado rozándolo. Haciendo esto me dejó el suyo a mi alcance. Terso, delicado, curvado, apetecible, sentía ganas de besarlo, de probarlo, de sentir como era el de otra chica, tan femenino, tan distinto. Entonces noté como sus labios se posaban suavemente en mi cuello. Un escalofrío me recorro toda la espalda. ¡Me estaba besando otra chica!¡y me estaba gustando bastante! Estaba realmente excitada y a la vez super-cortada. Suavemente empezó por dar pequeños pellizquitos con sus labios y cuando abrió la boca y me rozó cuidadosamente con la puntita de su lengua no pude resistirme más y me lancé a probarlo.
Era un piel distinta, mucho más suave, casi más fresca. Notaba como se estremecía de placer bajo mis labios y se le erizaba la piel. Entonces me abrazó la espalda acariciándola con pasión y beso mi cuello y mi nuca con tal deleite que no me quedó más que hacer lo mismo. Me excitaba cada vez más al pensar que la piel que estaba rozando con mi lengua era de otra chica y entonces fue cuando me abandoné al deseo. Silvia recorrió por encima de mi ropa mis caderas y con un suave giro, como un camino del deseo ya premeditado las llevo hasta mi culo donde apretó con fuerza haciéndome morderle el cuello por la excitación que me provocó. Yo no pude resistirme y mis manos empezaron a explorar su delicioso cuerpo debajo de su ropa y puse mis manos sobre sus pechos. Noté los pezones erizados por el deseo bajo la tela y no frené la tentación de meter suave y lentamente una mano para acariciarlos. Entonces ella, delicadamente y sin dejar de besarme el cuello, empezó a desabrocharme los botones de mi traje, y con cada botón que desabrochaba sus labios y su lengua iban un poco más abajo. Yo, que ya estaba realmente cachonda, sentía las palpitaciones calientes en mi húmeda cosita, abajo. Ella terminó de desabrocharme los botones y me pasaba suavemente las manos y los labios por encima del sujetador, sobre mis pezones ya al colapso de la excitación, entonces con un movimiento rápido pero delicado me bajó el sujetador dejando mis pechos al aire y presionados por abajo por la prenda. Ella se acerco lentamente a mi pezón derecho. Podía sentir su aliento caído sobre él. Se paró un segundo en inmediatamente pasó delicadamente su lengua sobre él para seguir haciendo círculos alrededor. Yo estaba casi al borde el orgasmo solo con eso y entonces me lo apretó firmemente con la mano mientras ya lo lamia con pasión y casi lo metía entero en su boca. Otra tía me estaba chupando las tetas y solo con esa idea el deseo recorría cada rincón de mi cuerpo como no lo había sentido hasta ese momento. Entonces yo quise probarlo. Desee sentir en mi boca sus pechos y jugar con mi lengua en sus pezones. Le levanté la camisa y con un gesto más bien brusco le bajé el sujetador hasta la cintura. Ella se estremeció de placer y curvándose un poco hacia atrás me los ofreció. Tomándome la cabeza por la nuca y acariciándome el pelo invitándome a hacerlo, suspiró un “si” lleno de deseo. Sin pensármelo y tremendamente excitada pasé mi lengua directamente por uno de sus duros pezones, sentí como se estremecía de gusto y entonces, acariciándolas con las dos manos por abajo se las bese, se las lamí, las saboree, las metí casi enteras en mi boca. Era un frenesí que no podía parar. Me gustaba, me excitaba mucho, notaba como el placer se apoderaba de mí. En ese momento note como su delicada mano entraba por encima de mis braguitas y empezaba a acariciar mi pelito del monte de Venus. Otra oleada de placer me recorrió y besé sus pechos con más pasión, paseando con mi lengua sobre sus pezones, su cuello y su pecho. Ella lo entendió y con firmeza metió sus dedos entre mis húmedos labios buscando, jugando, explorando y acariciándolo todo. No era como siempre, estaba claro que sabía lo que hacía. Ella sentía lo mismo cuando se lo hacía a si misma. Pero a la vez era algo distinto de cómo lo hacía yo. Así era como se lo hacia ella, frotándose rápidamente hacia arriba y hacia abajo y metiendo los dedos un poco en cada envite. Eso es lo que siente ella cuando se lo hace. Entonces, al pensar en eso, me fui en un orgasmo profundo e intenso. Pero no quería parar. Quería más. Más. Mucho más. Y sin pensármelo metí mi mano directamente dentro de su pantalón y sus braguitas. Estaba completamente depilada y era muy suave y sensual, delicioso. Estaba realmente húmeda, empapada. Siempre me pregunte como seria hacérselo a otra chica, solo el hecho de pensarlo ya me excitaba . Estaba caliente, mojado y caliente. Busque rápidamente su clítoris y empecé a dar vueltas alrededor como yo lo hago, bajando a veces a tomar más humedad e introducir un poco algún dedo. Ahora ella va a sentir como lo hago yo. Eso volvió a excitarme muchísimo.
Ella estaba como loca haciéndomelo a mí mientras me sujetaba el trasero con firmeza y paseaba su lengua por todo mi cuello alocadamente. Entonces se acercó a mi oído y me susurro “¿nunca has soñado con poder chupártelo tu misma?....” . Solamente esa pregunta hizo que me pusiera tan cachonda que estuve a punto de correrme. Estaba claro que podía adivinarme cada deseo porque ella tenía los mismos que yo. Entonces se arrodillo delante mía y abriéndome las piernas empezó a lamerme de abajo hacia arriba rozándolo todo a su paso. Con mucha delicadeza metió dos de sus dedos y empezó a moverlos rítmicamente mientras con su boca sobre mi clítoris me lo besaba como si me besara en le boca. Entonces sentí como Magnus me abrazó por detrás y note su duro miembro hacerse un hueco entre mis nalgas mientras me besaba apasionadamente el cuello y deslizaba sus manos sobre mis pechos. Estaba al borde del colapso de placer. Cogí el durísimo pene de mi chico con una mano y empecé a frotarlo dentro de mi culo mientras sentía como una muy habilidosa lengua me hacia la mejor mamada de mi vida mientras me metía ya casi cuatro dedos. No había un centímetro de mi piel que no fuera acariciado, besado o lamido. Los orgasmos se repetían como el final de un gran concierto sin fin. Entonces mi lengua me pidió más atención. Me apetecía realmente hacerlo a mi. Me apetecía chupar y lamer. Había fantaseado tantas veces con hacérmelo a mi misma que ahora ansiaba probarlo. Levante a Silvia y sin dejar de besarla ni acariciarla la tumbé en el sofá. Me incliné suavemente sobre ella cuando ella se giró y dejo su cabeza a la altura de mi entrepierna. No quería dejar de mamármelo. Le gustaba, la ponía, la excitaba y eso me encantaba a mí. Me iba a montar un sesenta y nueve con otra tía. Debía ser como chupármelo a mí misma, pero mejor. Delante de mí veía su depilada rajita. Estaba húmeda y en ese momento me pareció deliciosa. Entonces noté como ella volvía a las andadas. Su lengua se paseaba por mis labios y mi clítoris como loca. Metiendo un poco la punta y jugando fuera después. Sus manos me recorrían el culete sujetándolo y apretándolo contra su cara. Entonces me lancé. Primero pose mis labios sobre su suave monte y ella alzó la cadera de gusto y placer. Entonces empecé a pasear mi lengua por los alrededores. Fue cuando probé su sabor. No me lo esperaba. Era tan parecido al mío que me excité aun más y empecé ha hacérselo como siempre me imaginé que me lo hacía a mí misma. Recorrí con la lengua y mis besos los huecos donde nacen las piernas y después pase mi extendida lengua por fuera, por encima. Noté como su cadera se alzaba pidiéndome más mientras ella me lo chupaba a mí como una loca lasciva. Entonces, con mucho cuidado y sabiendo exactamente donde, metí un poco mi lengua entre sus labios solamente para rozarle el clítoris. Ella gimió de placer y yo paré. Tras unos segundos de expectación me lancé y lo lamí, lo bese y lo chupé justo como había fantaseado tantas veces. Era cálido húmedo y palpitante. Exactamente igual que como me imaginaba el mío. Me excitaba cada vez más recorriendo cada rincón con la lengua. Entonces noté algo distinto. Magnus se había acercado por atrás mío y empezaba a chupármelo a la vez que ella. Los dos me estaban haciendo una mamada al mismo tiempo. No pude evitar correrme brutalmente mientras con ansia le lamia y chupaba su delicioso y jugoso coñito a mi amiga. Pero justo en el momento en el que el placer era mayor sentí como Magnus me metía su durísima polla hasta dentro mientras ella con su lengua nos chupaba como una loca a los dos. Entonces ella, con delicadeza y firmeza a la vez, me metió también un dedo follándome el culo mientras me hacia una mamada como una loca y tenía una enorme polla entrando y saliendo. Creí que iba a perder el conociendo de placer, no sabía dónde estaba arriba ni donde estaba abajo y además le comía todo a ella y su sabor me excitaba aun todavía más. No sé cuantas veces llegue a irme pero fue lo más intenso que había vivido hasta el momento. Después también me apeteció probar a mí y llamé a mi chico le dije que viniera por este otro lado. Ella arqueaba la cadera y con suspiros de placer lo pedía, decía “…si, si, si….”. Entonces yo volví a lamerle bien el clítoris para calentarla y cuando tuve a Magnus cerca se lo cogí con la mano y empecé a usarlo para acariciarla. Me asaltaron unas ganas irresistibles de hacerle también una mamada a mi chico mientras se lo hacía a ella. Me excitaba brutalmente lo que estaba haciendo. Se la Chupaba a él y se lo lamia a ella a la vez. Todos los jugos mezclados con mi saliva, mientras por detrás me hacia ella otra buena mamada acompañada de un soberbio dedo.
Entonces quise que se la follara y cogiéndola con una mano, con la otra separé sus labios metiendo la punta y lamiéndola justo en el borde mientras la metía. Se los estaba chupando a los dos mientras follaban y mientras a mi me hacían una fantástica paja lamiéndome el clítoris y follándome a la vez mi culo y mi coño con los dedos. Silvia y yo nos fuimos no sé cuantas veces antes de que Magnus la sacara para poder correrse sobre mis pechos dejándolos completamente bañados de semen. La última de esa noche fue, que yo ya desparramada en el sofá, recibí otro grandioso dedo y otra fabulosa mamada de Silvia mientras me lamia los pechos bañados con el semen de mi chico, que ya reventado dormitaba a nuestro lado. Después nos quedamos todos dormidos mezclados unos con otros en un extenuado amasijo de cuerpos hasta la mañana siguiente. El despertar merece un nuevo capítulo aparte. Fin.
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Mi primera Fantasia con una mujer Madura
Esta es la historia de mi primera fantasía cuando aun no cumplía la mayoría de edad. Cuando joven conocí a una mujer mucho mas madura que yo la cual me impacto con su belleza desde un principio, ella era mestiza de un cuerpo bien formado, a pesar que en esos días no existía gimnasios como existen en la actualidad -de donde salen mujeres espectaculares- ella era muy bella a pesar de no contar con esas facilidades. Nos conocimos en un compromiso familiar me la presentaron como secretaria de mi tío, ella vestía un conjunto de chaqueta y falda azul, la falda tenia un abertura desde mitad del muslo hasta el borde debajo de las rodillas, sus piernas estaban cubiertas con una medias negras y sus pies con unos zapatos de tacón alto, su chaqueta estaba tan apretada que era muy fácil adivinar los buenos pechos con los que contaba y ese cuerpo maravilloso con unas curvas espectaculares que se hacia ella una mujer deseable por donde la miraras. Cada que vez que se sentaba la abertura de su falda me permitía divisar esas bellas y robustas piernas, para coincidencia si se podría decir, ella buscaba sentarse justo frente a donde yo estaba y haciéndose a la distraída cruzaba y recruzaba sus piernas con la intención de mostrarme algo mas que una fugaz mirada mía podría divisar de sus piernas.
La noche fue transcurriendo con normalidad tras los bailes, tragos ella se veía mas y mas caliente ya que sus movimientos cuando bailaba con ella eran sensuales y muy provocativos, mas de un galán mayor que yo se le quiso mandar pero al parecer ninguno lo atrajo y solamente en su mente estaba el muchachito –ósea yo- a quien pensaba ella devorarse. Trascurrida la noche y las chelas (cervezas) se iban acabando entonces mi tío me pidió fuera al deposito a comprar algunas cajas e inclusive me proporciono para el taxi, al escuchar esto ella se ofreció a llevarme en su auto a dicho deposito y facilitar de esa manera la compra, yo solamente me quede perplejo y algo desconcertado por tal ofrecimiento, quedando atónito y sin respuesta de mi parte, mi tío acepto y con un guiñe de ojo me dijo cuando salía de casa, aprovecha a ella le gustas y salimos rumbo a su auto. Una vez instalados en el auto ella se acomodo de tal manera que la abertura de su falda no dejaba nada a la imaginación la falda no tapaba absolutamente nada, su bikini de color blanco se podía divisar bajo la transparencia de las medias negras que llevaba, ella sin reparo alguno me pregunto que si sus piernas me gustaban a lo que yo asistí con un movimiento de cabeza afirmativo y me volvió a preguntar si no desearía tocarlas y sin esperar mi respuesta tomo mi mano y la coloco entre sus piernas, al colocar mi mano sobre su zorrita (vagina) pude sentir un calor impresiónate y la humedad de sus interiores que inclusive las medias estaban mojadas yo algo impactado por el hecho solo atine a mover torpemente mi mano y rozar sus partes sobre las medias y el bikini, ella se retorcía de placer y emitía unos gemidos de placer y satisfacción, pero no aun satisfecha con lo que hacia, paro el auto y con la rapidez que esos momentos de calentura la cogian se saco las medias y el bikini y con mucha sorpresa pude ver por primera vez la zorrita de una mujer completamente depilada, eso logro librar mi timidez y ocasiono una erección inmediata, ella por su puesto dándose muy bien cuenta de lo hecho por su acto jalo mi mano y me pidió la masturbara yo por su puesto no lo pensé 2 veces e inmediatamente empecé a mover mis dedos y mi mano, ella solamente se movía desesperadamente y gemía como una mujer que deseaba esto desde hace mucho tiempo.
Sin decir palabra arranco el auto y se coloco debajo de un árbol de un parque bastante tranquilo de la zona donde estaba el deposito y sin decir palabra alguna paro el auto reclino su asiento y abrió su chaqueta y blusa y saco a relucir sus bellos y grandes bustos con unos pezones marrones que solamente incitaban a chuparlos y morderlos yo que aun no me había cogido a una mujer tan espectacular como ella y sin poder controlar mis instintos con mis dedos incrustados en su ardiente vagina me lance a succionar esos bellos pezones y hacerla gemir de placer y lujuria, después de un buen rato de masturbación y toqueteos y tras un par de orgasmos, ella se repuso reclino mi asiento y descubrió lentamente mi miembro que en esos instante estaba por explotar lo cogio y se lo metió a la boca con mucha delicadeza, creo yo que en toda mi vida ninguna de mis parejas que tenido me a hecho sentir tanto placer al mamar mi pene yo solamente sentía que las venas de mi pene iban a reventar por la maravillosa mamada, pero ella sabia muy bien medir los tiempos y cuando estaba a punto de terminar en su boca ella ensalivaba mi prepucio y no lo tocaba hasta recuperar nuevamente la razón y el control de mi falo, de pronto y un vez mas sin decir absolutamente nada de un salto se coloco sobre mi introduciendo mi falo dentro de su ardiente y jugosa vagina comenzando a cabalgar lentamente y según se iba extendiendo su calentura se movía con mayor fuerza y lanzaba unos gritos desgarradores y de placer, gemía y se retorcía como si una descarga eléctrica estuviera recorriendo todo su cuerpo, yo algo asustado por mi inexperiencia solo miraba y disfrutaba de ese rostro de lujuria y placer, hasta que un grito entre sollozos y satisfacción me anunciaban el orgasmo, convulsionando, temblando se recostó sobre mi delgado cuerpo y se quedo ahí recostada un buen tiempo hasta que luego de unos minutos logro recomponerse, al acto se puso en 4 patas y me pidió la penetrara desde atrás, yo sabia que mi falo no soportaría mas y que una vez la penetra la llenaría, pero recordé algo que un amigo me enseño cuando adolescente –respira profundo y contén el aire al máximo hasta donde mas no te den los pulmones y suéltalo lentamente, luego penetrala y bombeala con fuerza porque tiempo de sobra tendrás- una vez realizado el ejercicio casi inmediatamente me puse detrás de ella y la penetre con fuerza la estuve bombeando durante un buen tiempo hasta que ella nuevamente cual perra en celo se retorcía y gemía y gritaba quería que la llenara de mi semen, hasta que llego lo esperado por ambos casi juntos y al mismo tiempo explotamos en un orgasmo que sencillamente lo podría describir como sensacional llene su vientre con mi leche de un muchacho adolescente y nos quedamos ahí yo recostado sobre ella en el asiento del auto por unos minutos. Ella cual perra satisfecha buscaba mis labios me besaba tiernamente y acariciaba mi cuerpo y pene flácido me decía muy despacio que estuve como un semental para ser tan joven y que a partir de ese momento seria su amante ya que ella me confeso que estaba casada y tenia una hija. Ambos nos arreglamos fuimos a comprar las chelas y regresamos a casa de mi tío. Después de esto nos seguimos viendo y realizando otras fantasías muy arriesgadas, pero eso se los contare en otra historia. La historia que les acabo de contar es verídica al 100%, como les dije al principio recién me arriesgo a escribirla porque es importante compartir experiencias como esta con los lectores de estas paginas.Si les gusto mi historia escríbanme, agradecere sus comentarios.
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