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LA QUE LAVA SUS PECHOS

Marina (nombre no ficticio) tiene unos enormes pechos redondos y firmes a pesar de su edad. Cada vez que lava su pelo canoso, lava también sus axilas y sus pechos.

 

Para ello, primero se despoja de su blusa y sostén dejándose encima su mandil de uso diario para los quehaceres de la casa.

 

Ahora ¿cómo lava sus senos?

Una vez bien lavado su cabello canoso, remoja una esponja en el agua del recipiente que acaba de usar; y estrujando un poco la esponja, lo suficiente para que escurra el agua y no chorree, procede y mete la mano con la esponja por el escote de su mandil, toma uno de sus pechos y suavemente pasa la esponja por debajo de su pezón y recorre desde el costado hacia el centro, seguido de un suave vaivén por el contorno de su pecho, cuando pasa por su pezón lo remueve de un lado al otro, sintiendo cómo se pone más robusto, y luego sube con la esponja hacia arriba en medio de sus dos pechos, refregando entre ambos hasta casi alcanzar parte de su cuello. Pero cambia de mano la esponja y se interna nuevamente por el otro costado de su escote para tomar el otro pecho y sentir toda su redondez tras la esponja. Empieza a remover de la misma manera que hizo con el otro pecho de costado a centro, y su pezón de lado a lado, para terminar limpiando en medio de sus dos pechos. Y nuevamente hacia arriba para terminar sacando la esponja de su costado y luego dejarla sumergida en el agua.

 

En seguida Marina seca su pelo canoso y entra en su habitación, se despoja del mandil que ha quedado humedecido de la parte del pecho, y con la misma toalla que ha secado su pelo canoso, cubre sus pechos como si lo hiciera con una sábana; con ella los ciñe y los toma en sus manos cuál redondas naranjas, y masajea abriendo los dedos, palpando sus senos a manos llenas. Sintiendo su piel como goma eva tras la toalla. 

 

Luego de cerrar los ojos por un breve instante y echar un leve suspiro, Marina libera sus senos y deja caer la toalla. Inmediatamente procede a cubrir su dorso poniéndose un sostén blanco y una blusa azul.

 

Este relato es parte de mi librito digital “Lésbico y confidencial” que lo distribuyo gratis a través de correo electrónico, las interesadas en leerlo completo sólo deben pedírmelo a: isabela.4102@gmail.com

Por favor solo chicas.

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