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Los Vigilantes de la Polla

Alquilamos aquella villa magnífica en la Riviera,porque los negocios nos habían ido muy bien a Gustavo y a mí, y éramos dueños de una empresa de suministros de materiales para la construcción realmente boyante.Las previsiones para el año próximo eran también inmejorables, porque la fiebre por edificar y comprar una vivienda, o una segunda residencia no decaía sino que amenazaba con aumentar.De manera que decidimos premiarnos con unas vacaciones de lujo, y nos llevamos a toda la familia.
Él,a su mujer y cuatro hijos, y yo a Emma, mi señora y Martina, mi hija de tres años.Los primeros días fueron muy bien,por la novedad y todo eso, pero a la semana ya estábamos todos hartos de todos y con ganas de que hubiera distancia entre nosotros.Los únicos que nos llevábamos bien, como siempre, éramos Gustavo y yo, tal vez porque estamos acostumbrados a trabajar en equipo, y pasamos juntos muchas horas al día.La situación estaba muy tensa y las mujeres decidieron ir de compras a una ciudad cercana, llevarse a los niños, comer con ellos en algún lugar de comida basura, y dejarnos disfrutar de una jornada tranquila.El personal de servicio se fué también.Estábamos tumbados cuando aparecieron desde el interior de la casa dos chicas, una oriental y la otra de tipo latino muy marcado, que eran las monitoras de natación de nuestros hijos, y a las que Gustavo y yo llamábamos \"las vigilantes de la playa\", porque llevaban habitualmente un bañador muy sugestivo y parecido a las chicas de la serie.
Sonriendo,se acercaron y nos dijeron amablemente si podían quedarse en la casa porque el transporte que tenían hasta la ciudad les había fallado, y que un taxi les resultaría carísimo.
-No molestaremos, lo prometo, dijo la oriental mirando a Gus con una encantadora mirada oblicua.Mi amigo parecía nervioso.
-Si es necesario, no saldremos de nuestras habitaciones dijo Gwen, la de tipo latino, mirándome penetrantemente.Yo también me sentí nervioso sin saber porqué. Es decir, sí que sabía por qué.Se me había pasado por la cabeza como un relámpago, la idea de que folláramos.Yo con Gwen y Gus con Amy, la china.Se ve que a él le pasó algo similar por la sesera, porque me miró furtivamente.Siempre tenemos esa clase de conexión que nos permite ser eficaces y llevarnos bien:pensamos de la misma manera y muchas veces lo mismo al mismo tiempo.
-No permitiremos que paséis el día encerradas, con el calor que hace..dijo Gus.Quedaos aquí con nosotros y os dais un chapuzón en la piscina...¡Venga, Amy, una carrera con estilo libre!El que pierde paga una prenda!
Si yo gano, tendrás que prepararme el mejor combinado que haya probado nunca.Y si ganas tú¿qué quieres?
Amy acercó su boca al oído de Gus y susurró algo que no pude oír, pero mi amigo se quedó mudo, y sin decir ni pío se zambulló en la piscina dando un planchazo bochornoso, mientras que Amy hendió el agua como una flecha.Por supuesto, la chinita ganó.
Al salir del agua, y en un momento a solas, le pregunté a Gus sobre la prenda.
-Dime qué quiere que tanto te ha turbado...vamos, cabrón, confiesa!
-Quiere acostarse conmigo ahora.. Y aún hay más:quiere que tú folles con Gwen.¿Qué opinas?
-Estás seguro de que ha dicho eso?Por ahí tiene follón con el idioma y se ha confundido...
-Te digo que no.Quiere follar conmigo y que tú te lo hagas con su amiga.¿Nos lanzamos?No me digas que no lo habías pensado..Lo ví en tus ojos.
-Pues sí, mira, lo había pensado...y me apetece.Así que vayamos al grano...Pero no quiero follar al lado tuyo.Me corta .Vosotros a un lado de la piscina, y nosotros al otro.
-De acuerdo.Se lo diré a Amy..Y se fué hacia las dos tías que murmuraban entre sí, mirándonos, cogió a Amy del brazo, y apartándola de su compañera, le dijo algo al oído, supongo que mi aceptación con condiciones.La china se lo comentó a la morena, ésta se rió,y seguía riéndose mientras avanzaba hacia mí. Mientras, Gus y Amy se dirigían hacia el lado opuesto, ya trenzados en un aparatoso beso.
La morena se arrodilló frente a mí y manipulando en mi traje de baño sacó la polla todavía fláccida, y se la introdujo en la boca mientras la frotaba con la mano.Sentí su lengua ardiente y mojada bailando sobre mi glande, frotando suavemente el agujerito de la punta,acariciando el frenillo, y una ola de calor me subió por la columna vertebral.La picha se elevó inconteniblemente, y creció dentro de su boca...Al otro lado del agua, Amy parecía estar haciéndole lo mismo a Gus.Aquello me excitó muchísimo y a Gwen también, porque su mano bajó el bañador y me mostró las tetas perfectas, rematadas por pezones pequeños y puntiagudos. Y la del otro lado, igual.Era como verse en un espejo extraño, porque Gus y yo somos bastante parecidos, y ellas también, sobre todo a esa distancia.
Gwen, sentada ahora sobre mí, agitaba el cuerpo de un lado a otro para que sus tetitas bailaran ante mis ojos.Yo quería apresarlas con mi boca, y cuando podía daba lametazos a aquellos suculentos melocotones notando cómo su dureza rozaba mi lengua.Ella gemía como si estuviera muy, muy caliente, y entonces le metí mi verga hinchada por el costado del traje de baño, localizando su grieta abierta y mojada, y metiendo por allí la punta del pene.
-Oh, sí, eso es lo que quiero, dijo ella, y bajando de golpe sobre la polla hizo que se metiera muy adentro, hasta los cojones.Miré hacia un lado y ví a Amy cabalgando furiosamente sobre Gus:éste la levantaba por las caderas para que subiera y bajara sobre su tranca.Yo podía escuchar los grititos de placer de Amy, y eso me puso más caliente aún, de modo que levanté a Gwen de la misma manera, y la hice girar ensartada en mi polla como si ésta fuese un eje.Quedó de espaldas a mí, con su culo encantador contra mi cuerpo.Su vagina empezó a contraerse y dilatarse sin que ella aparentemente se moviera, y aquello fué delicioso, tanto, que no pude aguantar más, y levantándome, soteniéndola con mis brazos(no pesaba nada), empujé y empujé con todas mis fuerzas hasta que se corrió retorciéndome literalmente la polla, y recibiendo entonces una descarga de mi leche en su vagina.
Gus estaba en el mismo punto...Amy se retorcía y gritaba, y mi amigo echaba la pelvis para adelante, en un intento de hundírsela hasta la garganta. Una extraña fiebre se había apoderado de mí, rara en parte porque después de un polvo tengo que esperar un rato para reponerme y encarar el segundo.Mi polla se irguió casi al minuto, y entonces hice poner a Gwen a cuatro patas sobre una colchoneta, y le metí mi verga por el coño.Aquel agujero estaba chorreante y lubricado por el anterior orgasmo, y mi tranca entró al primer intento con facilidad.Empujé hasta el fondo, la saqué, volví a empujar con fuerza, notando cómo mis testículos golpeaban contra su culo.Se meneaba como una culebra, y al hacerlo las paredes de su vagina chocaban con mi pene, de manera que tuve que parar un instante para no correrme de nuevo...Miré hacia Gus, y éste nos estaba contemplando de pie mientras su pareja,arrodillada,le chupaba la minga.Yo saqué la polla del coño y tanteé la entrada del culito que me esperaba redondo, oscuro y tentador, y como no oí a su dueña quejarse, avancé por él y sentí los músculos del esfínter ceder al paso de mi polla.Le dí un ratito por allí y ella tuvo un orgasmo.Le dí otro rato por el coño, y tuvo otro...Me volví a meter en su ano, y yo entonces no me contuve más y le llené de leche el patio trasero...
Se estiró como un gato de espaldas sobre la lona, y al hacerlo me mostró su coño reluciente de fluídos.Me arrodillé entre sus piernas y le comí el conejo metiendo mi lengua por su almeja, lamiéndole el culo, succionando su clítoris.Los orgasmos la sacudían en oleadas, mientras yo me masturbaba.
-Por favor paremos un rato, me dijo agotada....Ya no puedo más...No sé las veces que me he corrido...
-Pero te lo has pasado bien?. le pregunté...Porque yo estoy en la gloria....Y creo que dentro de un rato volveré a follarte, si tu quieres, claro...
-Sí que querré, dijo, besando mi boca, y recorriendo mis labios con su lengua.Me recupero rápido.
Seguimos así hasta que la luz empezó a caer y hubo que levantar campamento...
Antes de separarnos, me besó y me dijo:a ver si antes de que terminen tus vacaciones podemos follar una vez más...Me gustaría mucho...
-Seguro, dije...a mí también.
Ya en la casa y compartiendo una ducha con Gus, que había quedado suave como la seda, nos miramos y empezamos a reírnos inconteniblemente.
-¡Que día, hermano! dijo cuando estuvo un poco más calmado.Y ¡qué par!
-Si, nosotros las llamábamos las vigilantes de la playa,pero más bien han sido las vigilantes de la polla.De la nuestra,claro...Y te apuesto a que los de la serie no lo han pasado nunca así.
Habrá que mandar a la familia a pasar otro día en la ciudad antes de que terminen las vacaciones.No sé tú , pero yo quiero repetir...
-Tú sabes que el secreto de nuestra amistad y de la buena marcha de nuestra empresa es que trabajamos en equipo...y no se me ocurriría frustrar una iniciativa razonable.
Hay que pensar desde ya en cómo llevarla a cabo...

silvia FOTOS

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