La Computadora - 1ª Parte
Al llegar nos recibìo una mujer mas o menos de la misma edad de mi mujer unos 48 años con una cara muy linda unos ojos azules, y un cuerpo maravillosamente conservado, un gran trasero, unas lindas piernas, y unos grandes senos que se antojaban tocarlos, asomados dentro de una blusa que se querìan salir de ahì,una falda cortita arriba de las rodillas y de lo mas entallado, lo que hacìa que resaltara su gran trasero, quiero decirles que mi esposa tambièn tiene lo suyo, un lindo culito, buenas piernas y un par de senos que me hacen comer y mamar con delicia en las noches cuando me la cojo, con un sueter ajustado que se le señalaban sus ricos pezones, y una falda no tan entallada pero tambien mostrando lo suyo, asì que tenìa ante mì a dos buenas hembras para poder admirarlas. Se encontraban otras amistades de Carmelita, por lo que se llevò a cabo la reunion muy cordial, ella se sentò frente a nosotros en un sillon de la sala y estuvo platicando amigablemente, con las piernas cruzadas, y que de vez en cuando las abrìa y quedando justo enfrente de mì podia yo apreciarlas y me mostraba sus lindos muslos hasta llegar al fondo donde se apreciaba el triangulo que guardaba su sexo, además se levantaba y se acercaba a nosotros con alguna charola de bocadillos, y al estar nosotros sentados y ella inclinarse, nos dejaba ver con mas profundidad esos grandes senos, y que se notaba que no traìa brassier, al balancearse en forma divina, lo que me empezó a calentar.
Pidió que pasaramos a la mesa y me pidió a mì que le ayudara a traer el vino del refrigerador en la cocina a lo que yo me acomedí inmediatamente, y ella me dijo sigueme a la cocina, y al llegar a la puerta abatible, se detuvo y yo llegue por atrás quedándome sus nalgas enfrente y dándole un gran empujòn hacìa adelante, le pedí perdón y ella solo me sonrìo diciéndome que casi la violaba de tan tremendo empujon, que se cuidarìa de mì, me sonreì y entramos a la cocina que no era muy grande, a lo que elle me indicò que el vino estaba en el refrigerador y que lo sacara, asì lo hice y le preguntè en donde estaba el sacacorchos, ella me dijo creo que està en este cajónde abajo se empinò enseñándome su ricas nalgas, y al ponerse entre el cajón y yo atrás la jalò hacìa ella recargándose en mì y restregándome nuevamente sus nalgas en mì, nuevamente me comentò, parece que mi trasero quiere que lo violes, a lo que nos sonreímos ambos, tomò el sacacorchos y empezó a tratar de destapar el vino, lo que se puso nuevamente enfrente de mì, y le dije déjame a mì, echándose hacia mì nuevamente ya de una manera directa, entonces yo me le juntè de una manera descarada y le dije, a la siguiente si te voy a violar ya que me estas despertando a mi amigo, a lo que ella me dijò, no te hagas desde que me estuviste viendo mi sexo cuando estaba frente a tì notè que tu amigo ya estaba despierto, y cuando te mostre mis juguetes notè que ya lo habìa despertado y en pie de guerra, pero ayudame a destapar este vino, a lo que empecé a ayudarla desde atràs sobandole con mi verga sus lindas nalgas, asì estuvimos destapando algunas botellas, y ella restregando sus nalgas contra mi verga que estaba muy parada.
Nos fuimos hacia el comedor yo siguiendola y ella muy pegada a mì hasta salir al comedor, se sentò a mi lado y mi esposa en el otro lado y empezamos a comer de lo mas amigable, pero de pronto que siento que su mano se puso en mi verga y empezó a acariciarla sobre el pantalón, lo que me puso muy nervioso teniendo a mi esposa al lado, y asì siguió por un rato, después me empezó a juntar su pierna junto a la mìa y a moverla dándome un masaje, yo me hice el desentendido, cuando sentì que me bajaba el cierre de mi pantalón y empezó a meter la mano en mi bragueta hasta alcanzar mi verga, sacándola y empezándomela a acariciar, desde luego que como tenìa la servilleta sobre mis rodillas, mi mujer no se diò cuenta de lo que me estaba haciendo, al poco de estarme acariciando, empecé a mojarme la punta con el liquido pre seminal, a lo que ella se diò cuenta y mojándose los dedos con el sacò la mano y chupandoselos me comentò, no te parece que el aderezo de la ensalada esta de muy buen sabor?, a lo que le contestè si, me parece que sabe muy bien, y me contestò ahora que puebes la salsa de la carne veràs que buen sazòn tengo, en esò mientras estaba comiendo se volteò una copa de vino que estaba frente a ella derramándose en su falda, por lo que se levantò y se disculpò un momento, subiendo a la parte alta de la casa, mientras tanto la platica en la mesa siguió muy animada, hasta que regresò , ya con otra falda pero ahora mas amplia, se sentò y al rato me volvió a sacar la verga y empezó nuevamente a acariciarla, lo que me tenìa mas que caliente, ardiendo y con una gran erección, entonces que toma mi mano y me la puso en medio de sus piernas abiertas y con la falda recogida y si nada de ropa interior, me la metìo en medio de sus labios vaginales, que ese encontraban humedos y empezó a darse masaje con mis dedos a lo que empecé a darle masaje en el clítoris, de una manera muy suave, en eso sirvieron la carne y acompañada de una salsa nos fùe servida, yo saquè mi mano y me la llevè a la boca saboreando esos jugos vaginales, y ese olor característico de una vagina mojada, a lo que ella me preguntò que te pareciò el sabor de mi salsa, lo que le respondì maravilloso con tu sazón, me dijo yo la preparo solo para ocasiònes especiales y esta es una de ellas.
Asì trascurrio el resto de la comida, y después del postre nos fuimos a la sala nuevamente, ella sentada en el mismo sillon frente a mì y ahora con mas descaro abrìa las piernas enseñándome su conejito al aire libre y guiñándome un ojo cada vez que lo hacìa, platicando me preguntò que a que me dedicaba, yo le contestè que tenìa una compañia de venta de equipo de computo, programación e instalaciònes de redes, y me dijo que que bueno que habìa reencontrado a mi mujer y me habìa conocido a mì ya que estaba pensando en comprar una computadora para poder aprender a usarla y poder conectarse con internet, me dijo que si yo le podìa vender una y que si le podìa enseñar a manejarla, yo le contestè que desde luego se la vendìa, pero que lo de enseñarle le podìa recomendar una escuela que le enseñara, a lo que mi esposa respondìo, no seas malo tu enseñala, asì completas tu labor de ventas, y Carmen respondìo, no seas malo te prometo que voy a ser tu alumna mas aplicada, guiñándome un ojo, a lo que accedì imaginándome lo que le iba a enseñar además de poder manejar la computadora, asi que quedè en llamarla en cuanto se la preparara y se la instalarìa, le preguntè en que lugar la iba a poner ya que debìa estar cerca de un contacto telefónico y me indicò que en su recamara que la siguiera para indicarme el lugar exacto, asì que me dijo sígueme para indicarte donde, se levantò y la seguì por la escalera a la parte alta, al llegar a su recamara, me dijo que te parecè este lugar cerca de la cama asì puedo estar hasta tarde sin tener que moverme mucho cuando me vaya a acostar, le dije que estaba bien y en eso que se voltea y me planta un beso en la boca, metiendome la lengua y acariciando mi verga dentro del pantalón, diciéndome vas a ver como voy a tratar a este profesor, yo me aproveche, para subirle la falda y acariciar sus nalgas, y darle una buena sobada a su vagina metiendole los dedos y tocándole su clítoris, le dije, en verdad me encantò el sazón de tu salsa, y ahora si te voy a violar de verdad, y ella me dijò pues te la prepararè en la primera lección, y me dejarè violar sin discutir, nos dimos un gran beso y aproveche para sobarle sus senos y decirle que tambìen me los preparara para su primera lección, a lo que me dijo asi se harà señor maestro , besándonos nuevamente.
Bajamos a la sala y ya habìan puesto musica, lo que empezaron a bailar los otros invitados, y ella le pidió permiso a mi mujer para bailar conmigo ya que ella con su tobillo no podìa bailar, empezamos a bailar y pusò un tango me empezó a meter su pierna entre las mias cada vez que daba un giro lo que me tuvo caliente toda la tarde, después de bailar, y de que se empezaron a ir los demàs invitados nos pidió que nos quedaramos un poco màs, hasta que quedamos solos y nos agradeció nuestra presencia, haciendome prometer que en la mayor brevedad posible le consiguiera su computadora. Nos despedimos y comentando en el camino lo guapa que estaba y lo simpatica que erà , mi mujer estaba muy contenta de haberla reencontrado, y me reclamò que no queria enseñarle computación, a lo que le respondì, que luego la iba a tener computa y computa, y que a la mejor se volvía puta, nos reimos y esa noche me cogì como nunca a mi mujer, ya que me habìa dejado Carmelita con la verga como tronco. En el proximo relato les contarè la siguente parte de la computadora, y mi alumna Carmelita. saludos.
by Investigador
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