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Del Chat al Fogon

Con mi esposa hace ya algún tiempo que venimos conversando sobre una fantasía, que al comienzo era mía, pero poco a poco se la fui contagiando. Yo fantaseaba con verla con otro.  Ella de solo pensar que yo viera cogiendo con otro, sentía una enorme vergüenza. O sea que en el fondo, sacando esa vergüenza la fantasía la tenia. Yo suponía que seria la misma vergüenza que le dio, cuando yo le pedí usar un pequeño vibrador para ponerla a mil, y luego usarlo para penetrarla analmente mientras ella me montaba.  Todas esas conversaciones, por lo general a la noche y en la cama, terminaban por hacer que nos diéramos un festín ensartándola yo con unas ganas enorme y ella orgasmando fantásticamente.

La fantasía estaba, ayudaba a la realidad, pero no era posible concretarla. Ambos usamos Internet y fue donde comenzamos a ver lugares Swingers, yo le mostraba interés para que los leyera y así fue que por probar entramos en contacto con una pareja. Eran de un lugar lejano, pero sirvió para aumentar nuestras fantasías. Ella, seguía negándolo, pero por lo menos ahora decía, que al menos esto era más parejo. Que si yo la veía a ella, ella me vería a mí y no que yo solo la viera fornicar con otro a ella. Dicen que tanto va el cántaro a la fuente que al final… suena.  Yo no solo no perdía las esperanzas sino que veía que podría llegar a ser. Ella si yo sacaba el tema, solo esbozaba una sonrisa. Cuando el tema era tocado en fantasía en la intimidad de la cama, su temperatura se elevaba rápidamente. Pero después siempre salía con eso de la vergüenza. Yo la hacia intervenir en algunos chateos y daba la impresión que se entusiasmaba. Hasta que me dio la pauta que podía ser. Como aquello que si uno quiere cambiar el auto y ella no quiere, pero insistiendo un día ella dice, pero mira que me gusta azul….. bueno, ya esta, esta dando la aprobación. O sea que cuando comenzó a poner sus opiniones sobre como deberían ser las cosas y compararlas con otras opiniones que se veían en la red…. No dudé y comencé a buscar la pareja que nos acercara a las circunstancias de la realidad. Así que prepare un departamento amueblado que teníamos con mi hermano en el centro sin alquilar, y puse todo en orden como para que si salía, no aparecieran impedimentos. 

Mi entusiasmo fue creciendo. Yo creo que ella intuía algo, pero, nada me decía. Cuando le pase como para elegir, entre dos parejas que me parecieron se acercaban a lo que yo pensaba debería ser ideal, ella, no dudo y entre las dos me quedo con esta porque no es de aquí, pero no les quedaría lejos venir. O sea que ni muy cerca ni muy lejos. Pronto tenia yo enviado fotos a esa pareja, y a los pocos días recibí las suyas, con claros conceptos que daban una cierta tranquilidad.
- Cuanto te parece reunirnos.
- le dije a mi mujer.         
- Se supone que vamos a reunirnos para conversar.
- Por supuesto querida.
- De todos modos si acceden a venir, yo les voy a ofrecer el departamento del centro que está desocupado.
- Epa, parece que piensa en todo, río picaresca pero nerviosamente.
- Mira, hagamos como si fuera a pasar, aunque no pase nada. Vayamos bañaditos.
- Ella volvió a reír, bueno va a ser una prueba y una experiencia.

De esa charla, no hubo mas que hacer, nos fuimos inmediatamente a la cama y nos dimos un fiestón. Mi mujercita, al parecer había visto con buenos ojos al candidato, pero opinó que la chica estaba muy bien. La vi ir de compras y luego espié intrigado. Se habia comprado lencería como para la oportunidad.Una diminuta tanga de esas que quedan caladas, y corpiños al tono, pero que eran como medio sostén. El día llegó, y nos vestimos formalmente. Nada de extravagancias.Faltaban pocas cuadras para llegar al estacionamiento cercano la confitería que habíamos acordado y ella me dijo…. Te noto nervioso.- En realidad ella era la que temblaba como vara verde. Nos acomodamos en una buena mesa, nos miramos y sonreímos cómplices. Somos locos dijo…. Pero…. Locos de acuerdo. El era mas alto y atlético de lo que parecía, y ella mas joven, fresca y bonita. Se los dije, y el dijo, acá me parece que la que mas gana puntos es tu esposa, porque parece especial. Cumplido va, cumplido viene, ellos contaron algo de una experiencia anterior, y  quedamos que podríamos luego evaluarnos y decidir. Nos fuimos a mostrarle el departamento donde los alojaríamos. Así no tenían que volverse ese día y de paso evaluar futuro lugar de encuentro.
Caminamos porque el depto estaba cerca, el la fue relojeando a mi mujer casi constantemente. El departamento era un chiche, lo habíamos arreglado hacia poco, chiquito pero con música ambiental, luz controlable y hasta un barcito. Como anfitrión después de que ellos miraron el coqueto lugar, los invite a un trago, puse música y seguimos conversando. Y fue sobre la música bailable, y si, nos gusta bailar…… ah, a nosotros también, y bueno, comenzamos a bailar, Roberto con mi esposa Lucia y yo con su mujer Marianella. En realidad la iniciativa la tomo Marianella. Estábamos como jugando, porque entre bromas y broma, comenzaron los arrumacos en el cuello, los besitos en la oreja, y de allí, algunos en la cara y manos que se esforzaban en tener los cuerpos pegados y de paso acariciar. Roberto me pidió de pronto permiso para besar a mi esposa, y yo le respondí …. Igualmente…. Pero dándole un beso directo a la boquita entreabierta de su mujer. De allí en más no hubo pedido de permisos, todo fue fluyendo con naturalidad y sin miedos.

Note que el acariciaba el culo a mi mujer, y que la suya se me pegaba refregando sus hermosas tetas en mi pecho y no olvidaba repasar mi polla con su vientre, polla esta que había comenzado a reaccionar. Caramba pensé, esto es así de rápido. Me sentí reconfortado. Note que mi mujer le hizo notar a Roberto que su paquete crecía, y que al parecer su mujer había notado también el mío.   La tremenda hembra que tenia yo en brazos no era para menos. Y resolví jugar como para ir al gol. Creo que estamos congeniando, le dije al oído a esa hembrita. Ella me apretó fuerte y susurro,… marquemos el camino. Ellos nos van a seguir. Fue cuando le levante la blusa como para buscar su sostén y soltárselo. Lo logré, y automáticamente lleva mis manos a sus tetazas. Mire, como para exponernos y que nos vieran….. pues oh, ya mi esposa estaba con las tetas al aire, y Roberto se las besaba con lujuria. Yo sabia que eso pondría a mi Lucia a pleno, así que decidí seguir apurando las cosas porque al parecer éramos nosotros los que nos retrasábamos. Alicia casi al mismo momento me quito la camisa y dejo todo desnuda su parte superior, y yo me regocije con el panorama, el color, calor, textura y potencia de sus tetazas grandes y naturales.

-Estamos pasándola muy bien, pero yo necesito hablar con mi esposo. Dijo mi mujer, poniendo un instante de suspenso.

Se soltó de Roberto y vino hacia mi, juntando su cuerpo al mío en el mismo instante que se separaba Marianella. Esta se refugio en los brazos de su marido.

- Esta todo bien. Volvió a hablar mi mujer, es que nada mas quiero consultar algo con mi esposo.. Adelante, adelante, dijeron al unísono ellos, mientras se abrazaban y retomaban el baile.

- Mira cariño, esto se esta poniendo en una situación sin retorno. Estoy caliente y he sentido ganas que este hombre me lleve a la cama, o me haga el amor acá mismo….. entiendes.
- Esta todo bien, amor.
- Y veo que tu estas dispuesto a fifarte a Marianella, y ella te tiene unas ganas locas. Así que resuelve.
- Resuelvo, seguir hasta que tú te niegues, pero pienso que negarte a lo que tienes ganas es una tontería. Son una pareja como para que nos animemos a mas.Entonces diles que nos vamos los cuatro a la cama.
- Bien amigos, la casa esta en orden, pero es en serio….. queremos ir a la cama, y los estamos invitando.
- En hora buena, genial…. Dijo Marianella.

Y el se giro para volver a tomar a Lucía por la cintura.Lucia, es increíble. Tomo la batuta. Se soltó al pollera, quedo en tanguitas, tiro los zapatos a un rincón, y comenzó a forcejear con el cinturón de Roberto. Yo desprendí el mío, baje el cierre de la pollerita de Marianella, y quedamos pronto, slip y tanga. Así nos fuimos para la cama.  Ella se acostó. Y yo la tome desde los pies, como para comenzar a trepar aquel cuerpazo desde la base. Mire a un costado y Roberto depositaba a mi mujer al costado de la suya, y acto seguido se inclino para besar sus tetas, mientras lo vi, metía una mano debajo de la tanguita de Lucia. Lucia bajaba dificultosamente inclinada el slip de Roberto, y al hacerlo hizo surgir lo que ella esperaba, una manguera enorme, sin dudas mas grande que la mía, había aparecido en el escenario. No me importo porque tenía algo realmente interesante que hacer. Subí besando las piernas que ya abría Marianella, baje su azul prenda, dejándola con el pubis al aire, viendo un coño bien depilado, que parecía decirme, chupame. Seguí subiendo y sobrepase la línea de la conchita de Marianella como insinuando que iba a seguir subiendo. El chupame, lo dijo desde su boca. Antes de hacerlo, mire a mi esposa, que ya tenia entre sus manos el arma de Roberto, lo chupaba y el suspiraba agradecido.

Yo enterré mi cara en el coño de aquella hembra que exhalaba perfume y sexo, abrí su ranura con mi lengua y recorrí sus cavidades para inmediatamente comenzar a hostigar un enorme botón que le surgía como un carocito de durazno. Estaba en esa tarea cuando sentí gemir a mi Lucia, y levante la cabeza. En ese infante me choque con una de sus piernas pues las abría de par en par, Roberto imitaba mis acciones chapándole la concha a mi ya no tan vergonzosa mujercita. Un brazo de Marianella se extendía para tomar una teta de mi mujer, que suspiraba fuerte y no rechazaba esa caricia. Yo levante las piernas de Marianella como para poder chapársela de cuclillas y a la vez observar, eso le permitió arquear el cuerpo y volcarse sobre el de mi mujer, a la que sin mas abrazo y evidentemente la estaría besando debajo de aquella cabellera clara. Pronto vi que no era solo Marianella la que abrazaba, pues era correspondida con los brazos de Lucia. Se estaban dando un refriegue de lengua mientras nosotros sus maridos le dábamos lengua a sus cuevitas. De ese festival de lenguas, pasamos de pronto a una acción que seguramente ellas planearon, porque ambas se sentaron y buscaron afanosamente darnos vuelta para que así mirando el techo darnos una verdadera lección de felatio compartido. Entre las dos se chupaban las dos pijas, y también se besaban en el entrecruce. Mi mujer cada vez que metía mi pedazo, me miraba con sus ojazos desorbitados, como pidiendo perdón por haber acusado vergüenza alguna vez. Ella estaba siendo comida por otro y chupaba su verga, a la par que la mia. Yo no sabía hasta donde llegaríamos, pero el estado que me estaban poniendo decía que había que ir por mucho más. Pensé, quiero ponerla, ….. y a quien? A mi mujer a si la saco de la disyuntiva de que Roberto se la coja, o me cojo a esta hembra hermosa que tengo adelante que esta pidiendo a gritos que sigamos avanzando? No tuve que resolver nada. Roberto se acomodo, tiró a mi mujer sobre la almohada y subiéndose a la cama le abrió las piernas a ambos lados de su cintura. Yo seguí su camino, y solo tuve que subirme a la cama de rodillas porque Marianella ya se había acomodado también sobre la almohada, me esperaba con las piernas semi arrolladas pero abiertas. El solo contacto de mi pija endurecida con los labios vaginales de aquella hembrota me puso en el limbo. Se lo refregué, y sentí un profundo suspiro que se ahogaba en un jadeo hacia adentro…… era el de mi mujer cuando Roberto le sumió su poronga.

Ella acomodaba su cuerpo y el se la empujaba mas adentro. Tuve una sensación estaña, porque se estaban fijando a mi mujer por primera vez frente a mis ojos. El sablazo que le di a Marianella, la hizo lanzar a ella un gritito, y le llene la cueva con mi músculo ardiendo. Disfrutamos el momento, sin lugar a dudas. Lucia extendió su brazo y alcanzo mi mano. Me la apretaba fuerte. Los movimientos se confundían, entre los que impulsaba yo, hacia Marianella y los que recibía ella de Roberto. La mire y mire como Roberto la reacomodaba, y supe que aun no se la había puesto toda adentro. Mi mujercita me aprisionaba de la mano y apretaba fuerte, cada vez que el la presionaba para metérsela un poco mas. Ella tenia su otra mano tomandose de uno de los barrotes del respaldo de la cama y así, jadeando, revoleando los ojos fue aceptando que en su vagina, Roberto introdujera el manguerazo que tenía.  Eso me maravilló, y yo me sacudía con rapidez y ganas, bombando constantemente a su mujer, que no tardo en comenzar a arquearse desesperadamente, con una fuerza orgásmica que le producía una especie de palpitaciones musculares. Esas piernas firmemente carnosas y fuertes, se tensaban en ayudar a su fuente de placeres tener un orgasmo tras otro. Fue cuando Roberto lanzo la frase del año:-Sr, se esta cogiendo usted a mi mujer? -Pues, puedo haberme confundido…. Le respondí, pero ella lo necesitaba. Tanto como la suya, que espera se le dedique todo con osadía. - Dele, dele, que es lo que estuvimos fantaseando y que ahora estamos gozando….. Roberto había entrado en un mete y saca, que pusieron a prueba la resistencia de mi Lucia a tener el primer orgasmo, pero no, no pudo aguantar, y me apretó mas fuerte, y comenzó a gemir y gemir con una fuerza que yo jamás la había visto. Era algo como con furia, desorbitados sus ojos, eléctricos sus movimientos tuvo entonces el primer orgasmos continuado que era para nosotros desconocido en ella. 

Marianella se reponía rápido, y giro el cuerpo para ponerse en cuatro.- Yo hubiera querido grabar o tomar una instantánea de aquel culazo increíble, blanco, carnoso lleno de vida. Ella abrió sus nalgas para ofrecerme desde otra óptica su coñito cuidadosamente depilado. Yo le pase la mano, abrí los labios y hacia allí lleve mi pija. Sabia que así, yo tenia las de perder, porque esa posición me puede, y me hace flojo, me acabo allí muy rápido. Yo me incline todo, la tome primero de la cintura, luego deslice mis manos para prenderme de sus tetas, ella tenia físico como sostener mis embestidas.  Se la mande guardar, pero gire la cabeza de un lado a otro, como para poder distenderme de las ideas de mi calentura total. Roberto se paro, las piernas de mi mujercita temblaban y se fueron cerrando. Mire su entrepierna, y note que su acabada había sido inmensa. Ella sabía seguir ahora a la avanzada, pues se puso en cuatro también pero ofreciendo su cola hacia el costado de la cama, de esa forma, quedo enfrentada a mí, y comenzamos a besarnos locamente. No nos podíamos tocar porque ella tenía las dos manos afirmadas en la cama y yo estaba con las dos prendidas en las tetazas de Marianella. Asi igual nos buscabamos con la boca, boca que yo tenia húmeda de la concha de la mujer y ella con gusto a hombre. Pero nos besamos igual. Yo ya estaba casi listo, y fui aflojando el ritmo. Marianella comenzó a pedir, mas, dame mas, papito, dame mas….. pero yo debía controlar el momento o sería el primero en quedar fuera de combate. Sentí que Lucia me mordía, y fue cuando desde atrás Roberto le volvió a abrir la cuca de par en par. 

Se la comenzó a sacudir mecánicamente. Marianella se metía un dedo en el culito, y mi mujer la vio y mojando el suyo se lo metió. Esta gozaba como una loca.  Empezó a pedir mas, y a decir, la quiero ahí, la quiero ahí….. Yo no era un experto en sexo anal, pero lo iba a intentar. Se la saque tontamente y puse la punta en aquel ya lubricado culito. Ella se levanto afirmando en el respaldo, arqueo el cuerpo y sola, solita, comenzó a moverse incrustándose mi nabo, que se fue perdiendo dentro de aquel culandro, como si estuviera estacionando en un ajustado garaje. Roberto, le festejó la entrega…… como te gusta eso, perrita. Ahora dile a Lucia que te de las palmaditas en la cuquita….. Lucia, sabia de eso, clavo su cabeza en la cama para resistir los embates de Roberto y levanto sus manos para darle una sacudida al clítoris humeante de aquella mujer que yo fornicaba por su culandro. Fue rapidísimo como Marianella alcanzo el orgasmo. Y no bien comenzó, note como me hacia un masaje increíble apretando mi pija dentro de su ano…… y no pude mas….. y largue lo que estuve aguantando toda la tarde….. Busque la cara de Lucia, que volvía  a levantarse y cuando quise besarla, ella tenía la boca totalmente abierta, y refunfuñaba….. siiiiii. Siiiiiii, siiiiiiiii. Roberto le había puesto un dedo en su culito y mantenía su pote sin tregua, lo sacudía como loco…… y para felicidad de los cuatro, se mando una acabada aparatosamente refunfuñada. Yo me abrace a mi mujercita. Ellos también se reencontraron en un abrazo de refugio. Yo no tenia palabras, porque aquello que siempre soñé había mas que sucedido, y lo curioso talvez, que sucedió todo tan rápido, con personas maravillosas que apenas habíamos comenzado a conocer. Nos higienizamos, nos repusimos y comenzamos a conocernos algo mas. Lucia reclamo que a ella no le habían roto el trasero. Roberto le explicaba que no había querido partírselo en dos el primer día….. Marianella dijo, que no había problemas, que el sabia hacerlo con mucho cuidado.-Y con ese enorme pedazo, lo aguantan.Ya veraz como tu mujercita va a pedir eso y mucho mas….Bueno, yo ahora no tengo vergüenza de decir que todo esto me gusto. Nunca lo olvidare, porque fue el primer paso y muy bien dado por cierto.


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LEOBARDO on

SON UNOS CACHONDOS DE PRIMERA, ME GUSTARÍA MUCHO QUE SE CONTACTEN CON NOSOTROS PARA UN PRONTO ENCUENTRO SW ASÍ DE RICO COMO EL QUE CUENTAN, SE ME PARO LA VERGA Y A CADA PALABRA QUE LEÍA, MI EXCITACIÓN ERA INCONTROLABLE ASI QUE ME MASTURBE A SU SALUD. NO NOS OLVIDEN Y PÓNGANSE EN CONTACTO, SI ME Contactan prometo mandar fotos de mi culona esposa tiene 110cms. de cadera nada mas.

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