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De Levante con Calentura

Mientras escribo este relato... mi pene segrega líquido pre seminal.
Es que cuando recuerdo esta historia que me pasó hace unos días...
Yo estaba muy caliente... Tenía ganas de coger y no tenia ningún candidato a la vista. ya estaba por hacerme una masturbación cuando se me ocurrió
Soy lindo y sé que puedo levantar algún tipo por la calle. Nunca lo había hecho pero siempre hay una primera vez... Yo no soy un mariquita, aunque me gusta usar tanga. Las uso al revés, la parte finita va para el culo y la más grande para el pene... La que elegí para esa noche, es la que le robé del baño a una amiga... Ella se acaba de bañar y yo esperé a que salga para entra... cuando entré vi que en un canasto que estaba en un rincón, la ropa que ella traía puesta... miré en los grifos de la bañadera porque creí que la había lavado y dejado colgada en la canilla. Urge con ansiedad en el canasto al comprobar que no la había lavado. En el canasto encontré‚ esta tanga... Es hermosa, la olí, tenía el gusto a miel que ella emanaba... No sabía que hacer, entonces me desnudé‚ y me la probé‚, así como explique antes... Me mire en el espejo y me encantó... Mi pene crecía en la humedad que todavía contenía su interior... Me puse mi calzoncillos por encima y me vestí como si nada... esa noche estuve al palo toda la noche, rogando por llegar a casa y lucirla. Dormí con ella puesta... Desde ese día le robé muchas tangas a mis amigas, usando métodos similares... pero volvamos a la otra noche.
Escogí para esa noche de calentura a un bar que sin ser gay era muy concurrido por gays...
Me senté tímido en una mesa y comencé a observar a mis posibles víctimas o mejor dicho a mi victimario.
Todos los hombres que estaban en la barra eran muy mariquitas y yo quería un hombre. En una mesa había machos musculosos, pero yo quería a un tipo normal. Un hombre que me haga sentir mujer y que me haga sentir bien macho al momento de penetrarlo.
En una mesa había un muchacho que leía... no parecía estar en la onda de todos los demás parroquianos...
Lo miré con insistencia deseando que levantara sus ojos de las páginas de su libro. Un mozo me ayudó en la empresa, ya que al traerle su café, levantó su mirada y la paseó por todo el local hasta que llegó hasta mi mirar. Una mirada irónica me hizo y se volvió a sumergir en las páginas y sus letras. A mí me pareció que él pensó que nosotros dos éramos los únicos deshubicados y que no nos importaba. Para ese momento, a mí solo me interesaba aquel muchacho.
Después de algunos momentos él volvió a levantar su mirar y esta vez me miró directamente y sonrió. Yo la tenía firme en él, muy serio.
Ya estaba desalentado y me apresté a pagar mi trago e irme... esto del levante no era para mí. Fui al baño del bar a orinar... y como cuando era chico el muchacho me siguió... yo me di cuenta cuando me lo encontré‚ mirando como yo meaba... Yo terminé y cuando me di vuelta, él estaba allí, subiendo sus ojos desde mi bragueta hasta mis ojos.
- ¿Ya pagaste?
- Si. Le dije
- ¿Tenés auto?
- No
- Que bueno así yo te llevo...
Me encantó todo, su voz, su manera de mirarme, su sencillez y su forma de pararse.
Salimos de baño como dos desconocidos, yo lo seguí hasta la salida... ya en la calle nos pusimos a la par y me dijo.
- ¿Yo soy Carlos y vos?
- Esteban
Llegamos al auto y fuimos directo a su casa... No hablamos, casi y él me gustaba enserio.
En el ascensor nos abrazarnos y nuestros labios se mezclaron en un beso tenue y suave. Yo creía que no íbamos a llegar a la puerta y que lo haríamos allí mismo, a lo sumo en el palier de su casa antes de entrar pero no fue así... él se repuso y buscó las llaves en el bolsillo y haciendo un esfuerzo máximo logró abrir la puerta y prender la luz. Se separó de mí dejándome desairado. Tomé aire y me repuse. Su casa no era muy grande pero estaba bien puesta.
Me tomó de la mano y me llevó a su cuarto. Pude ver una foto de un hombre que quiso, disimuladamente ocultarlo y yo me hice el descuidado... Me sentó en la cama y me empezó a desnudar... me sacó los zapatos, luego las medias, haciéndome mimos, oliendo y jugueteando entre mis dedos. Con su nariz me y sus dientes masajeaban y mordisqueaba las plantas de mis pies... esto me puso a mil pero inerte.
Sus manos recorrieron mis piernas hasta desabrochar el pantalón y dejando mi tanguita al descubierto... él se admiró y me pidió que sugiriera desvistiéndome sin sacarme la tanguita... debo decirle, señor lector que mi gran atractivo era mi culito y con esa tentadora ropa interior femenina su esplendor era superior y él pensó que mi parecer era el de él... Yo soy casi lampiño, tengo apenas un pelos en la axila y en el pubis... pero el pecho y el culo son lisos, blancos y mi piel es suave...
Carlos estaba totalmente vestido y yo así. Me dio una vergüenza idiota y dejé de posar para él. Me sentía una mujer seduciendo a su esposo con una buena ropa interior para mostrarle que todavía era hermosa.
- ¿Te gusta la ropa de mujer? Y sin esperar mi contestación, abrió la puerta de su ropero y sacó una caja grande…
- Abrila y vestite, te espero en el living.
Abrí la caja y mi sorpresa fue total, una falda ajustada, medias red negras, un corpiño negro con forma, una peluca y un par de zapatos aguja de 10 centímetros… Esto no estaba en mis planes, nunca lo había hecho y no sabía bien que hacer, pero siempre me doy a las nuevas emociones, decidí seguir con el juego. Por suerte estaba bien afeitado.
Me fui vistiendo y cuando estuve listo, me puse la peluca. Es increíble lo que hace una peluca para cambiar todo, además por el corte parecía de diez años menos. . Con un poco de maquillaje hubiera quedado excelente. Lo más difícil era el tema de los zapatos… si bien me calzaban ¿Cómo podría hacer para caminar sin caerme? Esto me hacía parecer ahora una niña de quince que empieza a usar zapatos con tacos.
Cuando me di por listo, me fui al baño a buscar un espejo y en el encontré un rouge rojo y no pude aguantar la tentación. Si lo hubiera planeado me hubiera depilado las axilas y pintado los ojos, pero estaba apurado por mostrarle mi nueva fisonomía a mi futuro amante…
Cuando entré en el living y me vio, me miró con mucho deseo y yo lo sentí como un piropo. Me tomó de la mano y me dijo
- Vamos a dar una vuelta…
- No. - Dije yo y se me aflautó la voz de una forma totalmente desconocida para mi… - no quiero salir así…
- ¡Pero estás hermosa! Me quiero lucir contigo…
La idea me excitaba pero no quería pasar un papelón.
Carlos no me dejó opción y me llevó a la puerta y yo ya no me resistí, trate de caminar con seguridad, y el taconéo de los zapatos a mi paso me dieron la femenidad que deseaba. Me tomé del su brazo y el me abrazó y caminamos por la avenida como dos enamorados, sentí la mirada de un par de hombres ya que la falda se me subía y dejaba ver mis nalgas.
En una esquina muy transitada, Carlos me besó como si fuera su novia y así me sentí.
Yo estaba tan caliente que quería volver a su casa de inmediato, aunque ese paseo había hecho algo que nunca pensé en sentir, quería ser su mujer.
Ya a entrar al edificio vi como un vecino le guiñaba el ojo y le decía muy bajo, como para que yo no escuche… - Es muy linda ¿Es mayor de edad? - Con un dejo de ironía.
Era evidente que él quería que yo fuera una nena, ya que no estaba vestida de puta sino de nena… de una nena bien puta.
Al entrar en su departamento, me ofreció algo de tomar y se deleitaba mirándome y seduciéndome como si fuera una adolescente… y mis hormonas estaban a mil… sentía mis pezones erectos y mi ano latía… con cada mirada, con cada roce de su piel con mi piel… Me besó y yo en mi rol de adolescente medio me resistí pero el puso fuerte su mano en mi cuelló y eso abrió automáticamente mi boca y su lengua me penetró. Nos besamos y nuestras lenguas se acariciaban, se lamían se chcaban, se apretaban y sus manos empezaron a acariciarme… Me fue desvistiendo dejandome unicamente las medias y mi bombachita…
Yo fui haciendo lo mismo. Empecé con su camisa, Olí su olor de hombre y seguí mordiéndole y chupándole las tetillas mientras mis manos desabrocharon su cinturón, su pantalón fue cayendo a sus pies... ahora era yo quien lo recostaba en la cama para hacer más fácil el sacado del calzado primero y luego medias y los restos del pantalón. Su boxer dejaba ver una melena y un bulto medio oculto. Cuando intentaba sacarle el calzoncillo, él me lo impidió yo volví a intentarlo pero me dijo - Vení... Yo estaba entre sus piernas con su pija a centímetros y apenas cubierta por una tela fina. Sin embargo me incorporé y me acosté a su lado. Me besó y sacó con una mano, mi pija entre los pliegues de mi bombacha... con la otra estiró mi brazo hacia arriba dejando mi axila a amplia a la altura de su cara... la olió y jugueteo con mis pelos... si bien estaba limpio debo decir que para esa altura estaba bastante sudado... parece ser que eso era lo que le gustaba olió mi axila y luego la otra repitiendo el procedimiento.
Este placer me hizo cerrar los ojos, él estiraba mis brazos y ahora lamía mis axilas... sin darme cuenta, me encontraba atado a los barrotes de la cama... la situación no era para nada violenta ni él me daba miedo pero me sorprendí.
- ¿Vamos a jugar, mi niña?
- ¿No te molesta?
- Si no te haces el malo está todo bien.
- Quedate tranquila
yo estaba con la peluca puesta por eso me trataba de mujer.
Se sentó sobre mi pecho pero antes se había sacado el boxer sin que yo me diera cuenta. Su pene no era muy grande ni muy grueso pero ya estaba con su espuma en la cabeza. Mojó con ella mis tetillas y las lamió y mordisqueo... Su olor era muy rico... se acomodo mejor, dejando su pene frente a mis ojos. jugueteó con él golpeando mi cara, lo paseo por mi cuello y mis orejas hasta que por fin lo adentró en mi boca... Lo chupé, lo deseaba y se lo hice sentir... precisaba mis manos pero me di maña... Él se empezó a mover como si me estuviera cogiendo. Sin decir nada la sacó... yo hubiera querido tener su semen en mi boca. Lo único que me quedó fue un pendejo que me molestaba en la lengua... Corrió mi tanga y olfateó mi verga mi entre pierna y mi culo... haciéndome olvidar de todo y hacerme llegar a las estrellas casi sin tocarme.
De a poco me fue sacando la bombacha y cuando lo logró se la llevó a su nariz la olfateó y luego la dejó olvidada sobre mi cara... mi tanga tenía el olor de mi semen y de mi culo... así como la primera vez que la tuve tenía los olores de mi amiga.
Levantó mis piernas por sobre sus hombros y se puso a lamerme el culo mientras uno de sus dedos se empezaba a colar en él. Su lengua y ahora dos de sus dedos hacían las delicias de todo mi ser... si hubiera seguido lo hubiera mojado con mi leche pero se detuvo... siempre se detenía en lo mejor... para darme otro placer más intenso y fuerte que el anterior. Sabía hacerlo y me gustaba hacerlo con él.
Tomó mi verga con una mano y con la otra fue llevando su pija hasta el centro de mi ano... Mientras me iba pajeando despacito, me iba penetrando. Se iba abriendo paso por mi interior e iba sacando de mi pene lo mejor de si... Una vez toda dentro, sin dolor ni sufrimiento... yo no era virgen y su pene no era tan grueso ni tan grande, para hacerme doler. empezó a forzar... cada vez mas fuerte, cada vez mas rápido y cuando parecía que iba a acabar paraba, me miraba a los ojos y yo me sentía enamorado. y comenzaba a bombearme despacio y profundo, siempre fuerte... yo estaba por acabar cuando siento que mis primeras densas gotas de néctar brotaban de mi; su fuerza me inundaba a chorros calientes de lava, mi interior... La leche corría por dentro y por fuera de mi. La dejó morir dentro mío y luego la volvió a mi boca... Tras un instante me beso saboreando de su leche en mi boca. Mis brazos me dolían y el me soltó.
Como yo no había acabado y él no hacía nada por satisfacerme, lo encaré.
Lo distraje con unas caricias y luego le empecé a lamer el ano, como prueba inequívoca de que no habíamos terminado de follar. Él se quejó pero luego se dejo hacer... no tuve contemplaciones y lo penetré de una... sin darle oportunidad a decir algo. No tuvo que esperar mucho para que me corriera ya que estaba entusiasmado... Luego caímos los dos rendidos y dormimos hasta el amanecer.
Una noche que parecía perdida, fue una noche muy especial... Cuando me estaba yendo a mi casa, me dio un beso y en la caja me regaló la ropa que me había hecho usar, con la promesa que la próxima vez lo iría a buscar vestido de mujer.

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