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Mi Amiga Carolina - 1ª Parte

Hola a todos, hoy les escribo un nuevo relato de la experiencia vivida con mi amiga, el cual escribimos juntas, espero lo disfruten tanto como nosotras.

Ese día estaba en el aeropuerto esperando la llegada de mi amiga Carolina Cruz, hacia bastante calor y me había puesto un pequeño vestido azul de tirantes que dejaban al descubierto mis muslos y demarcaban mis generosos senos, nos habíamos conocido por mail, a través de nuestros relatos nos contactamos y varias veces tuvimos cibersexo, muy rico y placentero para ambas. Solo nos conocíamos por foto, pero al verla llegar la identifique de inmediato y ella también a mí. Carolina es morena de pelo largo ensortijado, de mi altura y bellos ojos, venia con una de sus minifaldas y una pequeña camiseta ombliguera, nos besamos y abrazamos como si nos conociésemos de toda la vida, tanto ella como yo somos bisexuales, así que nuestro contacto fue bastante caliente.

Nos dirigimos al parqueadero donde nos esperaba mi coche, guardamos su equipaje y Carolina me arrincono contra la pared besándome de una manera brutal, su lengua se introdujo como un dardo caliente en mi boca, mientras su mano se apoderaba de mi seno, respondí a su beso rodeándola y metiendo mi mano bajo su mini, palpe su nalga suave y tersa, comprobando que no llevaba panty, deseaba poseerla allí mismo y hacer realidad nuestros ciberencuentros, pero la llegada de gente nos contuvo.

Llegamos a casa, ya que había preparado una habitación para que ella se quedara, Carolina estaba bastante cansada, después de volar toda la noche, así que le dije que durmiera y luego la despertaría para almorzar y por la tarde podríamos salir a pasear e ir de compras y conocer la ciudad. Ella se desnudó completamente delante de mí, vi sus pechos pequeños pero perfectos, con sus pezones marrones y puntiagudos, una fina cadera y un perfecto culo, grande y duro, su concha morena totalmente depilada. Se acostó y me despedí, pero ella devolvió mi beso con uno sobre mis labios, le sonreí y la deje dormir.

La desperté para almorzar, ella antes se dio una ducha y luego vino a almorzar solo con una pequeña camisetita puesta, sus pezones se notaban duros a través de ella y debajo solo llevaba una tanguita. Comimos y charlamos de todo un poco, conociéndonos un poco más. Luego salimos de compras por la ciudad y a un shopping, la deje a ella comprándose un vestido y yo fui a comprar algo para luego darle una sorpresa.

Al volver fuimos juntas a comprar lencería, ella quiso probarse un conjunto negro y yo uno rojo, los dos de encaje y muy pequeños. Entramos juntas al probador, nos desnudamos y nos probamos los conjuntos, ambas nos veíamos muy bien, las dos nos tocábamos los pechos y las piernas, ajustando la ropa, eso nos excito a ambas, luego de decidir comprarlos volvimos a desnudarnos para vestirnos, allí nos abrazamos y nos besamos en al boca con pasión, nuestras lenguas se unieron, fundiéndose una en la otra, ambas estábamos muy excitadas y deseosas de nuestros cuerpos.

Salimos y nos dirigimos a casa, llegamos y decidimos ducharnos juntas, nos desnudamos, besándonos y acariciándonos, entramos a la ducha y el agua recorría nuestros cuerpos desnudos, nuestras manos nos acariciaban, nuestros dedos invadieron el sexo de la otra, salimos de la ducha mojadas y excitadas, y fuimos a mi cama, nos tiramos sobre ella y comencé a besarla sobre su boca, por su cuello, recorrí sus pechos, sus puntiagudos pezones se perdieron en mi boca, se los chupaba fuerte, se los mordía suavemente, ella gemía de placer y se dejaba hacer.

Baje por su vientre liso, llegue a su pubis depilado, lamí su conchita húmeda, mi lengua recorrió sus labios hundiéndose en su interior, tomé su clítoris entre mis labios, chupandolo, succionándolo, su rosado botón respondió a mis caricias, se puso duro, su conchita se mojo completa, mi lengua la recorría toda de arriba abajo, llegando a su culito, lo recorrí con la punta de mi lengua, sus gemidos eran mas fuertes, la deseaba.

Mi lengua abría su culito y dos de mis dedos penetraban en su rajita mojada, ella se movía contra mí, gimiendo y gozando, mis dedos la penetraban fuerte y mi lengua lamía todo su culito, apoye mi boca sobre su concha y la empecé a chupar fuerte, mi lengua se enterraba dentro de ella y sus jugos caían por mi boca, la chupaba toda, rápido y duro, ella separo mas sus largas piernas y me tomó por la cabeza apretándome mas contra su concha, se movía mas sobre mi boca, gemía fuerte, sentí llegar su orgasmo y su concha estalló en un gran orgasmo, una ola de jugos cayeron en mi boca, los bebí todos, chorreaba por mis labios, su cuerpo convulsionado por el orgasmo se entregaba en mi boca, no paraba de tragar todos sus jugos, la chupe toda hasta que se quedó quieta, satisfecha.

Subí besando su cuerpo, hasta quedar sobre ella y besarle en la boca, nuestras lenguas se unieron y compartimos sus jugos en su boca, durante un rato estuvimos acariciándonos y chupandonos las lenguas con la mezcla de nuestra saliva y sus jugos, me levanté un poco mas dejando mis generosos pechos a la altura de su boca, rápidamente los tomó con sus manos y empezó a chuparlos, se comía mis pezones, que se pusieron muy duros y erectos, ella los comía con deleite, entonces me incorporé un poco mas y sentada sobre su cara, puse mi concha en su boca, ella abrió mis labios con sus dedos y hundió profundo su lengua, di un fuerte gemido de placer, sentía su lengua en mi interior, recorriéndome en círculos, lamiendo toda mi concha, la refregaba por su boca una y otra vez, su lengua serpenteaba en mi interior.

Carolina tomó mis nalgas y me movía mas sobre su boca, mi concha anegada mojaba su cara con mis jugos, ella me comía fuerte, profundo, yo gemía mas fuerte aún, disfrutaba como mi amiga comía mi conchita, lo hacía más rápido ahora, su lengua muy profundo dentro de mí, ella me mira a los ojos y dejando un momento de mamarme, me dijo que quería que acabara en su boca como ella lo había echo y volvió a hundir su cara en mi vagina, no pasó mucho tiempo, apreté mis pezones y dando un grito de placer, acabé fuerte en su boca, restregué mi concha en su cara mientras mis jugos llenaron su ansiosa boca, ella los bebió todos, lamió mi raja con deleite absorbiendo hasta la ultima gota de mi monumental corrida.

Me puse sobre ella y empecé a lamer toda su cara, lamiendo mis propios jugos, luego nos besamos, mi lengua invadió su boca buscando la suya en un beso apasionado y prolongado, quedamos así abrazadas, convulsionadas, extasiadas, pero ambas con ganas de más.

Después de descansar un momento y no dejar de abrazarnos y besarnos, volví a recorrer su cuerpo con mis manos, acaricié su sexo y lo noté húmedo de nuevo, empecé a besar sus pechos, lamí sus negros pezones duros, mi lengua recorría sus aureolas, mi boca succionaba sus deliciosos pechos, pasaba de uno a otro, al mismo tiempo que mis dedos recorrían los labios de su rajita, baje lamiendo y besando su vientre, mi lengua se hundió en su ombligo y seguí bajando hasta llegar a su clítoris, lo tome entre mis labios, apretándolo, jugando con el, Carolina gemía de placer.

Mis labios recorrían su conchita de arriba abajo, notaba como se humedecía cada vez mas, mi lengua le penetraba despacio primero y luego más rápido, haciéndola gozar, gemía y me pedía más. Mis manos apretaban sus pechos, mientras mi cabeza estaba hundida sobre su conchita, comiéndomela toda, ella acariciaba mi cabello y movía su cuerpo refregando su rajita sobre mi boca, entonces la miré y te dije que era tiempo de su sorpresa.

Me levanté y fui hasta la otra habitación, al volver traía puesto el regalito que compre para sorprenderla por la tarde en el shopping. Era una enorme verga de latex negra con correa que traía atada a mí. Me miro y sonrió, le dije que ahora iba a cogerla como se merecia, me puse de rodillas sobre su cara y le dije que lo chupara, que lo mojara bien que después se la iba a meter por su caliente raja. Carolina la chupaba fuerte, con gusto, tragándosela toda, mojándola con su saliva, me cogía por las nalgas atrayéndome hacia ella e introduciéndose aquella gorda polla, se veía que sabia mamar una verga.

Entonces le dije que se pusiera en perrito, se dio vuelta dejando su hermoso culito en pompa, y su conchita húmeda toda para mí, le di unos buenos lengüetazos, la lamí entera, mojándola bien con mi saliva y sus jugos, me puse detrás de ella, acomode la verga sobre su conchita y empecé a penetrarla lento, sentía la enorme verga dilatar su conchita y deslizarse suave pero sin detenerse hasta el fondo de su húmeda vulva.

La tomé por las caderas y empecé a penetrarla fuerte, rápido y duro, la cabalgaba, sentía como la colosal verga se deslizaba entera en su raja, abriéndola y haciéndola gozar, gemía fuerte de placer, Caro apoyo su cabeza en la cama y levanto mas sus negras nalgas, me pedía que la cogiera fuerte, yo lo hacía duro y fuerte, le daba nalgadas y la penetraba toda, la enorme verga llenaba su rajita mojada a punto de explotar, la tomé por las tetas y le di mas fuerte y rápido, sentí llegar su orgasmo, dio un fuerte grito y acabo intensamente, la seguí cogiendo fuerte, prolongando su orgasmo, hasta que cayo sobre la cama extasiada y convulsionada con el orgasmo.

Me acosté a su lado sin sacar el consolador, la besé fuerte y con pasión, estábamos empapadas en sudor, le saque la verga y me voltee, ella comenzó a lamer mis enormes tetas, las chupaba fuerte, se comías mis duros pezones, chupandolos, mordiéndolos, apretaba mis pechos juntándolos y su boca se deslizaba de uno a otro, comiéndomelos. Me hizo acostar boca abajo, comenzando a besar mi cuello, mi espalda, sus manos tomaron mis nalgas y las acariciaban, las masajeaba y separaba, sentí su lengua recorrer mi ano y llegar a mi concha ardiente, me lamía toda desde mi concha a mi culito, la punta de su lengua como un pequeño pene se hundió en mi culito y sentí como dos de sus dedos se deslizaban dentro de mi rajita, gemía fuerte, gozando.

Me daba duro por la conchita, ahora eran tres dedos y su lengua abría todo mi culito, me daba fuerte, le pedía mas, entonces tomo la verga plástica con su mano y la empezo a meter en mi concha, se deslizó fácil dentro de mí, porque estaba muy mojada, me cogía fuerte y su lengua no dejaba de entrar y salir de mi culo, con la verga de latex en mi concha Carolina deslizo un dedo en mi ano, el placer era inmenso, no tardé en acabar en un orgasmo fuerte e intenso, entonces se puso sobre mí e hicimos un 69 comiéndonos nuestros sexos, bebiendo nuestros jugos y chupandonos hasta que las dos acabamos, una en la boca de la otra. Las dos estábamos muy excitadas y cuando aun estábamos convulsionando por el orgasmo y una encima de la otra, lamiendo nuestros jugos y aspirando el aroma de nuestros sexos, miré hacia la puerta de la habitación y ahí estaba parado mi marido Miguel, contemplando la escena y pajeando su enorme verga que estaba muy dura, por lo que seguro hacía un buen rato que estaba allí.

Entonces con Carolina nos sentamos en la cama, le dije a Miguel que entrara para presentarle a mi amiga, él se acercó caminando pero con su verga muy grande y dura fuera de sus pantalones. Esta es mi amiga Carolina y él mi marido Miguel, se dieron un beso, él dijo encantado de conocerte y ella contestó, es un placer, no te esperábamos y estirando su mano tomo su gruesa verga y la sacudió. Me miró y me dijo, así que esta es la vergota que disfrutas, me sonreí y asentí, es que en verdad mi marido esta muy bien dotado, son 23 cm de carne rolliza y gruesa con una colosal cabeza, que en verdad disfruto mucho. Le dije que esa era mi vergota pero que ahora la íbamos a disfrutar juntas.

Sin mediar mas palabras de presentación Carolina se sentó en el borde de la cama sopesando la descomunal tranca de mi marido, acariciaba sus gordas bolas, la masajeaba suavemente, se embriagaba con su olor, descorría su pellejo para admirar su gorda y lisa cabeza, sus dos manos se aferraban a su grueso tallo mientras la punta de su lengua se posaba en su prepucio, su lengua empezó a recorrer toda su extensión, yo sabia muy bien la grata impresión que causa siempre la verga de Miguel, Carolina abrió su boca al máximo y empezó a introducirse aquel falo, momento que aproveche para desnudar completamente a mi marido, me arrodille detrás de él y separando sus nalgas mi lengua se poso en su ano mientras Caro seguía atragantada con aquel enorme mástil.

Continuara...

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Angela Lobo

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