La vida en Tierra Blanca
Erika, apoyo sus manos sobre mi pecho, haciendo fuerza para separarse de mi y yo hacia fuerza para atraerla a mi lado, lógico que yo tenia mas fuerza que ella y le gane le acerque mis labios y trataba de besarla y ella volvía su cara para el otro lado, y la empecé a besar en su cuello, a lamer su exquisita piel y con una mano, le toque una teta, por encima de la tela, mientras mi otra mano la posaba en su nalga. Aquello era demasiado. Para Erika ya que le estaba metiendo mano y pellizcaba sus pezones, al tiempo que, al apretarme más contra Erika, le hacía sentir un bulto enorme, cada vez más gordo, en su entrepierna. Al principio se sentía llena de angustia y miedo pero, para su sorpresa, le invadió una excitación para ella desconocida, que comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Ya no pudo más. Le empecé a restregar mi enorme bulto contra su pelvis y ello la hacía sentir más y más cachonda., caliente, como son las mujeres de tierra blanca Era sólo cuestión de tiempo para que Erika cediera debido a que ya la había visto masturbarse, estaba excitadísima y la iba a ser mi mujer.. La mire con lujuria y con mi voz , le dije: Se nota que tu marido te tiene muy abandonada y que estás urgida. Deja de resistirte y yo te daré la verga que necesitas Me abalance contra Erika, apoyándola contra una de las paredes, le metió la lengua en su boca y con mis dedos la empecé trastearle la vulva y el clítoris palpitante. Y con esto comenzó a jadear como una puta cualquiera y comenzó a entregarse a mis caricias. Rápidamente cerré la puerta de la habitación y volví a besarla y toquetearle las tetas. La arrastre hasta la cama. Me sacó mi verga y se la mostró con un gesto de orgullo. Mi verga es gorda, larga y muy dura. Tendría unos 5 cm. de grueso y unos 20cm de largo. ¡Nada comparado con la de su marido! El espectáculo era asqueroso, pero no podía quitarle la vista de encima a mi verga.. - En seguida le ordene ¡Tócala! Erika.. Con mucha vacilación, alargué su mano y, obedeciendo, la toco y sintio mi verga inmensa, al rojo vivo. Una extraña sensación, mezcla de miedo, asco y excitación, se apoderó de Erika. Sin soltarla, seguí tocándola y besándola, con mi lengua . Le chupaba las tetas por encima de la tela y, de pronto, le di un mordisco, que rasgue con mis dientes su prenda, dejando sus senos al aire. sus pezones estaban duros y erectos. Le mamaba los senos y comencé a succionar la leche que le Salia.. El deseo se apoderando de ella y yo lo note. - Erika, También tú tienes ganas, ¿verdad? -le dije, al tiempo que le ensalivaba los pechos. No sabía cómo reaccionar, ya que. Erika necesitaba sentirme amada, acariciada deseada , mamada... ¡cogida! Con movimientos rápidos le quite toda su ropa dejándola desnuda. Me quite toda mi ropa yo tambiénComencé a acariciar todo su cuerpo, especialmente su clítoris. ya estaba totalmente desnuda, en mis brazos, y intentaba resistirse, pero no pudo y comenzó dejarme hacer de todo. De pronto, Erika pensó que era una entregada, una ofrecida una puta. Quiso resistirse nuevamente, pero no se lo permití y, agarrándola por la cabeza, la obligó a mamar mi verga, que es lo que mas me fascina que me haga una mujer. Lo que sintió, no puedo ni relatarlo, tener mi verga en su boca, le daba náusea. Le solté la cabeza, y jamás trato de sacar mi miembro de su boca.
Mi Verga era tan grande y gruesa, que se le dificultaba mucho tragarla. Sin embargo, la lamió, chupo y mamo mi verga y me dijo, que. Nunca había tenido algo tan grande en su boca. Con ese Trabajo que me hizo Erika, me hizo que gimiera y la bombeaba dentro de su garganta, como si fuera un émbolo. De pronto, empecé a jadear y, la agarre firmemente de su cabeza para que no pudiera retirarse, eyacule, llenándole la boca con mi esperma. Le pareció algo asqueroso, pero se trago todo mi esperma. Le hizo seguir lamiendo y, en muy poco tiempo, Mi verga se ponía dura de nuevo. Tire de sus piernas y me las subí a los hombros, Le roce su vulva con el glande. Le daba asco, pero al sentirlo, no pudo más y se corrió. Toda muy rico. La mire con lascivia y sonriendo, le dije: - Ahora sí, mi jarocha. Te voy a meter mi verga y vas a sentir el mayor placer que has tenido en tu vida. Volví a acariciarla con el glande y volvió a sentirse mojada del gusto. De pronto, sintió. Mi enorme verga que la estaba penetrando ¡Noooo! -grito horrorizada, pero presa del deseo. Entonces, puse la cabezota de mi verga en su sexo y, de un solo empujón, se la metí hasta la mitad. Sintió que la estaba partiendo, pues mi verga es demasiado gruesa y grande. Empuje otro poco y, de un golpe, mis testículos peludos golpearon sus nalgas. Una sensación de ahogo la invadió y, entonces, sin miramientos, mis manos agarraron sus tetas y se la apachurraba con violencia.. Le susurre que se tranquilizara y comencé un mete saca que la hizo perder toda voluntad de resistirse. Mi verga entraba y salía cada vez más rápido y fuerte, mis huevos hacían ruido contra su culo en cada embestida. Aprecie que jamás había sentido tanto gusto en el cuerpo de Erika, ni su esposo se la había llegado a coger de esta manera.
Comencé a sacar y meter mi verga, arrancándole gritos de placer al sentir las paredes de su vagina rozadas por mi trozo de carne que le estaba metiendo., hice que sus piernas se juntaran, haciendo que mi verga se sintiera más inmensa Erika, temblaba, gemía y abría más sus piernas, quería sentir toda mi verga entera, dentro de ella. Los orgasmos se sucedían en su cuerpo, uno tras otro y, muy pronto, me gritába: - Erika,dame más, papito... ¡Dame más! Y era cierto. Erika quería más verga. Cada bombeo le daba mucho gusto y su cuerpo estaba rebosante de placer. Un orgasmo arrollador, el más grande de su vida, le sobrevino en aquel momento y grito como poseída por el demonio. A Erika ya no le importaba nada, me estaba moviendo tan exquisitamente dentro de ella, que la hacía sentir un enorme placer con la metida de verga que le estaba dando.. Mi verga le entró hasta el fondo y luego salia hasta la cabeza. Nunca la habían hecho sentir , profundamente penetrada. Las paredes de su vagina, se contrajeron como queriendo atrapar mi verga. Entonces, le pregunte: -¿ Erika tu marido te ha cogido así? Confundida, pero muy caliente, me respondo: No Edgar. Tú eres mi hombre de verdad... un verdadero macho. Los orgasmos le asaltaban uno tras otro en forma despiadada. Eran tan intensos y continuos, que la volvían loca. - Erika ¡Dale papito rico! ¡Párteme en dos! seguí con el bombeo atroz, por más de diez minutos. Sintió mi verga salir completamente de ella y, al entrar con fuerza de nuevo, percibió que se me hinchaba y un chorro caliente, un mar de leche la inundó muy adentro, logrando que se corriera nuevamente conmigo. Mi semen eran interminable; sus manos dejaron de sujetarse del colchón y se abracé a mi.. Me tire encima de Erika, aún jadeando y con los ojos en blanco, tenía la boca entreabierta. la lamió toda y Erika comprendió que ya era mía, del todo. Le saque mi verga y Erika se apresuro a limpiarla con su lengua. Nos quedamos tendidos, juntos en la cama y apoyo su cabeza sobre mi pecho.
Después de todo, Erika ya había retozado como una verdadera puta entre mis brazos . Su cuerpo era totalmente mió. Entonces Erika me confeso que nadie la había hecho gozar nunca como yo me dijo también que había andado con otras parejas de tierra blanca, incluso con un cirujano, pero, nunca logro excitarla así de esta forma . Conversamos un rato y volví a acogérmela . Luego, se quedo dormida entre mis brazos. Erika reflexiono en lo sucedido y sintió mucha vergüenza, por haber engañado a su marido en mis brazos . se levanto a tomar una ducha y, al sentir el cosquilleo del agua escurriendo por su piel, no pude menos que masturbarse, recordando lo vivido la noche anterior. bajo a desayunar. Desde lejos, me vio y sintió un cosquilleo en su entrepierna. Sabía que si Daniel no regresaba pronto, volvería a ser mía nuevamente. Más tarde, en su habitación, recordaba el revolcón conmigo y, de tan solo recordarlo, su vagina se mojaba. Se pregunto ,¿Qué le estaba pasando? Luego de pensarlo, llegue a la conclusión: que le había dado una buena metida de verga y no pudo dejar de pensar en ese episodio sin que se mojara toda. La situación era asquerosa, pero ya no se podía resistir. Reflexiono largamente y se dio cuenta de que su esposo ya no le apetecía. No quería regresar Lo único que le importaba, en realidad, era revolcarse conmigo y coger a todas horas. Pasé largo rato pensando en mi y deseando que yo fuera a verla. A media mañana, decidió bajar a mi habitación .La hice pasar con una sonrisa de satisfacción. Apenas cerré la puerta, se acerco a mi y se echo en mis brazos. Comenzó a besarme y la lleve a La cama, la calentura, se le había ido a la cabeza, la fui desnudando Erika comenzó a lamer todo mi cuerpo, no deja un centímetro de mi piel sin acariciar con su lengua con lo que motivo que yo. Gimiera y en eso le pregunte: - ¿Te gusto, verdad Erika? - Sí, papito. - ¿Me deseas? - Sí, papito rico. jugué con sus pechos y con su propia lengua, sin ningún tipo de pudor. Me ofreció su vulva, con las piernas bien abiertas, y me agache a mamarle, lamerme, chuparle el clítoris. Mi lengua se abría paso entre las paredes de su vagina, en tanto Erika se retorcía de placer y gemía con fuerza. Estaba al borde de correrse cuando de pronto pare. Ante esto Erika busco con sus propias manos mi verga, que tanto ansiaba y la tuvo tiesa, desafiante, toda para Erika y sin tardarse, se la meto en la boca y mamo de forma golosa. Mis dedos buscaban su clítoris hambriento y Erika se abrí aún más de piernas. En ese momento, Erika ,supo que, irremediablemente, era mi mujer. Me tumbe en la cama y la hice que me pusiera su vulva en mi boca, de esta forma Erika podía comerse mi verga cuanto le diese la gana. le encantaba sentir aquel bocado tan magnífico dentro de su boca. Yo le decía que se la tragara entera pero, como no le cabía en la boca, le costaba mucho ensalivarla por todo lo largo y ancho. Mientras tanto, su vulva estaba abierta completamente, y mi lengua entraba y salía de su vagina, como si me la estuviera cogiendo. Erika estaba en las nubes y se corrí en mi boca varias veces , cuando noté yo jadeaba fuertemente y mi verga comenzaba a palpitar, Me suplico que Se la metiera. La levantó de encima de mi y la coloque boca arriba, abriéndole bien las piernas que Erika, a su vez, levantaba para facilitarme más el contacto. Levante mi verga caliente la cual, hizo contacto con su vulva, haciéndola vibrar de emoción y gusto. Lentamente, la fui penetrando, haciéndola gritar de placer y se corrí otra vez. Qué gusto sentía al tener dentro de ella, toda mi verga que le llenaba entera toda su vagina.. Lloro de felicidad.. No quería que ese momento se acabara jamás, y gritaba: ¡Oh, qué rico! Entonces comenzó el vaivén en forma poderosa y casi sobrehumana. yo no paraba de cogerme a Erika y ella, entre jadeos, gritaba: - ¡Más, más,! ¡No pares, por favor, papito! ¡Dame más! Mi verga iba y venía más duro y fuerte. Nunca pensó que esa sensación existiera, eso era lo que siempre había deseado y soñado, y ahora fue mucho mejor que la primera vez, porque ahora no se resistía y se dedicaba a gozar mi verga.. De pronto, le sacó mi verga y enseguida le doy. Media vuelta y la puso en cuatro patas en el borde de la cama. sus tetas colgaban como campanas y yo, desde atrás, se las pellizcaba muy fuerte, siendo violento con ella. Me coloque atrás de Erika, de pie en el suelo y volví a notar mi verga en la puerta de su Vagina, la cual estaba llena de flujos vaginales.
Erika se agarro a la almohada cuando le metió mi verga de nuevo, Se sentí plena. Me la estuve cogiendo durante un buen rato, al tiempo que mi dedo medio, lubricado en sus propios jugos, se abría paso en su rico culo. Erika me comento que su marido, nunca había intentado nada en ese agujero, y aquello la hizo sentir más excitada. De pronto, le sacó la verga de su vagina y noté mi glande en su culito, al tiempo que sus dedo abrían la vulva y se seguían masturbando sin parar. Mi verga enorme se abrió paso de un solo golpe en su rico culo. ¡Grito! Me dolió muchísimo y lloraba de dolor incluso trataba de salirse de mi verga, circunstancia que jamás le permití, aunque el ser salvajemente masturbada, mitigaba gran parte de la tortura. ¡Tranquila! -le dije-. Ya verás que el placer será maravilloso. Y así fue. Primero le metí mi verga despacio, suave, moviendo mi verga con dulzura, luego mas aprisa. Mis dedos seguían masturbando su clítoris y su rico culo se moría de gusto con los apretones de su mi verga, con movimientos cada vez más rápidos y salvajes. En una embestida brutal, que le di sintió que le llenaba el culo de leche, le bombeaba como si la tratara de taladrara, entre jadeos, tembloroso, le pellizcaba las tetas y el culo intermitentemente y nos corrimos juntos. Le saque mi verga del culo y cayo de bruces contra la cama, cansada y adolorida, pero feliz, saciada y plena. Pero yo todavía no terminaba ahí, le metí mi verga en la boca y pudo comprobar que aún la tenía dura como el acero. me tumbe en la cama y la obligue a sentarse encima de mi verga inmensa , Haciendo que Erika cabalgara. Mi incansable virilidad la puso excitadísima y movía el culo buscando su propio placer, buscando que mi verga le entrara toda y casi podía sentir que le saldría por la boca. Erika me cabalgo durante un buen rato hasta que la llene de leche de nuevo y en eso le pregunte: - ¿Te gustó, Erika? - ¡Me encantó, papito! ¡No me niegues tu verga nunca! -y de esta manera, se quedo dulcemente dormida Posteriormente, regreso su marido ,ella se acostó con los ojos abiertos, en la oscuridad, sin poder dormir. Y Cuando vio que su marido estaba dormido, se puse de pie y, tratando de no hacer ruido, salio del cuarto, bajo las escaleras y se dirigí a mi habitación. Abrió la puerta y entro. se acerco a la cama y se acosté en la cama, junto a mi. Allí estaba Erika ,recostada al lado mió, el hombre que la había poseído a la fuerza, en vez de su marido. El olor de mi cuerpo, ese olor a hombre, ese olor intenso de mi sexo, la excitaba, pero tenía que reconocer que la había hecho gozar, fue acomodando a mi lado, abrazándose a mi cuerpo. se quito el vestido y, así, completamente desnuda, alzo una pierna y la puso sobre mis muslos. Nuevamente, su cuerpo comenzó a llenarse de deseo. su vagina comenzó a frotarse contra mi muslo, mientras su mano recorría mi cuerpo. su mano de Erika recorrió el interior de mis muslos y mis testículos. Luego, mientras besaba mi pecho, su mano ávida de tocar y acariciar, tomó mi verga fláccida y comenzó a masturbarme. Mientras lo hacia, me besaba, me mordía. Fue tal la calentura que fue adquiriendo, que su lengua recorrió todo mi cuerpo a pesar del sudor, por el calor que hace en tierra blanca..
La frotación de su sexo contra mi muslo se fue haciendo constante y se fue humedeciendo.. Se encontraba excitada, sus pezones querían reventar, duros y gruesos hasta causarle un delicioso dolor. Su mano pajeaba con mayor vehemencia mi verga, fue bajando por mi cuerpo, besando, lamiendo, mordiendo. Cuando tuvo mi verga a mi alcance, lo observo detenidamente . la beso, y comencé a chuparla., se abrazo a mis muslos y la chupo con mucho placer, como queriendo atrapar eternamente en su boca, ese pedazo de carne deliciosa. Su mano, apretaba suavemente mis testículos, hasta que me despertó. Le puse mi , mano en su cabeza y escucho mis gemidos de aprobación. Mi verga fue creciendo y se fue poniendo dura. Pensó qué manera de transformarse ese pedazo de carne. En muy poco tiempo, era ya un mástil duro y cabezón, el cual erika chupaba como el más delicioso de los dulces. La frotaba en sus mejillas y termino frotándolo contra sus pechos y pezones. Erika ya no podía seguir esperando, hizo que me sentara y abrió completamente mis muslos. Recorrió con su lengua desde el interior de mis rodillas, subiendo por el interior de mis muslos hasta alcanzar mis huevos y los chupo también para luego seguir subiendo por el tronco de mi verga, hasta la punta. se monto con las piernas bien abiertas sobre mi. Tomo mi verga con una de sus manos y la guió a su vagina. Cuando la sintió dentro de ella , lanzo un gemido del alma, se dejé caer sobre ella, despacio pero constante, hasta sentir que ya no, había más que meter. La tenia toda dentro de su interior Con los ojos entrecerrados por el placer de sentirse así de llena, tomé mi cara y la conduje hacia sus pechos. La tenia allí, ensartada, sin moverse, disfrutando como le chupaba y mordía con fuerza sus los senos, le arrancaba gemidos intensos, mientras las manos de Erika acariciaban tiernamente mi cabeza. Me rogaba que succionara sus pezones y toda una gama de sensaciones la envolvía, cuando mi boca los atrapaba. Mientras yo se chupaba de ese modo, Erika apoyo sus manos en mis hombros y, comenzó a moverse rítmicamente sus caderas de adelante y hacia atrás. sus jugos, comenzaron a fluir de su interior. Era exquisita la sensación de moverse de ese modo ( que la verda, sea, las de Tierra Blanca , se saben mover muy rico en la verga de uno), mientras yo le chupaba eternamente sus tetas. Gimiendo como perra en celo y moviendo sus caderas más rápido, alcanzo un orgasmo de locura. Tembló entera y su cuerpo se puso rígido, mientras su vagina se contrajo de tal modo, que sus músculos apretaron mi verga que la poseía.
De su entrepierna fluían tal cantidad de líquidos, que me dio la impresión de que se había orinado. Agradecida y caliente, me abrazo y me beso apasionadamente mientras mis manos agarraban sus nalgas. Continuo moviéndose, pero esta vez subía y bajaba y luego cambiaba su movimiento para hacerlo circular.yo la abrazaba y humedecí mis dedos con sus jugos y la penetre el culo con mis dedos. Al principio le causó dolor, pero a Erika no le importaba, se calentaba tanto, que estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de darme gusto. Mis dedos se movían en su interior y mi verga en su vagina. La hice sentir la doble penetración. Me aferre fuertemente de sus nalgas y comencé a cogermela de una manera bestial. Nunca se imagino sentir tan profundamente mi verga, me daba la impresión que me meaba sobre mi verga. Después, la hice rodar en la cama, poniéndola de espaldas. Abrí bien sus piernas y la clave mi verga hasta el tope. la hacia sentir mi verga entrando y saliendo de ella Entonces, saque mi verga de su vagina, justo en el momento en que comencé a eyacular y le vacié mi semen en el exterior de su cuerpo. , lanzándolo hacia su vientre, hacia sus pechos, hacia su cara. Mientras con mis manos esparcía mi semen sobre su piel, recibo una descarga, en su boca. Me chupo mi verga para tragarse todo el semen que quedaba después, cada quien continuo, con su vida, y después de un buen tiempo la volví a ver y la invite a la bendición, para recordar viejos tiempo, pero hoy busco a otra chica de tierra blanca, te interesaría ?
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