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Dos en una Noche

Una noche en la disco teniendo sexo con una bella odontologa y más tarde con
una de mis mejores amigas en mi auto afuera de su casa.
Me presento como JARI. Mi historia comienza así: siendo aun estudiante de la
Ingeniería en Computación mi vida social era mucho más activa y cada bella
chica que veía la soñaba despierto, soñaba cómo acercarme a ellas y hacerlas
mías.

Ahora que veo hacia atrás puedo presumir que estuve con las chicas más
atractivas de la universidad y primero les hablaré de Karen, estudiante de
odontología, una chica rubia de estatura media. En un principio su cuerpo no
me era su mayor atractivo pero su rostro era muy hermoso con labios rojos y
ojos color miel. Era la fiesta de bienvenida para los de nuevo ingreso y yo
iría a ésta acompañado de una amiga muy guapa llamada Elissa, ya más
adelante halaré de ella. Antes de salir rumbo a la fiesta Karen me llamó
para decirme que nos veíamos allá por lo cual contacté a un amigo para que
estuviera con Elissa y yo poder escaparme con Karen y así ocurrió. Ya estaba
bebiendo unos tragos cuando llegó Karen que brillaba entre las luces del
lugar vistiendo una pequeña minifalda de mezclilla azul y una camiseta color
rosa muy ajustada a su cuerpo que nunca apreciaba tras esas batas de
odontóloga y descubrí que en realidad su cuerpo era totalmente excitante.
Sus piernas y caderas bien formadas y tornadas, acompañadas por unas nalgas
que sobresalían con esa diminuta falda. Su ajustada blusa resaltaba unos
pechos redondos y voluptuosos que en ese momento apenas dejaban resaltar un
pequeño pezón. Se acercó a mi, me dio un beso en los labios y me tomó de la
mano llevándome con ella junto con sus amigas. Decidimos pararnos a bailar y
ante el tumulto de gente nuestros cuerpos estaban muy juntos y de vez en
cuando intentaba tocar sus senos con mi cuerpo. Se sentía cómo subía la
temperatura y pedimos simple agua para ello cuando fue golpeado su brazo y
el agua fría derramada sobre su camiseta y pude apreciar que sus pezones
estaban endureciendo y marcándose más y más. Seguimos bailando muy pegados,
me acerqué a su rostro y la besé, cosa que ella respondió complacientemente
y yo noté que su lengua calida me invitaba a llegar más lejos. Entre besos y
abrazos durante un buen tiempo, más tarde me dijo que su hermano no tardaba
en ir por ella, que quería disfrutar lo que restaba de su noche, volvió a
besarme y sentí sus pechos junto a mi, con mi mano comencé a acariciarlos
sobre la húmeda camiseta, esto nos calentó más. La multitud de gente no se
enteraba de nada y tomando ella mi mano la metió por debajo de su falda,
noté que llevaba una pequeña tanga. Comencé a frotar mi mano sobre su sexo
que había ya humedecido la tanga ante el deseo de saciar sus necesidades.
Hice a un lado la tanga con mis dedos y comencé a buscar su clítoris el cual
no tardé en encontrar pues estaba a reventar ante el deseo y yo seguí
acariciando toda su vagina, tapizada por un bello fino y pequeño. Ardía de
deseos por meter mi miembro entre sus piernas hasta el fondo de su vagina.
Ella se abrazaba a mi pidiéndome que la follara, sentía el sudor de su
cuerpo y su aliento cálido ante una respiración entrecortada. Caminamos
lentamente sin despegarnos hasta llegar al fondo del lugar donde había una
barra y bancos. De pronto sentí que su mano bajó la bragueta de mi pantalón
y pasó mis boxer hasta encontrar mi verga que ya estaba lista para lo que
fuera, la extrajo y comenzó a masturbarme mientras ella se sentó y abriendo
las piernas me invitó a saciar su deseo de una vez por todas, me acerqué a
ella, tomo mi pene con su mano y lo dirigió a su concha pero no permitió la
metiera de golpe, sino que comenzó a jugar rozando sus labios y clítoris de
modo cada vez más veloz y de pronto noté que consiguió el primer orgasmo y
me abrazo de modo que mi verga por fin entro en su vagina y sentí cómo el
glande encontró cierta resistencia pero en cuanto pasó el resto de mi pene
penetro totalmente la vagina de Karen sin problema ya que ella estaba
totalmente mojada en sus fluidos.
Ella entendió que era mi turno así que sin
importarle que alguien nos viera me abrazo con sus piernas, las cuales echó
a mi cintura y en un rítmico vaivén follamos y ella comenzó a gritar pero
ante el ruido de la música y la ausencia de luz nadie se percataba de
nuestro acto. Continué penetrándola y nos besábamos y ya estaba a punto de
venirme y le avisé para sacar mi pene de su vagina pero ella apresuradamente
se bajó del banco y se arrodillo ante mi miembro y comenzó a mamarlo, yo
sentía que desmayaba de placer, siguió mamando e hice lo posible por
aguantar y seguir disfrutando al tiempo que ella succionaba con gran
habilidad pero no pude más y me corrí en su boca tragando ella toda mi leche
para no dejar rastro, con su lengua limpió mi pene y se incorporó.
Apresurados nos alistamos y tras un apasionado beso volvimos con el resto
donde ya esperaba su hermano y diciendo adiós con sólo una mirada se marchó
del lugar.

A pesar de que Karen me agotó en un corto tiempo me recuperé y tenía un
deseo de seguir dando placer al cuerpo. Regrese a la mesa donde mi amigo y
Elissa aguardaban y bailamos por unas horas más y ella constantemente me
abrazaba y daba besos muy tiernos diciéndome al oído que me quería mucho,
que era un buen amigo. Decidimos irnos y yo llevaría a Elissa a su casa.
Subimos al auto y conversábamos mientras conducía, me dijo que lo que me
decía al oído en el antro no era cualquier cosa que yo le parecía atractivo,
por un momento ni imaginé saciar con Elissa la calentura que dejó viva Karen
pero al detener el auto frente a su casa volví la mirada a Elissa y ella, de
ojos grandes y obscuros, piel blanca y figura delgada con una sonrisa
seductora cerró los ojos al tiempo que veía que se estaba masturbando, no me
di cuenta cuando comenzó pero me estaba invitando a observarla. La veía cómo
se retorcía mientras ella misma se daba placer con su mano derecha, sin
avisar me acerqué a ella, la tomé por la nuca y la bese, tomé su otra mano y
mientras abría mi bragueta dirigí su mano a mi miembro. Comenzó a frotarlo
de modo sincronizado a como ella se masturbaba y echando ella su cabeza
hacia atrás noté que estaba disfrutando, se inclinó y fue directo a mi
verga, comenzó a chuparla de manera que parecía ansiosa, casi loca por que
me viniera en ella, mamaba de una manera deliciosa y entre los sonidos de
succión me pedía que le metiera un dedo en la vagina. Levanté un poco su
falda y como con Karen hice a un lado su tanga y comencé a acariciar su sexo
pero ella me pidió que la penetrara, aunque sea con el dedo y así lo hice
por un buen rato. Recorrimos el asiento de copiloto lo más atrás que se pudo
y el respaldo hasta abajo. Intenté incorporarme sobre ella pero me detuvo,
alcanzó su bolso y sacó un condón, me regresó a mi asiento y ella misma me
lo puso con la boca, se incorporó para luego recostarse en el asiento con
las piernas abiertas, su falda sobre su cintura al tiempo que bajaba su top
para descubrir sus senos de tamaño normal, un tanto pequeños y empezó a
masajear sus pezones.
Ahora sí me postré sobre ella, busqué su vagina
mientras la besaba y repetí lo que hizo Karen y froté continuamente mi pene
en su clítoris hasta que la penetre sin cesar, metiendo y sacando mi verga a
velocidad y embistiéndola con todo, ella gemía de placer y me pedía más pero
de pronto me apartó, me giró de modo que ahora yo quedé acostado en el
asiento y ella se colocó sobre mi adoptando la posición del 69. Ella comía
insaciable mi dura verga mientras yo lamía su clítoris y labios vaginales y
me las ingeniaba para penetras su vagina con mi lengua mientras con mis
manos acariciaba su delgada cintura recorriendo desde sus caderas hasta sus
tetas y momentos después se corrió, no me importó pues yo también estaba
disfrutando. Se reincorporó dándome la cara y volvió a buscar mi miembro
para terminar el acto, retiró el condón y me hizo una paja y lamía mi glande
y testículos, estando a punto de venirme se apartó un poco de modo que el
chorro que expulso violentamente mi pene cayó en su rostro y pechos. Tomó mi
pene y lo frotó por todas las partes donde mi semen se hallaba y lo lamía
otra vez. Nos alistamos y bajó del auto diciéndome que jamás lo olvidaría y
entró a su casa. Así es como terminé esa noche, agotado tras haberme cogido
a dos hermosas chicas. FOTOS

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