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Marcos , mi Amante Virtual - 4ª Parte

 Bueno ya lo saben, me vino visitar mi amante virtual y se presentó una tarde y cumplió casi todas mis fantasías, pero me faltaba alguna de él.
Nos despertamos por la mañana y le preparé un café y se lo llevé a la cama
Como si fuera su esposa. Marcos me ponderaba y me halagaba y yo me ponía muy feliz. Sabía que esto no duraría mucho ya que él tenía que partir y volver a su ciudad, a su verdadera mujer, a su vida y yo también.
Después del desayuno me acosté a su lado con todas las intenciones de otra sección de sexo pero notaba que Marcos estaba distante, pensativo… No era que no contestara mis caricias ni mucho menos mis besos pero no avanzaba como lo había hecho en todas las ocasiones anteriores.
- ¿Qué pasa? ¿Estás arrepentido?
- No, para nada, es que…
- ¿Qué?
- Es que me gustaría…
- ¿Te gustaría qué?
- Me gustaría hacer algo diferente.
- ¿Diferente cómo?
- Para mí, totalmente diferente.
- Dale Marcos decime que es lo que me querés decir, ya hicimos de todo y yo no me asuste de nada… y vos tampoco, ¿es que no me tenés confianza?
Marcos se rió, me miró a los ojos y me dio un beso lindo, largo, seco al principio y bien húmedo al final, con su lengua hurgando por todas mis muelas hasta llegar a mis amígdalas.
Me acariciaba, me besaba y yo creí que era eso lo que el deseaba, poder vencer la idea que no nos quedaba mas de unas horas.
- Quiero que me vistas de mujer. Quiero ser Vicky hasta que me vaya. - Me dijo sin anestesia… La verdad es que no estaba lista para esa confesión. Lo que mas me gusta de Marcos es que él me trataba como a una mujer y adaptarme a ser yo él que tenga que portarme como un varoncito, no estaba en mis planes. Pero se lo debía. Me parece que él me hizo sentir su mujer, podía regalarle tres horas…
- Bien Vicky, vayamos a baño… - Me saqué mi bombacha y me puse un slip. En el baño le pedí que se afeite bien y así lo hizo, tenía más suave la piel de la cara que yo y su afeitada no dejaba ningún rastro de pelos en su cara. Mientras él hacía ese trámite, yo fui buscando su vestimenta, él era un poco mas chico que yo, la ropa de mi mujer le quedaría mejor que a mí.
Fue pintarle los labios, un poco de rimel y delineador en los ojos y Marcos era Vicky. El vestidito corto le quedó pintado, el problema fueron los zapatos pero no hubo caso, ninguno le entró así que se conformo con una zapatillas mías que le daba un toque adolescente.
Se miró al espejo grande del living y no lo podía creer, yo tampoco, el macho que me desvirgó ahora estaba allí vestido de niña. Estaba tan contenta que vino hasta mis brazos y me besó. Es extraño como cambió su actitud, estaba como una niña de quince años y su beso fue tan femenino como lo era el de mi esposa.
- Quiero salir a la calle… ¿Vamos a Caminito?
- Son las once de la mañana…
- Allí está lleno de turistas y yo pasaré inadvertido. – Todavía hablaba de si en masculino.
Me insistió tanto que no pude negarme, Vamos a ir caminando ya que yo vivo a seis cuadras de allí. Era muy extraño verme vestido de hombre después de estar tanto tiempo en el cuerpo de Linda y si a esto le agregamos que Vicky era mi compañera… Íbamos abrazados por la calle y era verdad nadie nos miraba ni nos trataba diferentes, es que Vicky parecía una damilla y de diez años menos que yo. Su feminidad le sentaba de maravillas y se le despertaron todas sus hormonas.
Caminamos, nos reímos, nos besamos con total naturalidad. Comimos algo, ahora era yo quien pagaba y le regalé una rosa que un chiquillo me ofreció para ella.
Volvimos a casa y la verdad es que yo quería cogerme a ese bombóm que tenía de pareja… En el ascensor la acorralé contra el espejo y mientras que la besaba como un desaforado metía manos por todo su cuerpo y ella se retorcía y jadeaba como una calentona.
No llegamos al cuarto… Me sacó la pja del pantalón y me empezó a hacer una chupada que valió como por el campeonato mundial, pero se la saqué antes de acabar, ya que si acababa no iba a tener tiempo para recuperarme y hacerle su hoyo.
La puse en cuatro patas y después de una lamida de su ano para lubricarlo, apoyé la cabeza de mi pequeña pija e hice presión.
Gritó como una gata de noche.
- Relajate… Fui al baño y busqué un frasco de vaselina que tenía en el botiquín, me unté dos dedos y se lo fui dilatando hasta que entraban y salían con gran facilidad y volví a repetir la escena. Ella de cuatro patas y yo guiando mi pija por su ano.
Forcé su primera resistencia y mi cabeza fue entrando despacio.
- Despacio, muy despacio, así bien, bien. – Me decía mientras mi poronga iba entrando milímetro a milímetro en su interior. Ese culo sabía bien, ya que estaba estrenándolo, sus paredes contenían mi verga de forma perfecta.
- Vamos, Vicky, Tomala ya. – Hice un movimiento y se la clavé hasta él fondo.
Él se quejó, pero ya no había más nada que hacer. Dejé que se acomodara y que él se acostumbrara a tenerme dentro, mientras empecé a hacerle una pequeña paja, con mis manos… Fue Vicky la que empezó a moverse. Un poco porque ya sentía el placer de tenerla dentro y otro poco por la paja que le estaba haciendo.
- ¿Querés que te acabe dentro?
- Si.
- No terminó en decirme eso que apuré mis movimientos para desahogarme dentro de su esfínter. Marcos acabó en mis manos y luego nos besamos como enamorados, ya sin saber quien era Linda quien Marcos, Quien era yo y quien era Vicky.
Parta terminar nos dimos una ducha y luego nos vestimos los dos… Lo acompañe hasta su auto y se fue hacia su vida.
Un beso Linda.
Sixbarral@yahoo.com.ar FOTOS

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