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Haciendo las vacaciones de mi secre

Soy Roberto de 36 años, casado,  cuando creí que por la edad ya no podría vivir alguna aventura sexual de calidad, me sucedió lo que les relataré. Me desempeño en una oficina de planificación de una empresa de construcción, soy el jefe de tal unidad,  Mayté que era mi secretaria particular, señora de cuarenta y tantos años de edad, seis de estar en la empresa.  Todo empezó cuando ella pidió sus vacaciones, la empresa le debía las de dos años juntos, asi que se decidió contratar a alguien que la supliera, ya que la cantidad de días era considerable. Por recomendaciones de alguno de los ingeniero, sin tanta selección llegó una chiquilla de nombre Zury  recien egresada de uno de los colegios de la ciudad, tendría unos 18 años,  bajita de 1.60 aproximadamente,  morena clara, pelo negro largo a media espalda, una linda carita inocente, senos pequeños de adolescente, piernas bonitas torneadas y un traserito respetable. Se le había indicado a Zury que cualquier duda acerca de los archivos, papeleo y trámite se asesorara con otras secretarias de la unidad o fuera de ella.   También debo decir que entre ella y yo hubo una atracción instantánea, ella me saludaba todos los días con mucha efusividad y creo que yo también lo hice con ella.  El caso es, que ella llegaba varias veces a mi oficina para que la guiara acerca de las tareas secretariales a su cargo, me decía que las demás secretarias no la apoyaban y la hacían esperar mucho tiempo.  Asi que yo le estuve asistiendo en su trabajo,  casi siempre tenía puesto un traje tipo sastre en donde la falda le apretaba sus bien hechas caderas y sus muslos torneados.  Yo desde hacía varios años solo me limitaba al sexo casero, es decir con mi esposa, y como suele suceder la frecuencia y calidad habían bajado notablemente. Como sucedia muchas veces en la empresa, cierto día viernes, antes del fin de semana, se trabajó horas extra en la unidad, había que dejar terminada una planificación, asi que nos quedamos cuatro personas trabajando, entre ellas estaba Zury, lo que hizo especial esa vez fue que nuestras miradas muchas veces se encontraron y luego nos sonreíamos con picardía. Al terminar ese día, me ofrecí  a llevarla en mi automovil a su casa, ella aceptó gustosamente, se veía emocionada por eso, el mismo sentimiento tenía yo también.  Asi que me estacioné afuera de la casa de una colonia que ella me indicó, apagué el motor y nos pusimos a platicar un rato, entre las cosas que dialogabamos ella me decía que me agradecía mucho el apoyo que yo le daba y que no hallaba como pagarmelo, yo le decía que no era nada que lo hacía con mucho gusto y que una sonrisa de su cara era mi mejor pago.  Antes de bajarse, la tomé de la mano y se la acaricié con mucho sentimiento, creo que eso fue el detonante, ella acercó su carita y nuestras bocas se encontraron con un rico beso, que luego fue de lenguita, estuvimos así unos 30 segundos.  Ella quiso retirarse, pero yo la tomé de la cabeza y le hice un movimiento negativo con mi cabeza, como diciéndole que aún no se retirara. Asi que seguimos besándonos apasionadamente unos cinco minutos.  Cómo mi vehículo es polarizado de los vidrios, no tenía pena de ser observado, poco a poco mi boca fue bajando por su cuello lamiendolo y huntándolo de mi saliva, mientras desabotonaba su camisa blanca, meti mi mano cuidadosamente  e hice a un lado su sujetador blanco, ante mi emergieron un par de senos lozanos en forma cónica, puros volcancitos, coronados por unos pezones erectos que en pocos segundos fueron deleitados por mi boca y lengua.  Le inicie a chuparlos lentamente, pero el fuego de la pasión rápidamente me embargó, asi que en un momento aceleré mis chupones sobre sus pezones, luego eran más agresivos y fuertes sobre todas sus tetitas,  Zury por su parte gemía aprobando lo que le hacía.  Pero, de pronto ella me separó y me dijo que no, que sus padres la estaban esperando y que podían dar cuenta, se arregló los botones de su camisa y me dijo que por qué no la visitaba al siguiente día por la noche, yo le hice una cara como de extrañeza, ella me dijo que sus padres saldrían mañana por la noche con sus amigos y que su hermano siempre salía también, asi que iba a estar solita por la noche.   Yo me emocioné solo de pensar encontrarme con Zury a solas en su casa, asi que le dije que estaba bien,  ella buscó algo de su bolsa de mano y me dio la llave de su casa, me dijo que era mejor asi para no tocar la puerta.  Asi que quedamos encontrarnos al otro día a eso de las 8:00 de la noche. Al otro día, las horas no pasaban, yo miraba a cada rato el reloj impaciente.  Le había dicho a mi esposa que iría a beber unas cervezas con unos amigos del colegio, asi que ya tenia mi excusa para salir de casa.  Llegué al frente de la casa de Zury, pero dejé el automovil un poco retirado para evitar cualquier problema.   Me enfilé hacia la puerta con la llave en la mano, estaba nervioso, abrí la puerta y poco a poco fui entrando como si fuera un ladrón,  había poca luz dentro de la casa, para mi era mejor,  la voz dulce de Zury me orientó, -estoy aquí arriba!- me gritó,  empecé a subir, recordando aquellos años de infancia en donde llegaba a escondidas a las casas de mis novias de turno. La puerta de una de las habitaciones estaba abierta y con luz encendida, allí estaba Zury descalza sobre la cama, tenía puesto un vestido muy corto de una pieza color amarillo, apenas nos vímos se me paró toda la verga,  me avalance sobre ella, tenía un deseo rezagado de tener una rica sesión de sexo y sobre todo de que estaba obsesionado por Zury, todos los días previos siempre la tenía siempre en la cabeza;  asi que nos abrazamos, ella hincada sobre la cama, nuestros labios se buscaron rápidamente y nos fuimos acomodando en la cama sin dejar de besarnos, el vestido era tan sencillo y escotado, que en pocos minutos le bajé los tirantes y  empecé a mamarle sus pequeños pero deliciosos senos,  les apretaba los pezones delicadamente con mis labios, erectándose al contacto con mi lengua, todo esto la hacía gemir de gusto. Mi mano jugaba con sus piernas y muslos acariciándola toda, fui colocándo mi mano entre su piernitas y  llegué a tocarle su rajita sobre su delgada y diminuta braguita.  Zury abrió sus piernas para darme más espacio y seguirle tocando su coñito sobre sus calzones.   No tardé en meter mi mano dentro de sus braguitas, sentí lo suave de su rajita casi depiladita, sus labios vaginales no tan expuestos, y abriendolos con las yemas de mis dedos rápidamente sentí la humedad de su intimidad, la chiquilla se estaba derritiendo por dentro.  Pero yo quería sentir esos líquidos agridulces en mi boca y no en mis dedos, asi que dejé sus tetas por un lado y bajé a su entrepierna, allí empece a lamer sus muslos duros y suaves a la vez,  recorrí sus labios vaginales aún cerrados de arriba hacia abajo varias veces, usando la punta de mi lengua,  ella estaba muy excitada por todo eso, asi que casi instantáneamente sujetó mi cabeza con sus manitas mientras emitía quejidos de ardor, mientras yo me comía literalmente su vagina. El olor de su coñito y el sabor de su humedad me volvia loco, le daba tremendas chupadas y lamidas a su rajita, que provocaba que ella se revolviera entre la sabanas de la cama;  luego, con los dedos delicadamente le abrí sus labios mayores y  lamí toda su concha abierta como si fuera un perro hambriento, metía mi lengua por doquier y me saboreaba las eyaculaciones frecuentes de esta hembrita.  Luego divisé su pequeño clitoris, era un pequeña volcancito arriba de su vagina, lo lamí con la punta de la lengua y al mismo tiempo  le inserté mi  dedo medio en su rajita, la nena era bien estrechita, no cabe duda que por el escaso uso todavía, la estuve masturbando un buen rato con ese dedo hasta que estalló en un sonoro orgasmo que la hizo retorcer sobre la cama. Me separe y mientras Zury se recuperaba de su climax, me paré en el piso para desvestirme tenía una super erección, tenía tiempo de no ver mi miembro en toda su magnitud,  ella al verme desnudo hizo lo mismo también.  Luego nos acostamos, yo primero me puse boca arriba y abrí las piernas, ella entendió el mensaje, se colocó entre mis piernas y con su lenguita se puso a lamerme el tronco de mi verga, luego la tomó en su mano y  engulló el glande para chuparlo, la sensación era exquisita, sentir los labios tersos de esta chiquilla alrededor de la cabeza de mi pija.   Cuando volvió a recorrer con su lengua mi tronco, le empujé la cabeza más hacia abajo para que llegara a mis huevos, entendió de nuevo el mensaje y comenzó a chuparme y lamerme los testiculos, sentí que estaba en el cielo, desde hace cuantos años mi mujer no me daba ese tratamiento tan delicioso, me lamió todas las bolsas una por una. No quería correrme en su cara mientras me mamaba, entonces, le dije que se montara sobre mi,  ella se levantó y  colocó sobre mi vientre, luego agarró mi verga y tomándola con las manos la guió hacia su rajita, mi glande fue abriendo las paredes de su estrecha grutita que  me apretaba todo el tronco, ella se la fue introduciendo lentamente, haciendo gestos de dolor y placer casi al mismo tiempo, Zury gemía más intensamente con cada centimetro de carne que le entraba en su coñito.  Finalmente  se pudo sentar y meter todo el largo de mi verga, inmediatamente después, comenzó a cabalgarme con suavidad, sin embargo a los pocos minutos, yo la tomé por las nalgas y le impuse un ritmo mucho más rápido, mi verga entraba y salía de su rajita arrancándole gemidos y quejidos a esta exquisita chiquilla. Un rato más tarde dejé de moverme, ya que Zury tomó ahora el mando de la cabalgada, se movía como una endemoniada sobre mi pija dura, gritaba y gemía diciendo –que rico, que rico!-  -ayy papi que rico!!-, parecía que quería exprimirme toda la verga.  Un quejido grotesco interrumpió la follada, era Zury teniendo un brutal orgasmo, cayó sobre mi pecho siempre ensartada en su coñito, yo la tomé de sus nalgas y seguí el ritmo, lo hice porque ya estaba cerca de correrme, cuando sentí que ya estaba por chorrearme, emití un gemido y se la saqué de la vagina y mis chorros embarraron sus sabanas y su trasero. Luego de besitos posteriores a nuestras venidas, ella se puso su vestido sin bragas y yo solo mis boxers, me invitó a bajar a la sala y tomarnos un refresco, estabamos sudados y sedientos. Después nos sentamos en el sillón de la sala y comenzamos a platicar cosas de ambos,  me dijo que yo le atraía mucho, que siempre había querido un romance con una persona mayor, ya que según ella son más experimentados en cosas íntimas.  Yo agradecí los comentarios, pero le indiqué que tenía compromisos, era casado y con un niño.  Zury viendome a los ojos me dijo que no le importaba, que no pediría más de lo que yo podía darle.   Luego de esto nos volvimos a besar allí sobre el sofá,  la puse a ella sentada sobre mis piernas dándome la espalda, eso me daba la oportunidad de tocarle sus senos y besarla en esta posición tan erótica. Nuevamente nos volvímos a acariciar, yo volví a tocarle su rajita aún mojada de la reciente batalla en la cama,  le acaricié su clitoris delicadamente tratando de ponerla de nuevo caliente.  No pasó gran rato para que ambos estuvieramos de nuevo excitados, la fui acomodándo de modo de que se sentara sobre mi verga, siempre de espaldas a mí, mi falo se fue deslizando entre su cuerpo hasta perderse en el fondo de su vagina.  Sus jugos vaginales facilitaron la inserción total.  Ella gimió cuando la tuvo toda adentro, luego nos empezamos a mover en un ritmo suave y delicioso, donde importaba más las caricias y los besos,  nuestras lenguas se volvieron a unir freneticamente, mientras yo le podía acariciar sus senos y el clitoris de su coñito mientras se la hundía. Fácilmente estuvimos en ese ritmo suave una media hora, cogiendo y gimiendo rico, hasta que nuevamente ella anunció su venida, luego de unos minutos yo también me vine sacando mi verga de su gruta,  luego descansamos un rato siempre pláticando de cosas triviales, luego nos vestimos en su habitación, nos dimos algunos besos largos de despedida y salí de su casa. En la oficina eramos solo compañeros de trabajo (bueno, alguno que otro beso rápido), pero me volví en un asaltante de su casa por la noche, ella me avisaba cuando sus padres salían y yo penetraba en su habitación y en su rajita, y varias veces con su hermano en otra habitación, pero como él solía oir música a alto volumen, no se escuchaban los gemidos de placer de su hermanita. Los dos meses de las vacaciones de Mayté pasaron demasiado rápidas, pero pude incidir en que le dieran contrato por otros seis meses, asi que aún la tengo conmigo por ahora.  No puedo imaginarmela en otro lado que no sea conmigo. Estoy obsesionado!. Espero escribir la segunda parte de la trama, de algo que sucedió en su casa una de esas noches.   FOTOS

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