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Solo me faltaba Esto

Solo me faltaba esto!! Exclame con bronca al no poder abrir la puerta de nuestro departamento. El día había sido trajinado en la oficina, perdí tiempo en el supermercado, ya era hora de estar en mi hogar, para reponer fuerzas, cocinar y esperar a mi marido.  ¡ Algo se ha trabado aquí….. y no puedo, no puedo….! - ¿Algo pasó a usté? – retumbó la sonora voz de un moreno que era nuevo vecino en nuestro piso. Único vecino.- …. Es que no puedo…. Dije…- Mientras volvía a retorcer la llave trabada. Allí en cuclillas trate de recomponerme porque en el afán de solucionar mi problema, había dejado mis cosas en el piso, y eso no era grave, tenia la ropa desalineada, principalmente, la blusa de la cual se me habían volado unos cuantos botones y dejaba ver mis pechos muy fácilmente.-       Yo abro usted – volvió a ofrecerse el fornido muchacho. Ese muchacho, del cual cuando se mudó, le permitió a mi esposo bromear de que ahora tendría cerca uno de esos buenos sementales, como para intentar jugar con alguien extra en nuestra cama. Porque cualquiera se daba cuenta de que era uno de esos bestias inmensos de esos que aparecen en las películas con blancas desenfrenadas y mi esposo nunca había perdido esa costumbre de buscar variantes para provocarme.

No pensé en eso en ese momento, solo en solucionar mi problema. Acepte su ofrecimiento, y corrí mi ser junto a la pared. El tomo mi lugar, pero solo al arrimarse me turbo, por su mirada puesta en mis escotes indecentes y en su presencia tan varonil y ruda como agradable. En un clic, clic, clic abrió la puerta de par en par, se paro ya con mi cartera en la mano y haciendo una gran reverencia me ofreció pasar a mi propia casa. Entre satisfecha de la ayuda, pero nuevamente me percate que el muchacho me relojes de adelante y de atrás sin ningún indicio de recato.   Quizás ellos tengan esa costumbre, opino mi esposo luego que se lo contara. Era de Malasia, casado pero aun no venia su mujer y se dedicarían a oficios “manuales” de los cuales eran especialistas estudiosos. Ah… dije, como entendida aunque no sabía a que se dedicaban. El miro atentamente nuestro living, aprecio cuadros y esculturas y luego de terminar el refrigerio que le serví, se fue saludando cortésmente. Timo fue muy educado.  Mi esposo me dijo, que en realidad tendría yo que haberlo invitado a cenar, pero a mi no me pareció necesario. Yo no trabajo los sábados, mi esposo Edu, si.  Edu, me llamo cerca del medio día, y me dijo que se había encontrado con Timmo,casualmente, le había agradecido el gesto de días antes y que estaba invitado al medio día. Ah, yo no me voy a poner a cocinar ahora!!!, y no lo hice, pedí un menú livianito y empanadas, que con buen vino, podríamos agasajar al malayo Timmo. No soy una boluda, y no me fue difícil intuir que Edu estaba tramando un intento de lo que sabia muy bien, yo no participaría. Porque si bien dije, no soy boluda tampoco soy una de esas que se dejaría manosear por cualquiera.

Y así fue, que Timmo vino como a las dos de la tarde,  ya Edu, se había comido algunas entraditas y estaba por su segunda copa de vino Shiraz. Así que Edu y Timmo departieron un largo y entretenido dialogo, donde pude enterarme de que eran estilistas de físiculturismo, que practicaban relax y esas cosas de spa y otras yerbas. Todo mezclado con chistes sobre mujeres, y casas subiditas de tono.  Y de pronto la conversación eran los físicos de las mujeres y cayeron justo en el mío, poniéndose a describirme uno y a imaginarse el otro. El calorcito era intenso, las empanadas riquísimas, y el vino estaba haciendo de las suyas ya que yo estaba alegre festejando las ocurrencias de ambos, y mas aun cuando se trataba de mi integridad física. Y la cosa se fue poniendo …. Espesa….. - y tiene un físico como para el placer- dijo edu- y sin duda si se la motiva debe encender candiles de fuego- dijo el otro.- le regalarías una sección de esas que describes tu? Ahora Timmo?- sin dudas les demostraría cuan diferente es todo con motivación adecuada- dijo calmo.-no se….. dije ….pero muy dubitativamente.¡Vamos Marcela, ve a recostarte que quiero ver lo que hace este amigo!No se bien, si Edu estaba excitado o tomado, pero lo estaba diciendo con seguridad.Y yo….. que tenia ya a esa altura, cierto morbo, por saber que era lo que hacia realmente ese muchacho, que sabia que mi marido estaba desde hace tiempo entusiasmado por saber si el sentiría lo mismo que dicen sentir otros hombres cuando le tocan a su mujer, - porque otra cosa se, que no pasaría – aunque en mis fueron íntimos, cuando veía las porno que Edu traía, yo sentía envidia de esas mujeres con varios hombres…. Y me calentaba. Saque la fina colcha de la cama de huéspedes y me extendí sobre la cama, pero no tarde en darme cuenta de que debía haber dejado una sabana arriba suelta, y verán porque. Timmo comenzó su tarea relajante, y mi esposo ocupo el silloncito del rincón. Pronto me dio un masajito los pies desnudos. Me pido abriera la blusa la que quito estando yo tendida de espaldas a el.  Eso preservaría mi delantera. Mis senos son algo exuberantes para mi cuerpo delgado, y sobresalen fácilmente. Así fui lentamente recorrida en toda mi espalda por pequeños toques, golpecitos y apretones de las manos del malayo. Desabrocho el cierre de mi pollera y bajo esta dejándome tan solo con una bikini fucsia que además de pequeña es transparente. Tuve sensaciones picantes y un cosquilleo intenso en mi estomago, cuando Timmo, paso las manos sobre mis nalgas y hasta cacheteo los glúteos.

El malayo parecía tener varias manos, porque lo sentía al mismo tiempo sobre mis piernas, caderas y espalda. Se fue tornando delicadamente delicioso.
Así fue frotando una vez y otra vez, desde mis pies hasta el cuello, pero en cada viaje descubría partes inexploradas por sus agradables dedos. Cada vez, iban mas profundo sobre la cama, masajeando ya mi barriguita, y algo mas que mi costado, pues tomaba gran parte de mis lolas en sus pases y pases. También fue lentamente separando mis piernas, y ya no solo era mi cola, sino que su mano pasaba por entre mis piernas  y seducía mi vientre. Mis ojos se cerraron, dejándome llevar por aquello que dejo de preocuparme ya que era machismo mas fuerte el placer que sentía en lo mas profundo de mis sentidos. Yo no sabría decir que fue primero, pero si que estaba como sumida en un paraíso cuando me percate que ya sus manos circulaban por debajo de mi bikini y sus dedos habían abierto los labios de mi vagina, incordiando a mi clítoris de tal modo que se estaba poniendo durísimo. También sus manos en la subida, pasaban por debajo de mi cuerpo, sometiendo a mis senos a un riguroso tanteo, que siempre terminaba en la punta de los pezones. Ni hablar que yo ya estaba respirando entre gemido y gemido. Cuando llevo una de mis piernas hacia delante, juntando la rodilla con mi brazo, tenia sin dudas un panorama total de mi sexo, que por la acción referida se había levantado levemente. Timmo, me masturbaba ya con constancia, y metía algunos de sus dedos en mi vagina. Yo estaba en el limbo de los deseos, recontraentregada a sus hazañas. Con una sola mano, hurgaba en mi trasero y en la conchita a la vez. Pronto sus palmaditas eran en mi colita, en mi espalda, vientre o directamente sobre mi expuesto clítoris que ahora ardía de frenesí. Tenia yo ya espasmos que pronosticaban una violenta explosión, y me aferre a los barrotes de la cama de huéspedes, abrí bien los ojos y vi a mi Edu extasiado filmando la escena. Hijo de puta! Le dije, sos un reverendo hijo de puta, amorcito mío…. Y cerré los ojos ante el avance de la lava mas ardiente que pueda orgazmar una mujer poseída por la recontramilcalentura inimaginable.

Timmo me saco con sus manos mares de jugos calientes que fluyeron desde lo mas profundo de mi calentura. Nunca había gozado de esa manera y nunca lo había hecho tanto.  Así se lo hice saber a Edu, cuando Timmo se fue. Allí ahora tapada, dormí una larguisima siesta de sábado a la tarde. Me despertó Edu, con un refrigerio y diciéndome que la ducha estaba lista. Tuve una hora bajo el agua reparadora, y salí espléndida del baño. Espléndida en cuanto a como me sentía, y espléndida envuelta en un gran toallon rosa. Suponiendo que Edu, estaría esperándome en nuestro dormitorio, fui hacia nuestra alcoba. Entre, y fue enorme mi sorpresa ya que Edu estaba recostado sobre un costado de la cama, totalmente desnudo, y en el otro extremo también totalmente desnudo estaba Timmo.-       Ven Marcela, que ahora si compartiremos la fiesta.--       Que locos, dije….. porque no sabia que podía decir.Me subí a la cama desde la parte trasera, y ya ellos tomaron posición.  Mientras me ayudaban a quitar el toallon, Edu acaricio mis piernas y beso mis nalgas, para lamer mis piernas, entrepiernas e ir por su vicio….. lengüetearme la conchita. Yo quede frente a Timmo, y sin dudas este sabia que era lo que vendría, porque levanto su morcilluda poronga para primero golpearla en mis tetas y luego entregarla a mis manos que la sobaron antes de que mi boca comenzara a recorrerle todo su firmamento. Tenia ante mi la polla mas grande que había visto en mi vida, gruesa larga, dura y respingada ya hacia arriba con solo un par de besitos recibidos. Pensando que seria imposible que aquello tan grande entrara en mi coño, me lo comencé a mamar como puta, mi esposo no me veía, porque estaba metido debajo de mi coño. No sabía yo que dos cámaras nos estaban filmando. Así estuvimos un rato encantador. Para cuando me giraron, yo contuve el aliento, y me tranquilice cuando note que Timmo tomaba mis caderas para besar mis partes…. Y me gusto mucho.

Me dedique a mamar a mi Edu, al que viendo que tenia la polla durisima, le pedi que me la metiera, porque no queria probar algo del malayo ya que era demoledor. Asi fue que otra vez girada, pero ya muy caliente, senti como mi esposo me ensarto con sus ganas y las mías, ya que era la primera polla que recibía ese caliente sábado. Timmo franeleo con su pijota en mis tetas, me la dio a chupar y lo masturbe pensando en acabarlo, pero lo que logre es que se le pusiera enorme y durísima. Mi esposo me la saco, aun cuando yo lo estaba disfrutando, y giro hacia el otro lado de la cama. Timmo se cruzo con el, y yo allí, empantanada, supe prever lo que se venia. Timmo intentaría meterme aquel follón inmenso….. y ya el enorme capullo de su pija, rozaba mi conchita recién abierta por mi esposo.  Cariñosamente Timmo, acaricio mi espalda, mi cintura, mi caderas y me hamacó hacia delante y atrás, como para jugar así, con la punta de su pollon….. mas, fue abrumadora la falta de criterio que una tiene cuando esta tan caliente, porque me fui apoyando cada vez mas fuerte en su pijota para hacerla entrar en mi cueva. Evidentemente que pese al miedo, al dolor que podría venir, yo la quería adentro. Así, me metí hasta donde me dio el placer aquello tan duro y enorme…… nunca pensé, pero la tenia adentro y quería que nunca terminara ese momento de placer. Y lo grite a los cuatro vientos. Lo dije una y otra vez, les pedí que no me la sacaran que me quería morir con aquello adentro gozando y gozando. Es notable como una puede pasar de ser una señora recatada a una hembra degenerada y putona, porque acabe como si fuera una yegua, lo hice varias veces y seguí pidiendo mas. Era evidente que aquello de la tarde había influido en ponerme mas loca sexualmente. No bien, Timmo me la saco, le pedí a mi marido tomara su lugar, y así, mojándole la pija a Edu, le indique que me abriera el trasero. Lo hizo con una facilidad pocas veces lograda. Eso era lo que yo esperaba, porque me gustaba coger por el culito. Así que me monte a Timmo, y mi Edu me la volvió a dar por detrás. Fueron otra vez como las de la tarde unas acabadas enormes, que nunca había tenido en mi vida. No hubiera querido que esa noche terminara, pero el cansancio termino por llamarme a la realidad. Estábamos ya otra vez en el living, después de haber terminado las empanadas y tomado unas copitas de vino.  Con una pierna sobre el sillón y la otra extendida al aire, me hacia follar por Timmo suavemente, dejando entrar y salir aquel vergon inmenso, que tenia la virtud de derretir mis mieles haciéndome correr a cada rato….. aunque al final ya no me quedaban gotitas. Fue la primera vez también, que tuve que decir, basta, basta por hoy. Me habían calentado y recogido como nunca. Nunca pude olvidar ese sábado. Porque fue el primer regalo que me hizo mi marido a nuestra sexualidad formal, que paso a ser desde entonces sexualidad feliz…
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walter on

Sin palabras. A forticar, fornicar, que el mundo se va a acabar...

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