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Dos Lesbianas Tetonas

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-¡Mierda, mierda, mierda!El jarro de cristal que contenía dos rosas vuela por la habitación y se estrella contra la pared, haciéndose añicos.El agua se derrama por la alfombra y salpica la cama.Las dos rosas caen a cámara lenta mientra pierden poco a poco los pétalos.
-¡Pero Trini, siempre me haces lo mismo!Sabes que odio que rompas cosas, sobre todo de cristal, porque después los cristales se quedan en la alfombra y no se puede ir descalza...
-¿Qué quieres?¿Que tire algo de plástico porque no se rompe?lo tiro justamente para eso, para que se rompa.El ruido me calma.
-Bueno, es igual.Odio que rompas cosas y odio tus escenas de celos.Ves cosas donde no las hay.
-¡Ja!hazme cosquillas que me río.La tipa entró al probador y se sacó el sujetador para probarse la blusa, no?
-Sí.
-Y tú le rozabas las tetas como quien no quiere la cosa .Por cierto, las mías están mejor y son más grandes.
-Ya lo sé.Pero yo no le tocaba nada.Sólo le estaba poniendo alfileres donde tenía que ajustar.
-¿Ajustar?pero si le iba tirante...si por poco no le entra.¡Qué morro tienes!Tu lo que querías era enrollarte con ella, que ví muy bien cómo te miraba.
-Que no, tonta, que no...Yo sólo te quiero a tí.Ven, ven a la cama, que te lo demostraré...
-No quiero.
-Ven, que quiero que me muestres esas tetorras enormes que tienes y que me ponen en órbita...ven, no seas pava...
-Pava tú, responde Trini poniendo morritos.Pero ya se está ablandando, y caminando con cuidado para no pisar los cristales rotos, se acerca a la cama donde Luna la espera.
-A ver,¡muéstrame esos meloncitos!, le dice
Trini pone morritos, pero se coge las dos enormes mamas con las manos y se las muestra a Luna, que la imita.
-Mira las mías...son casi tan grandes como las tuyas...deja que te quite el vestido.Quiero vértelas...¡Dios, qué grandes son y qué buenas están!Su lengua lame los enormes pezones que se endurecen.
-Quítate también tú la ropa.Yo también quiero lamerte toda...
-Ya está. Estoy desnuda...Cógete las tetas para que se junten y tócate el coño.
Poniéndose a su espalda Luna coloca sus grandes pectorales sobre los hombros de Trini, y los menea acariciándole con ellos el cuello.
-Me gusta tanto sentir tus tetas sobre mi cuerpo...casi tanto como que me chupes las mías, dice Trini, frotando con un dedo de larga y pulida uña el coño depilado.Tócate tú también mientras me pasas las tetas por el cuerpo...Ohhh, ¡que bueno!Acuéstate a mi lado y lámeme el coño.Yo te lo lameré a tí.¿Q uieres?
-Claro.
Escarba con la lengua en la raja rosada, mientras Trini le lame la hendidura mojada.
-Ohhh, lame más fuerte, más rápido, ohh, sí lámeme, asíiii....
-Sigue, sigue en mi coño...Ohhh¡que lengua mas viciosa tienes!, Trini, me vas a hacer correr de gusto..ohhhh, me corro, me corro..
-Yo también,cómeme, cómeme....asíii, ohhh, asii...
Se corren juntas con la boca apretada sobre el sexo chorreante.
-Úntame con aceite, le pide Luna a Trini con gesto suplicante.Sabes que me gusta mucho....Lo tengo en la mesilla de noche.Ahí, ahí arriba...úntame toda, asi, ohhh, cómo siento tus manos cuando me lo untas...Te pondré un poco a tí, quieres?
-Sí..sí que quiero.Ohhh, qué bueno...ponme aceite en el culo, y frota el agujero..asíi.Te pondré un poco a tí.
Abre el culo de Trini y le echa un chorro generoso de aceite.Su dedo, lubricado se desliza dentro del esfínter.Otro se hunde en la raja.
Trini le rsponde de la misma manera.Sus dedos horadan los agujeros de Luna una y otra vez, hasta que ambas se corren en un revoltijo de tetas, culos y piernas brillantes de aceite.
-No hay nada en el mundo que me guste más que follar contigo...
-Ni a mí.Pero júrame que no me harás poner celosa nunca más.
-Te lo prometo.Ya no quedan más jarrones de cristal para que rompas...


silvia FOTOS

Dos Chicas Uruguayas

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 La Colo
Llovía, así, parejo, liviano, pero eso a ella no le iba a importar... se iba de la cuidad, de esta ciudad que ya no la contenía. Se va y no sabe si es para siempre... quizás se vaya del país pero por ahora se va a la capital.
En la estación de ómnibus, con dos maletas y un bolso. Nadie está en su despedida. Una amiga la esperaba en Montevideo, ayer la llamó y sabe que fue una sorpresa.. - Estaba esperando que tomes esta decisión.
El viaje, la lluvia y todo lo que dejó en aquella ciudad. Al llegar, me tomé un taxi y busqué la dirección de mi amiga en mi agenda. la cuidad transcurría, mojada, brillante, paraguas y pilotos luchaban en las veredas.
Bajé era un departamento de tres pisos y el de Elena era el tercero. Toque el timbre y encontré su voz que fue lo primero amigable que me había pasado en varias semana...
- Creí que ya no venías... Una lágrima, corrió por mi mejilla, ella me abrazó y yo me sentí mejor, me sentí protegida... me sentí niña.
- Bueno, entrá ¿O vas a quedarte en el pasillo?
Estaba tan agradecida por haberme recibido, que dejé las maletas en medio de la sala y volví a abrazarla... Ella se estremeció y mi emoción hizo de ese momento un instante fuerte...
- Si me seguís apretando me vas a exprimir...
- Es que no sabés la falta que me hacías...
- Acomodate y después charlamos...
Me mostró lo que sería mi cuarto y me ayudo con mis pertenencias... yo me quería sacar esa ropa húmeda, arrugada y ponerme otra, otra que no fuera mía. quería cambiar y nada de lo que traía me lo hubiera permitido... Una vez desnuda... me envolví en una toalla, olí mi bombacha y estaba sucia... me sentía sucia...
Abrí apenas la puerta y la busque con los ojos ella estaba en un sillón con unos papeles en la mano que leía atentamente. - ¿Me podría dar un baño? Me siento asquerosa...
- Si como no... ¿me vas a pedir permiso para todo?
Salí y fui hasta el baño... era de esos antiguos, la bañera tenía patas y creo que podías nadar dentro de ella... el agua estaba caliente y en un estante encontré sales y varios shampos y cremas y otros productos de belleza que tendría que aprender a usar. Eso me decidió a no darme una ducha y llenar la bañera... eso llevaría su tiempo, así que aproveche para salir y charlar un poco con Clara... mi estado de animo había cambiado.
- Tu casa es hermosa...Yo me la imaginaba linda, pero supero mis expectativas.
- Sole, la que está hermosa sos vos... ahora que te relajaste te puedo ver y ya tu cara tomo color... estabas blanca...
- Es que tenemos que hablar de muchas cosas... ¿Tenés algo que hacer, hoy?
- Cómo voy a hacer planes si vos venís a visitarme...
- Que bueno! así que nos vamos a quedar hasta tarde hablando como antes...
Me acerqué a ella y tuve ganas de volver a abrazarla, ella estiró sus brazos como hacen los bebés a sus madres y quedamos un tiempo así... se sentía muy a gusto estar así... el olor de su piel me embriagaba. Ella me dijo...
- tenía tantas ganas de verte... sus palabra sonaron a bálsamo y su aliento en mi cuello me conmovió.
- Tenés la piel erizada, ¿tenés frío?
- No es que... ¡El agua se va a desbordar! Corrí hasta el baño y miré pero todavía tenía tiempo para charlar unos minutos más.
- Cuantas cosas tenés en el estante ¿vos sabés para que sirven o te las regalaron?
- Un poco y un poco... ya que llenaste la bañera podes echarle sales ¿sabés usarlas?
- No
- Bueno yo te ayudo. Se levanto de su sillón y pude verla, y sentí que la veía por primera vez... siempre me gustó su forma de caminar... y fue en ese momento que me asuste. Casi la estaba mirando como se mira a un hombre. Me puse incomoda.
- Haces así y con esta cantidad la vas repartiendo por todos lados... dejas que se disuelvan y vas a ver como te relajas...
- Eso es lo que necesito... relajarme un poco.
Apagó la canilla y se quedó esperando algo. Yo esperaba que saliera y me dejara dar el baño pero ella no atinaba a nada. No tuve más remedio que dejar la toalla en la baranda entrar al agua... Ella acompañaba cada movimiento mío con su mirada y la mía se sumergía en el blanco del fondo de la bañera.
- ¿Y?
- Esta un poco caliente... yo estaba parada ahí, desnuda sin poder acostarme y dejar mi cuerpo oculto de su mirar...
- Metete, que te perdés lo mejor...
- No estoy acostumbrada a los baños de inmersión...
Ella se sentó en el inodoro, mientras yo me ocultaba entre el agua y el borde de la bañera.
- ¿Qué vas a hacer aquí?
- No sé, la idea es escaparme de Rocha, salir de casa, olvidarme de todo lo que hay allí.
- Bueno, está bien, ya escapaste de Rocha, pero ¿qué querés hacer en esta ciudad? ¿vas a estudiar? ¿Vas a buscar trabajo? ¿Te vas a hacer puta? ¿Que carajo va a hacer?
- Son demasiadas preguntas para este momento... necesito algo de alcohol para poder pensar un poco... Clara se levantó y abandonó el cuarto de baño, sin decir nada. Pensé que ahora podría relajarme... busqué el jabón y empecé a enjabonarme... Me sumergí en el agua y quede un instante sin reparar.
Cuando salí la veo a Clara con dos copas en una mano y en la otra una botella muy fina de vino tinto. Parecía una de esas películas donde la protagonista estaba en el baño, con mucha espuma y la copa de vino al borde de la bañera... solo faltaba el teléfono.
- ¿Porque brindamos?
- Por nosotras...
Nuestras copas chocaron y bebimos un trago. Ella volvió a sentarse en el inodoro, se sacó el buzo que llevaba puesto y quedó con una remerita blanca, muy ajustada, que dejaba ver sus bien formadas tetas... Comenzamos a charlar, yo estaba mucho mas animada y relajada.
Hablamos de la familia, de sus estudios, de la vida en la ciudad... El agua se estaba enfriando y debería salir y volver a estar desnuda frente a Clara.
- Me pasas la toalla.
Ella dejó la copa en el piso y me la acercó... el agua se iba por la rejilla y me tuve que parar... La verdad es que ella no había hecho nada para que yo piense mal... y volví a pensar que las ideas eran mías, ya que no estaba acostumbrada a estar con otra mujer desnuda., así que actué mas naturalmente. Me empecé a secar... Clara me acercó otra para que me sequé el pelo y lo empezó a frotar por la cabeza. Luego siguió secándome los hombros, jugueteó en mis os y mi cuello. Me puse inquieta... Me ajusté al pecho la toalla grande e hice un gesto como para apoderarme de la otra, Al levantar mi mano ella sacó la cabeza y yo seguí secándome el pelo con fuerza... y fue así que se me cayó la otra... quede totalmente desnuda y rápidamente Clara fue a levantarla y me la ajustó a la cintura dejando mis pechos al descubierto...
- Deberías depilarte, de vez en cuando...
Miré mis axilas y pensé que estaba un poco dejada... desde que termino la temporada veraniega ya no había puesto atención a mi cuerpo y a mi presencia... - Es que cuando me pongo mal me dejo estar un poco...
- Pero ahora las cosas cambiaron, Así que ponete linda que hoy empezás una vida nueva.
- Ojalá
- Dale tonta, te vas a depilar, después te arreglo el pelo, un poco de crema para tu cara y vas a ver como quedás...
- Bueno. dije yo entusiasmada con la propuesta...
Cuando éramos adolescentes hacíamos largas sesiones de arreglos. Nos vestíamos, nos pintábamos, nos teñíamos y nos quedábamos horas frente al espejo. Nos reíamos como locas... Así que era como un volver a esos años.
Clara llegó con las manos llenas de frascos y frasquitos y otras cosas que no puedo identificar. ..
- Empecemos por la depilación... pero mejor vayamos a la cocina.
Una vez allí me levantó el brazo y miró mi axila...
- ¿Siempre te depilas con maquinita? ¿Querés probar con esta cera? Es bárbara, casi no duele.
- Nunca me depile con cera...
- Yo te enseño.
Mientras hacía los preparativos de calentamiento de la cera... yo me senté en una silla con los pies apoyados en otra, Clara estaba parada al costado.
- ¿Un poco más de vino?.
- Si y ya que vas para allá trame los cigarrillos...
Ella salió de la cocina y yo aproveche para subirme la toalla para taparme las tetas, ya que era lo único que me ponía incómoda... Clara me hacía sentir como si yo fuera una reina, tanto temor tenía de llegar a su casa, así de sopetón, sin darle posibilidades de decirme, no... pero ahora que estoy aquí, siento que fue una decisión acertada. Clara dejó todo sobre la mesa, sirvió el vino y me alcanzó un cenicero.
- La cera ya está, ahora con esto tenés que pasártelo por el lugar a depilar y esperar unos segundos a que se enfríe... ¿Lo haces vos?
- ¿Yo? Me dijiste que me ibas a enseñar. dije yo con vos decepcionada.
- Bueno, no te pongas así... Nos reímos y ella continuo diciendo, mientras tomaba la espátula y se disponía a empezar la tarea.
- Es la primera vez que depilo a otra persona... pero... Ella estaba muy concentrada y sacaba la lengua igual que lo hacía cuando me pintaba antes de una salida. Levanté mi brazo, dejando toda la pelambre a la vista. Pasó el dorso de su mano por mi axila y me dio un escalofrío...
- Bueno, no tengas miedo. Mirá como te pusiste.
No contesté y ella prosiguió con la tarea... untó la parte a depilar... estaba muy caliente la cera y yo me quejé.
- Querés que la enfrié un poco...asentí. Ella volvió acariciar mis pelos de la axila, como lo haría una madre frente a una herida de su hija. En unos minutos repitió la mecánica y untó la cera en mis dos axilas... luego la retiró y sufrí bastante... ella me pidió disculpas y me pasó una crema, líquida que me alivió al instante... me hizo algunas caricias en la zona y yo sentí placer...
Me acomodé en la silla, y ello hizo que la toalla resbalara dejándome toda desnuda... como yo tenía los brazos levantados no pude cubrirme... los bellos púbicos eran una selva y Clara lo notó.
- Ahora entiendo todo... No podés vivir con esa jungla... tomó una maquinita y me pidió que me acomodé... subí una pierna a la mesa y ella se puso entre ellas... Y como si fuera lo más común del mundo me froto la pelambre y me estremecí.
- ¿Como la querés? ¿Normal, cavada o lampiña?
- ¿Estás loca? Como me vas a pelar...
En ese momento se paró y se bajó el short y la bombacha y me mostró su pubis liso y virginal, totalmente pelado.
- Ni un pendejo... Al principio te da impresión pero después te acostumbras y es genial... Da un poco de trabajo mantenerlo pero es lo mejor... además te da un toque de adolescente… de virgen.
Pronto recordé que ella siempre hacía lo mismo... me acuerdo cuando, se tiño algunos mechones de pelo de verde, cuando se pintaba las uñas de negro, siempre innovando, siempre a la delantera de mis ideas... Yo la imitaba en las locuras y nos divertíamos dejando con la boca abierta a los imbéciles, que nos trataban como a locas.
Como si estuviera leyendo mi mente se puso manos a la obra sin esperar mi contestación.. Yo sentía la excitación de la aventura y la que me producía la situación... ella depilándome, tocándome y podía sentir su respiración en mi piel. Estaba caliente. Los líquidos vaginales empezaron a brotar y tuve miedo de que mi íntimo perfume se haga manifiesto y le diera asco. Hasta se podía enojar y decirme que yo era una calentona.
Sus dedos paseaban por mi pubis, estiraba la piel, sacaba los pelos que iban cayendo y mis ojos se cerraron y no podía más. Ella se mordía los labios, concentradísima. Yo no sabía ya lo que quería... estaba a mil... me moría por tocarme... o que ella se anime a hacerlo... de hecho lo estaba haciendo... pero no como yo lo necesitaba... o si... la cabeza me daba vuelta... Suspiré... Puse mi mano sobre su hombro y ella levantó la vista
- ¿Qué pasa? ¿Te estoy haciendo mal? Ya termino...
Me miré por primera vez y mi pubis era una superficie blanca y limpia, como cuando era niña. Ella dio dos o tres pasadas más y dijo
- Ya está. Me miraba la concha, como si estuviera mirando un cuadro que acabara de pintar... Tome su mano y juntas las pasé por mi depilada zona...
Ella sonrió y yo volví a suspirar... Pero no me animé...
Se hizo un espacio de quietud y asombro, de vergüenza y pudicia. Todo en mi cuerpo se dio vuelta y me perdí en el tinto color del vino... No hubieron palabras, ni miradas ni consuelos... el calor y la intimidad fue sólo un momento. Sentí el sudor correr en su piel y la electricidad que pierde potencia. No hubieron disculpas ni penas ni olvidos... Fue la armonía que vino a separar la caída.
Me acobardé o fue quizás el temor a mi misma. Me acobardé o fue quizás la sintonía de verla caer...
No era amor... no era espanto... solo el terror a la hora de la siesta...
Mi estomago estaba vacío y el vino hacía estragos con mi sombra...
No fueron más de cinco segundos... no fueron más que sentir el deseo... no fueron más que mi mano en la suya y el calor de mi piel, sin vellos y dije gracias... No escuché su contestación que de haber existido hubiera sido tan suave como una brisa.
Después días después lo pudimos hablar y ni ella ni yo supimos que había pasado, pero que pasó Sólo recuerdo que la conciencia de las dos rememora una canción de Caetano Veloso, unos bocados de pan y queso y la tarde que se marchaba lenta. No pasó nada, ninguna de las dos supo cual era el paso de la frontera. Ninguna de las dos se atrevió a darlo y sacar un pasaporte a la otra vereda.
Pero la noche que se hizo para amar, terminó con la tregua, y las palabras volvieron a surgir y el ambiente tensó la amabilidad que se había generado.
Ella estaba igual, no se había cambiado, su olor ahora era reconocible en toda la casa por donde se movía sin hacer ruidos... flotaba como una mariposa y dejaba el polen como surcos al andar...
Yo me había puesto una bombacha vieja y una camisa que hacia las veces de camisón... No me acostumbraba a mi nueva condición de imberbe y debo confesar que me picaba... Clara me indicaba que ya me iba acostumbrar y reconocería que su consejo le daría muchas satisfacciones... Sin querer había entrado el sexo entre nuestra conversación y nos pusimos a conocer nuestras vidas amorosas después de tres años de ausencia...
Podríamos haber dicho "A mí me pasó lo mismo". y basta... ya que nuestras historias amorosas y sexuales habían transcurrido de forma paralelas e iguales.
Parejas pasajeras, desparejas, engaños e insatisfacciones varias... Amores no correspondidos, mentiras mutuas y orgasmos solitarios auto proporcionados...
Pedimos una pizza por teléfono y Clara abrió otra botella de vino.
La lluvia a fuera era ahora un vendaval, pero a nosotras no nos importó, ya que estabamos como queríamos: Pizza, vino, música y con charla para una semana. Pero... no todo iba a terminar así... Un rayo cruzó la noche y en un segundo se escuchó el quiebre del universo, la luz parpadeó y se cortó.
Las dos dimos un grito como locas y luego nos reímos de la situación. Clara buscó unas velas y frente a una mesa baja, continuamos con la tarea... No sé si fueron las velas, la lluvia, la noche, el vino, Montevideo, la depilación o todas las variantes juntas pero todo se puso tenue. Las dos buscamos el cuchillo para cortar otra porción... y nuestras manos generaron al chocar un shock eléctrico. Otra risa nerviosa... en sus ojos bailaba la llama azul de la vela y una mueca graciosa de su boca, iluminaba la mesa, el cuarto y la noche.
Nuestras manos seguían juntas y ya ninguna de las dos querían mas pizza. Yo me acomodé más cerca suyo y su cuello se estiró hacia mi, juntando nuestras bocas en un beso suave, seco, tibio, simple, corto. Este trajo otros y su manos subió por mi cuello hasta la oreja y jugó con ella. Mi lengua salió de mi boca buscando la suya. Nos recostamos en la alfombra y nos fuimos reconociendo como ciegas... mi boca en su boca y mis manos y las suyas en mi cuerpo y en el suyo...
Sin palabras, con ternura nos fuimos descubriendo. Y fuimos descubriendo un mundo nuevo...
lacolo42@hotmail.com FOTOS

Al fin nos encontramos las Tres

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 Desde que comencé a salir con mi odontóloga Martica no dejaba de escribirle y chatear con mi linda amiguita Mariana; ella había escrito un relato de las dos luego de nuestro encuentro en el aeropuerto de Nueva York, Martha y Mariana se escribían y chateaban también desde hacía algún tiempo pero no se conocían, yo las había presentado; cuando nos reuníamos con Martita a nuestras calientes sesiones de sexo hablábamos a cerca de lo rico que seria estar algún día las tres y poder realizar todas nuestras fantasías, Martha es una odontóloga pudiente, acomodada y de gran clase social, un día luego de nuestro encuentro, me propuso que ayudáramos económicamente a Marianita con los pasajes para que pudiéramos reunirnos aquí en el DF, por lo demás no habría inconveniente pues se quedaría en el apartamento de ella, acordamos entre las tres esto y luego de girarle el dinero para los pasajes, esperábamos la visita de Marianita para el siguiente fin de semana. Su vuelo de Aerolíneas Argentinas arribaría al aeropuerto Internacional del DF el Jueves a las 4.40 PM, como Martha continuaba realizando de noche una maestría en la UNAM le era imposible recibirla por lo que acordamos que yo iría y esa noche se quedaría en mi casa, la reunión de las tres seria el viernes siguiente en su casa, hable con mis padres quienes se mostraron encantados en recibir la visita de Marianita y mi mamá acomodó una nueva cama en mi cuarto, aunque yo sabía que no la necesitaríamos, mis planes eran otros.

Pedí permiso en mi trabajo esa tarde del Jueves y el Viernes siguiente todo el día para poder dedicárselo a mi Marianita y mostrarle rápidamente algunos sitios de interés del DF, claro, si a ella le interesaba, sino la pasaríamos en nuestra casa disfrutándonos mutuamente.


Hacia mediodía del Jueves hable por teléfono con Marta y coordinamos todo, apenas tuve tiempo de salir de la oficina directo para el aeropuerto, me encontraba bastante nerviosa, hacía tiempo no estaba con Marianita y la deseaba, nuestras continuas conversaciones y correos electrónicos no hacían sino avivar nuestros deseos sexuales. El tiempo pasaba muy despacio, como siempre los vuelos se encontraban bastante retrasados, pero hacia las 5:15 anunciaron la llegada del vuelo procedente de Buenos Aires donde venía mi linda amita, luego de la interminable espera de la aduana apareció la mujer que desde hace muchos meses es la dueña de mi corazón, estaba radiante!!!, Hermosísima!!!, Un conjunto azul oscuro de falda y chaqueta, una blusa blanca y una pañoleta roja anudada en su cuello, corrí a sus brazos y sin importar la gente que allí se encontraba le estampe un sonoro y cálido beso en sus labios, a lo cual ella respondió con cierta timidez, nos encaminamos a casa a sabiendas que esta se encontraba sola, pues mis padres por cuestión de su trabajo regresaban hacia las 11:00 PM, deseaba estar a solas con ella y demostrarle cuanto la quería y la falta que me hacia, desafortunadamente al llegar mi madre se encontraba allí, preparando la cena para nuestra invitada; luego de las presentaciones cenamos y conversábamos muy animadamente, yo no hacía sino mirar las hermosas y largas piernas de mi amiga tratando de adivinar o mejor de poder mirar sus pantys y deseando que llegara la hora de acostarnos, Mariana pareció entenderlo y se disculpo con mi madre aduciendo que estaba muy cansada por el largo viaje, subimos las tres a nuestro cuarto y mi madre le mostró la cama y el baño por si deseaba ducharse, a lo cual ella dijo que era lo mejor para descansar, mi madre salió del cuarto y nos quedamos las dos solas.

Deseaba poseerla allí mismo, pero como sabía que mi padre no tardaría en llegar, nos pusimos a conversar, al rato llego él, se lo presente y de nuevo nos quedamos solas, esperando que se durmieran. Rápidamente entre al baño y me empijame, un pequeño short de licra y una blusita blanca sin ropa interior, cuando salí del WC Marianita se estaba desvistiendo, le pase suavemente mi mano sobre sus magníficas nalgas y me acosté sobre la cama a observarla hasta que quedo en ropa interior, una tanga de encaje negro y un bra compañero, su tanguita apenas cubría su abultado sexo, se sentó a mi lado ofreciéndome sus labios carnosos, los cuales bese con avidez, nuestras lenguas se encontraban de nuevo, me puse de pie y rodeándola con mis brazos por detrás, introduje mi mano en su tanguita sintiendo la suavidad de su vello púbico y la calidez de su sexo, mi otra mano desabotonaba su brasier, ella volteo a mirarme y nuestras lenguas se encontraron frenéticamente, con fuerza, nuestros senos se rozaron, pase mis manos sobre su espalda palpando la redondez de aquellos redondos y firmes glúteos, Mariana se sentía un poco cohibida, por lo que la deje que entrase al baño a ducharse, serían cerca de las 12:00 PM, mis padres ya deberían estar durmiendo, me desnude completamente y entre al baño, donde Marianita se duchaba, era muy hermosa, el agua corría por su escultural cuerpo, me senté en la tasa del inodoro a observarla, sentía mi concha arder viendo como ella se enjabonaba y acariciaba sus senos, concentrándose en sus erectos pezones, me sonreia lascivamente pasando su lengua por la comisura de sus labios, iva a meterme a la ducha con ella cuando sentí la voz de mi madre, me puse una bata y le abrí, nos pregunto que si deseábamos algo y que no nos durmiéramos muy tarde, cerré la puerta y me acosté esperando que saliera mi amiga, bajo mis cobijas acariciaba mi sexo muy suavemente y mis sabanas rozaban mis duros pezones, Mariana no tardo en salir, corrí las cobijas haciéndole campo en mi cama, se quito su toalla y nuestros cuerpos se unieron en un excitante y caliente abrazo, apague la luz y sentí la lengua de Mariana sobre mi cuello y sus manos masajeando mis senos, entrecerré mis ojos y me deje hacer, sencillamente era una mujer espectacular y su lengua se posaba bajo mi ombligo sin soltar mis senos, separe mis piernas y su lengua caliente y ávida busco mi depilada concha, separo delicadamente mis labios vaginales y prácticamente su cara devoro mi sexo enterrándola totalmente, su lengua buscaba los mas recónditos pliegues de mi anegada concha, doble mis piernas hacía arriba ofreciéndome totalmente a las caricias y besos de mi Amante, su lengua recorría y mojaba desde mi clítoris hasta mi orificio anal, Marianita a sabiendas de cuanto me encantaba el sexo anal introdujo un dedo allí, su delicioso dedo entraba y salía mientras su lengua como una serpiente se movía sobre mi erecto clítoris, me sentía en el cielo!!!!, mi orgasmo estaba próximo, pero quería corresponderle igual, Mariana se levanto y se coloco sobre mí abriendo sus hermosas piernas y ofreciéndome su caliente concha en un delicioso y erótico 69, mis manos se apoderaron de sus nalgas mientras mi boca ferozmente se posaba en su caliente vagina, chupaba desesperada los pliegues de su hermoso y húmedo sexo, mientras sentía su lengua posada en el mío, apretaba fuertemente sus nalgas mientras mi lengua se deleitaba con aquel exquisito manjar, pase mi lengua sobre su ojete anal, un pequeño gritito se escapo de la boca mi amiga, separe sus cachetes anales mientras mi lengua como un pequeño dardo se introducía en su delicioso y exquisito ano, no se cuanto tiempo duramos chupándonos nuestras conchas hasta que nuestros orgasmos llegaron simultáneamente inundando nuestras bocas y empapando nuestras caras, permanecimos unos segundos en esta posición y luego de recobrar nuestras fuerzas, Marianita se acomodo en mis brazos y en medio de dulces caricias y tiernos besos nos dormimos.


Al día siguiente nos la pasamos recorriendo la ciudad y mostrándole a Marianita los sitios de interés de esta bella y congestionada urbe, hablamos con Marta quien nos dijo que esa noche se demoraba debido a sus clases en la UNAM, pero que pasáramos por su consultorio a recoger las llaves de su apartamento y nos veríamos allí hacia las 9:00 PM, tanto Mariana como Marta quedaron fascinadas cuando se conocieron, hablaron muy poco y quedamos en eso y continué con Mariana con el tour.


Mariana quería regalarle algo especial a Martica, por lo que nos dirigimos a un sex-shop que conocia, pues allí compro mis juguetitos, allí vimos de todo, desde ropa interior sexy hasta consoladores de distintos tamaños y colores pasando por películas porno; conociendo los gustos de Marta le sugerí que le comprara un consolador de látex como los que suelo usar en mis ratos de soledad y ella se llevó uno de un descomunal tamaño de esos de amarrar a la cintura y otro de dos cabezas especiales para lesbianas.


Regresamos a la casa como a las 5 de la tarde, yo me moría de ganas de que ella estrenara su consolador en mí, pero tenía que esperar, nos duchamos y cambiamos de ropa, ambas íbamos con unas minis de infarto y habíamos intercambiado ropa interior, Mariana se había puesto una tanguita y bra rojos míos y yo unos pantys blancos de hilo de ella, muy lindos, el solo saber que ahora mi concha era cubierta por su panty me excitaba.


Una vez que entramos, vimos que la casa estaba sola y completamente a oscuras; prendimos la luz, pusimos algo de música y nos servimos unos tequilas, llame a Marta a su celular diciéndole que ya estábamos allí y que no tardara, pues si no empezaríamos sin ella. Desde luego era una broma, pero ella se disgusto un poco, al igual que nosotras deseábamos ese ansiado momento.

Nos sentamos en la sala y platicando de nuestras cosas, le comentaba a Mariana de lo ardiente y sabrosa que es Martica en la cama, nuestra conversación se fue calentando y al calor de nuestros tragos, sentadas muy juntitas nos besamos tiernamente en la boca, acepté su lengua y ella aceptó la mía; un corrientazo estremeció mi cuerpo, Dios!!! Cómo la deseaba!!!!, Nuestras manos masajeaban nuestros senos mientras nuestras lenguas continuaban encontrándose y reconociendo cada cavidad de nuestras bocas, Marta no aparecía y aún era muy temprano, tal vez podríamos tener un adelanto, nos separamos y sin mas preámbulos me dijo que iba a ponerse cómoda, se levantó y se dirigió a la recamara de Marta.


Mientras yo aproveché para desnudarme totalmente, de repente ella se acercó a mí, estaba completamente desnuda y sentí sus brazos rodear mi cintura al mismo tiempo que besaba mi cuello y acariciaba mis senos; su lengua recorría mi cuerpo, sentí algo terso y duro entre mis nalgas ¡tenía el consolador puesto!.


Me volteé para besarla en la boca y fui bajando por su cuello para llegar a sus magníficos senos, me apoderé de sus pezones que ya estaban duros como rocas, los disfruté como nunca y seguí descendiendo hasta llegar a donde estaba esa enorme verga de látex anudada a su cintura.


La tomé entre mis manos y me la metí en la boca, comencé a chuparla como si fuera de verdad y Mariana estaba muy caliente viendo cómo succionaba ese gran falo que tenía, meneaba sus caderas introduciéndome a duras penas aquella inmensa cosota, mi lengua recorria toda la longitud de aquella polla mientras mis manos se aferraban a las nalgotas de Marianita.


Ella tomo la iniciativa, me pidió que me recostara en una silla y que separara un poco las piernas, pensé que me iba a penetrar pero se arrodillo entre mis piernas y comenzó a darme una deliciosa lamida a mi sexo, ya para entonces estaba bien mojada y sentía su lengua recorrer mi vagina de arriba a abajo, no tardé en tener un fuerte orgasmo pero yo deseaba más.


Mariana se colocó en posición y arremetió con esa enorme verga que entró fácilmente en mi anegada vagina, el mete-saca era sensacional y sus movimientos de cadera me daba un fuerte placer, le pedía más y más y Marianita me complacía, nos besábamos apasionadamente mientras ella me cogía fuertemente acariciando mis senos; nos seguíamos besando y acariciando, ella besó mis pezones y los mordía con fuerza hasta hacérmelos doler.


Me puse de pie y me recargué en la mesa que había en el centro de la sala, mis nalgas quedaban paraditas y ella simplemente me observaba, meneaba mis negros glúteos, aumentaba mis movimientos y pasaba mi mano por mis nalgas como invitándola a disfrutar de mi trasero.


-¿Quieres mi ano amor?, le dije.

-Sí, sueño con poseerte, crees que podrás con todo esto?- me dijo, agarrando aquel enorme instrumento.


De verdad aquella polla era enorme y muy gruesa, pero mi ano y todo mi cuerpo la deseaba urgentemente, quería que Marianita me poseyera con aquel delicioso monstruo.

Se puso de pie y se colocó detrás de mí, se agachó separando mis nalgas y su deliciosa lengua se perdió en mi ojete anal lubricándolo, eso me volvía loca, ya que si hay algo que me encanta es que me besen y posean por mi culito.


Posteriormente ella colocó algo de crema en el pene de látex y en la entrada de mi agujero y poco a poco lo fue metiendo en él, era enorme el placer que sentía y mi ano, totalmente dilatado a pesar del dolor, aceptaba gustoso aquel enorme juguete, el mete-saca de Mariana era fabuloso y yo no hacía más que gozar sintiendo ese pedazote de plástico en mi entrada posterior.

Ella continuaba follandome de una manera deliciosa, meneaba sus nalgas, sacaba una porción y luego arremetía fuertemente introduciendo casi en su totalidad aquella enorme polla, acariciaba mis senos por detrás mientras yo gozaba como loca acariciando mi propia vulva.


Luego, ella retiró a mi pesar el falo falso y se dirigió a la cama, la seguí y se acostó boca arriba, me subí encima de ella y volví a meterme el pene esta vez en la vagina, deseaba seguir cogiendo y disfrutando de esa noche de sexo y placer, de plano que perdí la cuenta de cuántos orgasmos sentí mientras hacíamos el amor de esa forma.


Después de la cogida, me acosté a su lado y seguimos abrazadas y dándonos ligeros besos en la boca, parecíamos un par de enamoradas y en realidad eso éramos. La besé en los labios, cuando de repente oímos un ruido y la puerta se abrió: era Marta que ya regresaba de sus clases y se sorprendió de vernos desnudas en su cama.


-Son ustedes un par de putitas calentonas, que? no pudieron esperarme?, vas a ver Caro, no me dijiste que iban a iniciar sin mi cuando hablamos por teléfono, nos dijo en tono algo molesto.

-Era una sorpresa linda, Mariana estaba bien caliente y no quería pasar la oportunidad -Deja de quejarte y desnúdate, amor, al cabo que sigo caliente y deseosa de seguir teniendo sexo y tu sabes como me gusta coger contigo, tenemos una buena razón de 27 centímetros para gozar-.


De inmediato Mariana le mostró lo que había comprado y a Marta se le hizo agua la boca.

-Ahhhhhhh!!! Mis lesbianas hermosas, de veras que están locas, pero ahora me desquito con las dos por dejarme fuera de esto-.


Marta comenzó a desnudarse, quedando ùnicamente en sus medias velas y un coqueto liguero negro y nosotras disfrutabamos mucho el streep-tease, una vez que estuvo lista simplemente Mariana separó mis piernas y comenzó a acariciar mi sexo.


-Mira, quiere que la cojamos entre las dos pero inicia tu para que te mojes bien.

-Anda, preciosa, chúpame como tu sabes hacerlo, le dije.


No tuve que repetirlo, ella se abalanzó sobre mi vagina y metió su lengua en ella y yo no hice mas que gozar del momento, Marianita me besaba los senos mientras Marta me cogía, Marta metió uno de sus dedos en mi sexo mientras me chupaba y eso me puso de a mil, sentía que me desmayaba de tanto placer pero me dediqué a disfrutar del momento.


Mientras Marta me devoraba el coño, Mariana me besaba en la boca y solo aproveché para saborear su rica lengua; mientras, Marta aprovechó y al mismo tiempo que me lamía la vagina metió uno de sus dedos en mi dilatado ano.


Ellas dejaron a darme placer pero Marta se puso la verga de látex y me miró fijamente.


-Ahora voy a darte la cogida más sabrosa que hayas recibido, linda.

-Adelante, soy toda tuya, mi amor, le contesté.


Me metió hasta el fondo la verga y eso me calentó sobremanera, en eso Mariana aprovechó y se sentó en mi cara ofreciéndome su vagina, la cual acepte con gusto.


Le metí mi lengua hasta donde pude y saboreé su deliciosa concha mientras sentía que me hacían pedazos mi sexo con ese consolador; no tardé en hacer que Mariana tuviera un fuerte orgasmo y yo casi termino junto con ella.


Marta retiró el pene falso de mi sexo y me pidió que le diera mi culo. Por lo que me puse boca abajo y ella no tuvo problemas para penetrarme, ella me cogía bien rico mientras Mariana solo nos veía y se masturbaba metiéndose un par de dedos en su vagina que estaba bien mojada después de la chupada de sexo que le di.


Marta acabó cansada de tanto culearme y se quitó el pene falso, y decidí que esa era mi oportunidad, me hice de la verga falsa y me la puse, pero antes besé a Mariana en la boca y ella aceptó nuevamente mi lengua.


-Ahora es mi turno, preciosa, te toca disfrutar de esta deliciosa y gorda verga que tengo para tí.


Antes de penetrarla, le dimos entre Mariana y yo una buena chupada a su ano, el cual estaba muy rico y un tanto estrecho, era tanta la excitación que sentía que le pidió a Mariana que le diera su vagina para comérsela, eso aumentó más mi calentura debido a que sería la primera vez que las vería coger entre ellas.


La verga enorme no tuvo problemas para entrar en el culo de Marta, quien comenzó con sus jadeos y eso lo aprovechó Mariana para colocarle su vagina para que se la chupara; el solo verlas me provocó casi un orgasmo, y Marta se vino a mares, le gustaba mucho las cogidas por el culo, por un momento sentí que las tres no venimos al mismo tiempo.


Pero faltaba lo mejor, Marta cogió la verga de dos cabezas y se metió un extremo en su vagina, le dije a Mariana que se la metiera ella también y que yo las vería, eso fue lo que hizo, ambas estaban cogiendo entre ellas, besándose y acariciándose los senos mientras aquel aparato se perdia en sus conchas y yo disfrutaba del show, no tardaron mucho en venirse y yo también debido a que me masturbé frenèticamente viéndolas.


Faltaba que nos cogiéramos a Marianita por su ano, ella se coloco encima de Marta aun con sus consoladores enterrados en sus conchas, se besaban como locas y sus manos buscaban sus senos, gemían como un par de condenadas, el espectáculo avivo mi deseo de poseer a Mariana, me coloque detrás de ella besando su cuello y recorriendo su espalda hasta llegar a sus nalgas, veía aquellas dos conchas devorándose el largo consolador de dos cabezas, el aroma que emanaban sus sexos era exquisito, me dedique a darle lengua una y otra vez en el anito de Mariana, quien me decía: --Mmmmm, me encanta como me besas el culo, anda cógeme por ahí amor-, ella continuaba dándose lengua con Marta, me coloque el enorme consolador y me coloqué en posición y entré suavemente en el dilatado y rico ano de Mariana no muy fácilmente, mis movimientos de cadera fueron muy lentos al principio pero al poco tiempo aceleré y ella disfrutaba como una loca cada enculada que le daba. Estaba siendo cogida por sus dos agujeritos, Marta movía su pelvis enterrándole su consolador en la vagina y yo desde atrás la cabalgaba fuertemente metiendole aquella polla en su ano en unos movimientos acompasados y deliciosos, los gritos de placer de Mariana se deberían escuchar por varias cuadras, gritaba y gozaba como nunca


-¡Más, quiero más, me encanta esa verga en mi culo!- Marta tuvo un gran orgasmo más bien incitada por la forma en que Mariana gozaba con la verga falsa en su culo que por la que recibía en su concha.


Retiré él pené del culo de Marianita y a Marta se le hacía agua la boca viendo aquel pene embarrado de jugos, se los acerque a la cara y entre las dos se dedicaron a chupar aquella polla hasta dejarla totalmente limpia, me arrodille y las tres unimos nuestras lenguas traspasándonos las salivas y los jugos anales de Marianita.


Ellas seguían unidas por su vagina y de nuevo me coloque detrás de Mariana, ella me rogaba que de nuevo se la metiera hasta el fondo, Marta le separo las nalgas y me lo dejó para que yo la penetrara, de inmediato aproveché que su agujero estaba a mi disposición y se la metí despacio, a cada empujoncito que daba los gemidos de mi Marianita eran más fuertes, una vez que mi falsa verga entró en su culo comencé a bombearla para que gozara ampliamente.

El movimiento de mis caderas era más amplio y ella estaba demasiado caliente, sus gemidos eran muy fuertes y las enculadas eran al mismo ritmo.


-¡Sigue, por favor, me encanta que me des por el culo!, Metemelo todo amor-, yo encantada la obedecia, aquella gruesa y larga verga desaperecia una y otra vez en el ojete anal de Marianita, me aferraba a sus senos introduciendoselo una y otra vez, sus gritos eran desgarradores, restregaba sus senos con los voluminosos pehos de Marta, uniendo sus lenguas.

Luego de un incesante bamboleo, las tres tuvimos al tiempo un sensacional y prolongado orgasmo y acabamos muertas de cansancio pero muy satisfechas de la excelente cogida que nos dimos.


Después de descansar por varios minutos, nos fuimos al baño. Allí entre Marta y yo ayudamos a mi Marianita a afeitarse los pelitos de su conchita, pues quería tenerla igual que la de nosotras, sin un solo pelito. Al ver su rajita cubierta de espuma para afeitar, se me antojo igualita a un postre o biscochito y no pude resistir la tentación de meterle la lengua. Entre la afeitadora y las lenguas de Marta y yo, dejamos el coñito de Maríana limpio y brillante, y a ella la dejamos jadeando y feliz.


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