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El Chulito

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¡Hola!. Me voy a presentar. Me llamo Eva.

En la historia que os voy a contar no aparezco yo sola sino también una amiga llamada Patricia.

Tenemos en común algunas cosas. Las dos somos rubias aunque ella es más esbelta, de pechos más pronunciados y ojos marrones. Los míos en cambio son azules.

Nos pasa a las dos que estamos casadas con titulados universitarios. El mío es biólogo y el de ella antropólogo.

Ambas vivimos en un chalet de Las Rozas. Casi uno pegado al otro.

Hablábamos una noche de picospardos en un bar del centro de Madrid de lo desastrillos que son nuestros hombres en la cama. Y nos apetecía ligar. Mirábamos a nuestro alrededor. Había hombres. Íbamos escotadísimas.

No queríamos de los que no pueden apartar su mirada y los ojos se le disparan. ¡Capullos!. Ni de los que se quedan mirando fijamente. Ni de los que pasan de nosotras y no miran porque engañan o sencillamente porque son de la acera de enfrente. Ni siquiera de los que no nos miran porque sencillamente no les interesamos.

Las dos sabemos mucho de hombres. Sobre todo Patricia que tiene todavía más mundo que yo.

Había un tío frente a la barra. Alto. Corpulento. De pronto se dio la vuelta y nos dijo: " golfas".

"Este es de los que contestan", me dije a mi misma. Pero "cuidado". Hay que ponerle a prueba. Fue Patricia la que se arriesgo. Si la cosa salía mal estábamos en un sitio público y nos marcharíamos tranquilamente.

Ella de dirigió a él:

- Tu debes vivir en un sotano.

El se dio la vuelta y le agarró la muñeca. Miré a Patricia por si la estaba destrozando. Ella me hizo un gesto afirmativo que quería decir que era firme, fuerte pero no brutal es decir que se controlaba. Una mala bestia aparente. Un hombre duro. Pene de más de 20 centímetros. Erección instantánea como en ese momento. Culo prominente. Aguanta. No eyacula rápidamente. Fuerte. Dominante de mujeres dominantes. En suma un follador.

Nos fuimos los tres a un hotel pagando nosotras naturalmente.

Los tres nos desnudamos.

Su miembro efectivamente era de mas 20 centímetros y estaba completamente erecto. Se lanzó primero a por mí a lamerme el coño. Para ello me tumbó en la cama de matrimonio.¡Qué bien lo hacía!. No era precisamente un tímido.

Le hizo un gesto a Patricia para que me hiciese lo mismo. Ella puso cara de desagrado.

- Hazlo o me marcho- le dijo.

Un hombre de estos es capaz de hacer lo que dice. Se trataba de uno de esos sinvergüenzas que viven de las mujeres.

Y Patricia se puso a lamerme el coño. Yo suspiré . Mi amiga obligada a hacerme cosas impúdicas.

- Date la vuelta- dijo el chulo.

De esta forma mientras Patricia seguía chupándome la vagina aquel hombre me comía el culo ¡Y que bien lo hacía! Y perdón por repetirme porque es que era así.

De pronto me apartó, agarró con sus fornidos brazos de gimnasio a patricia y la sentó sobré el follándosela. Como jadeaba ella. ¡Qué bien se lo estaba pasando! ¡ Cómo entraba y salía su polla!. Patricia no ponía caras de tontita de una despedida de solteras que no ha follado bien en su vida y mira a sus amigas abriendo mucho la boca como diciendo: "Hala que orgasmo acabo de tener". No. Los buenos folladores no exageramos nuestros gestos y sin embargo gozamos hasta estallar por dentro.

El chulo me dijo que me pusiese un enema. Y así lo Hice. Dejó a mi amiga y me la metió por el culo, sentándome sobre él. Sólo me dolió un poco. Y me corrí con varios espasmos mal disimulados.

- ¡Pero que tontita eres!- me dijo Patricia.

Y dicho esto acariciaba la nervadura de su polla con el dedo pulgar.

Cuando me la sacó el tío ya había eyaculado.

Se encendió un cigarro.

Patricia no soltaba su pene todavía erecto. Y seguía masturbándole.

- En cuanto lo acabe seguimos- nos dijo.

Las dos jadeamos sin poder reprimirnos porque sabíamos que era verdad lo que decía y quizá mejor.

Patricia se sentó detrás acariciándole los pezoncillos y estrujando sus tetazas contra ese espaldón que tenía. Yo quizás por pretender rivalizar con ella me puse a hacerle una cubana. El tío lo único que hacía era respirar muy fuerte. Fue apartando de una forma algo brusca a Patricia hasta conseguir quedar tumbado en la cama. Mi amiga aprovechó para lamerle todo el pecho. Entonces él me agarró con fuerza por la muñeca, y me obligó a tener que meter mi dedo índice en el culo de mi amiga. Él mismo me empujaba la mano. Hasta que se decidió a meter también su dedo. Ambos dedos en el culo de mi amiga.

Nos apartó casi a empujones y se tumbo boca abajo. ¿Qué misterio esconden esta clase de hombres? ¿Esa misoginia?. Deseaba que le hiciésemos mariconadas. Y Patricia se puso a lamarle el culo por detro. Un beso sucio. Y yo metía también el dedo y luego me lo chupaba. Luego se dio la vuelta con el pene totalmente erecto. Cogió a Patricia y se la sentó encima follándosela esta vez por delante. Arriba y abajo con fuerza. Ella cerraba los ojos, señal de que estaba sufriendo varios orgasmos. Y sonreía. Cuando acabo con ella y sin correrse me hizo un 69. Yo chupaba su polla congestionada, como una experta, y el me comía a mi el coño. Yo no conseguía que se corriera y esa era la causa de que yo tuviese orgasmos tan profundos.

Finalmente me apartó. Se la meneaba y se corrió sobre la cama.

Cuando nos marchabamos mi amiga y yo de aquel tugurio, hablábamos. Yo le decía:

- Al final a la única que se ha follado por la vagina es a ti.

- Tienes razón a ti sólo te ha dado por el culo.

- ¿Te tomaste la píldora?

Ella no contestó.

- Igual te quedas embarazada.

- Hija que cosas dices.

- Te imaginas que al final te tienes que casar con él- yo seguía bromeando.

- ¿Para qué? ¿Para luego ponerle los cuernos?.

Las dos nos reímos pícaramente . Volvíamos al hogar con nuestros maridos.

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Era un miércoles como cualquier otro, ese día prometí tomar una decisión, ¿aceptaría ir a comer con el?, debo reconocer que conversar con él es sumamente agradable, es un hombre maduro (42 años) divorciado, con carrera universitaria, maestrías, postgrados, diplomados ah cierto esta iniciando el doctorado, no recuerdo ni en que, pero a veces me da la impresión de que lo sabe todo….

La semana pasada me envío su foto junto con la invitación a pasar el fin de semana juntos en su casa de descanso, obviamente aunque hubiera querido no podría aceptar ausentarme tanto tiempo de mi casa… de mi hogar…

El viernes pasado me sugirió salir a comer, conocernos un poco y quizá si lo encontraba lo suficientemente agradable concertar una cita para una sesión de sexo y dar rienda suelta a nuestras fantasías, la suya es muy simple, quiere que le haga el sexo oral…, a mi me encanta hacerlo!!, claro que no se lo dije, ni se lo diré, prefiero demostrárselo a su debido tiempo.

Todo el fin de semana fue una cadena de desastres en mi vida, primero el sábado me luxé el tobillo así que inicié la semana con la consabida férula y las muletas, además mi marido andaba en sus días negros, lo que suscitó una serie de discusiones que no concluían aún el martes por la noche, eso me hizo decidirme…

Me había prometido a mi misma portarme bien y tratar de recuperar la pasión perdida con mi marido, sin hacer más travesuras, pero ¿Cómo puedo recuperar lo que no sé como perdí?, después de todo una pareja (y valga la redundancia) es de dos, así que somos los dos los que tenemos el problema… y en lugar de caricias todo lo que hacemos es discutir…., lo que daría por un beso bien dado….

Voy rumbo a la oficina son las 8:00 a.m. y entre el trafico y la máscara para pestañas, mi celular no deja de sonar, es mi jefe, ya me necesita, creo que es adicto a mi voz, aunque sea solo para retarlo…, y mi mente vuela, ¿aceptare?, mi temor es que de un tipo como él si podría enamorarme, nada me atrae mas que la gente culta….

Finalmente, he llegado al piso 21, en la puerta, mi asistente con mil papeles, el mensajero espera mis ordenes, con mi taza de café (con doble cafeína claro) y mi cenicero, listo para evitarse el regaño por haber llegado tarde, suena mi teléfono, es mi marido, -¿Por qué tan tarde? Tu jefe te va a correr un día de estos, ¡dejaste la cafetera encendida!, la he tenido que apagar-, Hola amor, ¡Oh, lo siento!, bueno todo bien, que tengas bonito día, si yo también te quiero bebe-, he colgado antes de que la discusión se torne imposible… a veces me dan ganas de abrirle la cabeza para saber si alguien más ocupa sus pensamientos, pero por otro lado, ¿Qué podría reclamarle? Si yo misma me he entregado a la pasión de otros brazos, aunque mi corazón siga siendo suyo….

Busco en la agenda, Manuel Toledano…. El hombre culto y maduro que espera mi respuesta… -Hola? Si soy yo…, acepto…, hoy mismo? Me parece bien, te espero entonces a las 2:00 p.m., oh, por cierto, me lastimé el tobillo el fin de semana, ¿no te importa que traiga muletas?, Me dijo–No preciosa, si a ti no te importa, a mi tampoco-, -Ok, entonces hasta al rato…., entre juntas y llamadas se pasa el tiempo, estoy nerviosa, mis manos tiemblan he tirado la pluma no se cuantas veces, quiero detener el tiempo, pero no es posible, y ¿dar marcha atrás?, no me atrevo… he visto el reloj, son casi las 2, en eso suena mi celular, es él… Manuel…, -Nena, ya estoy aquí te espero afuera del edificio-, -dejo recomendaciones a mi asistente en caso de que me necesite, estaré en el celular, si mi marido llama, he salido a comer con Ana, mi amiga de siempre….

He llegado al elevador, no sé que esperar de todo esto, ha pasado tanto tiempo desde mi última travesura… cuando me aburro en las juntas y reuniones de trabajo, a veces cierro los ojos, y recuerdo mi odisea en la sala de juntas de mi empleo anterior…., tuvo que ser aventura de una vez, el tipo se me estaba poniendo difícil, comenzó a celarme y a pedirme exclusividad e incluso matrimonio, espero que esta vez no sea al revés… y sea Manuel el que tenga que salir corriendo….

Finalmente lo veo, se ve mucho mejor en persona que en foto, me espera con una gran sonrisa en el rostro, tomó mis muletas y las acomodó en la cajuela, en eso me toma de la cintura, me inclina un poco y me da un beso que… wow!! De película, largo, suave, rico… ¡Hacía tanto que nadie me besaba así!!!!!, ¡que bárbaro!, creo que me mojé solo de sentir ese beso….

Me ayuda a subir al coche cual correcto caballero ante una dama temporalmente imposibilitada…, y me pregunta: ¿A dónde deseas ir a comer? ¿Cómo que se te antoja?, -Bueno, acá a la vuelta hay un restaurante de comida italiana, dije yo -, -así que tenemos dos opciones, o comida italiana o yo, tu decides que prefieres comer- Siii yo dije eso, bueno mi boca mis labios, mi cuerpo ansioso, no obstante mi mente, decía otra cosa, parecía que mi mente era una y mi cuerpo otra!!!, el abrió los ojos cual platos, y me respondió muy cortésmente, ¿estas segura??, a lo que dije una vez más -¿comida italiana o yo?-, Tu por supuesto!!!!, dijo el…

Buscamos un hotel cercano, y en el camino, posé mi atrevida mano en su pierna, honestamente no sé quien temblaba más si mi mano o su pierna o las dos cosas, pero me miraba de una forma que me comía con los ojos, en un alto se atrevió a pasar sus manos por mis senos, como sopesándolos, comprobando que son de buen tamaño, ni muy chicos, ni muy grandes, bueno para que se den una idea soy copa B…

Llegamos al hotel, el me ayudó a subir al elevador, (si las benditas muletas!!) y llegamos a la habitación…

Lo primero que hizo fue desabotonarme la blusa la cual acomodó cuidadosamente “para que no regresara arrugada a la oficina”, zafó el brasier y de inmediato se comió mis pezones, primero uno, luego el otro y regresaba, cual niño hambriento…Mmmmmm…. Eso me puede volver loca, entonces me recostó en la cama, y desabrochó el pantalón de mi traje y me bajo la pantaletita de corte francés, (mi favorito por cierto) y los acomodó con el resto, y continuó deleitándose y deleitándome con mis senos, pero ahora mas libre comenzó a recorrer mi cuerpo con sus manos, él seguía vestido, abrazarlo así yo desnuda con mi férula y el con ropa tocándome por todos lados, me hacia sentir tan deseada y vulnerable, yo todavía no dejaba de temblar, solo que ahora no sabía si era de deseo o si seguía nerviosa, finalmente posó sus dedos en mi clítoris, sentí un delicioso escalofrío que me hizo arquear la espalda y gemir Mmmmmm…., necesitaba tanto sentirme deseada…., y más aún ser tocada, mi cuerpo estaba recobrando vida ante las caricias de Manuel, y no pude más quería sentirlo en mi boca…, y mas que querer lo necesitaba, sentir su miembro calientito duro, ansioso como yo, y lleno de lechita caliente para mi, en mi boca…Mmmm… así que traté de desvestirlo, y debo reconocer que soy muy torpe con las corbatas, cosa que le dio mucha ternura a Manuel, y me ayudo con eso, me dejó quitarle lo demás por que yo insistí, pues me resulta muy agradable a la vista ver salir de su prisión a un miembro erecto…

Dada mi posición y mi difícil movilidad por el yeso, el colocó su pene en mis labios y comencé a darle pequeños lengüetazos, mirándole a los ojos, comprobando que el gusto era mutuo, recorrí con mi lengua todo lo largo de su dulce y suave miembro, hasta que la ansiedad me ganó y lo introduje en mi boca lo más que pude, no era de una talla descomunal, pero si era un poco más grande que la media… además era grueso y casi de inmediato me proveyó de liquido pre-seminal, que formó un hilillo en mi boca cuando lo sacaba para arremeter de nuevo dentro de ella, considero que formaba una imagen sumamente erótica de mi persona dulcemente sometida en la cama degustando a mis anchas tan caliente manjar…

Manuel introdujo sus dedos dentro de mi vagína una vez más, yo estaba tan mojada…, sacó sus dedos y los metió en su boca, y los saboreo como si se tratara de rica miel, me dijo –¿te gustaría probarte?...¿quieres saber que rica estas? –, yo dije –si–, y metió nuevamente sus dedos en mi vagína y los puso en mi boca, era la primera vez que probaba mis propios jugos, y en efecto son dulces, bueno tienen un gusto un poco ácido al final pero soy dulce…

Entonces el se decidió a probar más de mí y se subió a la cama dejándome continuar con mi placentera labor mientras el pasaba su lengua por mi ardiente y húmeda vagína, no sé si tantos meses de abstinencia o que realmente era un maestro en las artes del sexo oral, pero me hizo venir casi de inmediato, pues mordisqueaba mi clítoris suave pero firmemente….

Yo gemía pidiendo más… después de disfrutar por largo rato su boca le pedí que me penetrara..Mmmm…que rico, hacía tanto que necesitaba sentir el calor de un pene ansioso dentro de mi…, y comenzó el acostumbrado vaivén… mis gemidos lo incitaban a no detenerse, me preguntaba –¿te gusta? –, –¡me encanta!, así papi así maaaas–, –¿esto era lo que querías nena?– , ¡Oh si, lo necesitaba tanto!, dame maaaass–, y finalmente sentí que su orgasmo estaba cerca, –¿Dónde lo quieres nena? –, –en la boca, ¡dámelo en la boca!, por favor–, –ahí te va nena– Mmmmm…. Abrí mi boca y lo introduje lo más que pude, sentí su leche salir, era tan abundante no quise desperdiciar ni una gota, me lo comí todo gustosa….

Después de una sesión tan ardiente, me recosté un momento en su pecho, charlamos un poco, pensando cuando lo repetiríamos, yo me sentía mas que satisfecha, aunque sabía que solo era momentáneo, pues seguramente en uno o dos días tendría el doble de ganas, conociéndome como soy de sexual….

Tomé un baño para borrar los rastros de mi travesura y regresé a la oficina…., lo que pasó después es tema de otro relato….

Espero que hayan disfrutado leer este relato tanto como yo he disfrutado el recordarlo….

Besos,

D. Cherry

dark_cherry2004@yahoo.com.mx FOTOS



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